El control de la región de Lugansk es ahora mismo el punto central de la batalla que libran Ucrania y Rusia desde que Vladimir Putin ordenara la invasión de la primera. Los soldados ucranianos afrontan un asedio por parte de las fuerzas rusas en Severodonetsk, que es el punto de mayor extensión de esta zona del Donbás que aún está en manos de Kiev. Unas circunstancias que evidencian un interés de Moscú por arrebatar a Volodimir Zelenski este enclave, que serviría para apuntalar el dominio prorruso en todo el área.
Las descargas de fuego de artillería y de bombas con sello ruso han experimentado una escalada en las últimas horas que incluso impiden a las tropas ucranianas buscar un refugio adecuado. Hasta el punto de que aún no han logrado recabar cifras de víctimas y daños, según ha explicado el gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai.
Por el momento, las autoridades ucranianas aseguran que docenas de edificios han sido destruidos por esta ofensiva del Kremlin.Una situación provocada por los ataques de los últimos días. Y que ha coincidido con otra operación del Ejército ruso en Liman que habría finalizado con una victoria para Putin, según el Kremlin, Algo que no han confirmado ni Kiev ni instituciones o servicios de inteligencia de terceros países.
La decisión rusa de centrarse respondería a que es el territorio en el que más réditos militares estarían obteniendo, según apuntan fuentes consultadas por Reuters. Por lo que habría superado su etapa de intentar hacerse con grandes territorios para optar ahora por lugares de una extensión mucho menor.
La fijación con Severodonetsk no afecta solo a la región de Lugansk. Los intereses ucranianos en todo el Donbás se verían muy comprometidos si Rusia consigue que la ciudad caiga en sus manos. Las posibilidades de Kiev de recuperar todo el enclave se reducirían considerablemente, dado que esto afectaría a sus estrategias sobre la otra región determinante, Donetsk.
Una de las primeras reacciones ucranianas ha sido la de reