"China y las Islas Salomón han firmado oficialmente un acuerdo de cooperación bilateral en materia de seguridad". Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, el pasado de 19 de abril en Pekín.
"El Pacífico Sur no es el patio trasero de Australia y los Estados Unidos". También Wang Wenbin desde Pekín, pero ahora el 25 de abril.
"Contrariamente a la desinformación promovida por los comentaristas antigubernamentales, el acuerdo con China no incluirá la construcción de una base militar china". Comunicado del gobierno salomonense del pasado 31 de marzo.
"Islas Salomón no pretende militarizar el Pacífico. Hemos sido una víctima de la guerra. Fuimos elegidos como el escenario del enfrentamiento militar -durante la Segunda Guerra Mundial-. No es necesario que nos recuerden los efectos de la guerra". Manasseh Sogavare, primer ministro salomonense ante el parlamento de su país este viernes 29 de abril.
"Si es necesario, Australia debería invadir las Islas Salomón y capturar Guadalcanal de tal manera que diseñemos un cambio de régimen en Honiara (capital salomonense". David Llewellyn-Smith, analista australiano, el pasado 27 de marzo.
Crisis de los misiles
A mediados de 1962 un avión espía U2 descubrió en unas fotografías la instalación en la isla de Cuba de misiles balísticos de medio alcance R6 de origen soviético. Aquel día comenzaba la conocida crisis de los misiles de Cuba, con aquel discurso de John Fitzgerald Kennedy en el que se dirigió a los estadounidenses durante 17 minutos para explicar el peligro que suponía tener tal armamento a menos de 200 kilómetros de las costas de Florida.
Un argumento similar ha utilizado Vladímir Putin 60 años después para invadir a Ucrania. Según el presidente ruso, la cercanía del gobierno de Kiev a la Unión Europea y a la OTAN suponía colocar en las fronteras de la Madre Rusia una fuerza militar de ataque considerable y ante la que su país apenas tendría capacidad de respuesta.
Apenas dos meses después del primer bombardeo sobre Ucrania, las Islas Salomón se han visto envueltas en su propia crisis de los misiles, la que puede marcar el devenir del futuro inmediato y a medio plazo del Pacífico Sur y en el que están implicados China, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y hasta Micronesia.
Islas Salomón rompió en 2019 su alianza con Taiwán para reconocer a China y desde entonces, el considerado socio histórico de Australia, ha virado su política exterior y se ha mostrado más favorable a Pekín, algo que ha provocado tensiones tanto con sus socios tradicionales como dentro del país durante los últimos años.
Wang Wenbin no especificó la fecha ni el lugar de la firma del acuerdo -que se conoció primeramente por una filtración de la oposición salomonense en redes sociales- pero sí que "la igualdad y el beneficio mutuo es el principio de la cooperación en materia de seguridad entre China y las Islas Salomón". Además, señaló específicamente que el acuerdo "no está dirigido a ningún tercero", en referencia a potencias regionales como Australia y Nueva Zelanda, que ven el pacto como una amenaza y a quienes preocupa la creciente influencia china en la zona.
Base naval
Desde Australia, su primer ministro, Scott Morrison, ha señalado cómo "siempre, la presión sobre los países del Pacífico procede de China, que busca socavar la seguridad regional". Teoría totalmente respaldada de Auckland, donde Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, ha precisado que "este acuerdo no era necesario" en tanto que todas las naciones del Pacífico están "preparadas y listas para satisfacer las necesidades de seguridad de nuestros vecinos".
Ardern, pese a reconocer que Islas Salomón es una nación soberana, remarcó que el gobierno de Manasseh Sogavare habría violado los compromisos del Foro de las Islas del Pacífico, que obliga a las naciones miembros a discutir asuntos de Defensa antes de adoptar decisiones importantes.
Hasta David Panuelo, presidente de Micronesia, ha explicado por carta al mandatario de Islas Salomón sus "graves preocupaciones de seguridad" sobre un acuerdo "novedoso y sin precedentes".
La mayor incertidumbre de las dos grandes potencias regionales procede, sin embargo, del rumor de que el objetivo real de China sería construir una base naval, lo que dejaría ciudades australianas como Brisbane, a unos 2.000 kilómetros, o la propia capital neozelandesa, a poco más de 3.300 kilómetros, en el radio de alcance de los barcos y los submarinos chinos.
El aumento de las tensiones motivó a Estados Unidos a entrar en la partida "por la falta de transparencia" del acuerdo y Joe Biden envió a Honiara al coordinador del Consejo de Seguridad Nacional para el Indopacífico, Kurt Campbell, y el subsecretario de Estado para Asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Kritenbrink. "En respuesta a las preocupaciones planteadas, el primer ministro Sogavare reiteró sus garantías y aseguró específicamente que no habría base militar, presencia a largo plazo ni capacidades de proyección de fuerza", informó la presidencia estadounidense en el comunicado tras la reunión.
El presidente salomonense, sin embargo, declaró en la inauguración de un estadio deportivo financiado por Pekín que esta nueva alianza pone a su país en el "lado correcto de la Historia".
Ante la catarata de respuestas al acuerdo, China aseguró, a través una vez más de Wang Wenbin, que las reacciones de Estados Unidos estaban “exagerando la tensión y provocando confrontación”. “Lo que estamos diciendo es que los países insulares del Pacífico no son el patio trasero de nadie, y mucho menos peones en una confrontación geopolítica. [...] Los países insulares tienen la necesidad de diversificar su cooperación externa y el derecho a elegir sus propios socios. Los intentos de interferir y obstruir la cooperación de los países insulares con China también están condenados a ser inútiles”, añadió.
El gobierno de Islas Salomón, por su parte, ha emitido un comunicado en el que ha intentado desmentir de forma rotunda y tajante cualquier información sobre una base china en su territorio. "Somos amigos de todos y enemigos de nadie. [...] El gobierno es consciente de las ramificaciones de seguridad de albergar una base militar y será cuidadoso para no permitir que tal iniciativa se lleve a cabo bajo su vigilancia", afirma.
Según los términos del borrador del acuerdo, China podría enviar policías, personal militar y otras fuerzas armadas a Islas Salomón "para ayudar a mantener el orden social" y por otra serie de razones. También podría enviar buques de guerra a las islas para hacer escala y reponer suministros, lo que habría llevado a especular sobre la posibilidad de que China estableciera una base naval en las islas del Pacífico Sur.
Además, China puede establecer equipos militares y estaciones de personal en el país insular pero siempre con el consentimiento del gobierno de las Islas Salomón.
Tensiones regionales y locales
Las relaciones entre Australia y China se han deteriorado significativamente en los últimos años y el incremento de las tensiones entre estos dos países ha desembocado en un conflicto comercial tras la imposición, por parte de Pekín, de aranceles a varias exportaciones australianas al gigante asiático.
Por su parte, Australia aprobó una serie de leyes para bloquear la supuesta injerencia extranjera en la política y economía del país, sin citar directamente a China.
Además, no todos en las Islas Salomón están contentos con el acercamiento a China. De hecho, a fines de 2021 hubo un estallido de violencia en respuesta al cambio de los lazos oficiales de Sogavare de Taipei a Beijing. Lo que comenzó como una protesta pacífica de un grupo pro-Taiwán se convirtió en fuertes disturbios que dejaron varias tiendas en el barrio chino de Honiara saqueadas y cientos de ciudadanos chinos sin hogar. Según el acuerdo de seguridad existente entonces con Australia, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea, Sogavare solicitó tropas y policías para ayudar a sofocar las protestas.
Manasseh Sogavare argumentó que durante las protestas las tropas australianas no defendieron los intereses chinos, ni a sus ciudadanos ni a sus negocios. Pocos meses después, China envió a su policía para entrenar a las fuerzas antidisturbios locales por primera vez.
Belt and Road
Dentro de su iniciativa Belt and Road, también conocida como One Belt, One Road, China ha invertido en más de 140 países desde el año 2013. Uno de los pilares centrales de la política exterior de Xi Jinping exige que China asuma un mayor papel de liderazgo en los asuntos globales de acuerdo con su creciente poder y estatus.
Así este nuevo acuerdo con Islas Salomón se produce en pleno proceso de intensificación de los lazos políticos, económicos y de seguridad de China con los países del Pacífico Sur. Muchos países de la región han establecido acuerdos económicos con China y aunque es cierto que muchas islas son pequeñas y en su mayoría empobrecidas ofrecen acceso a grandes áreas del océano y convierten al gigante asiático en un nuevo jugador en el tablero del Pacífico Sur.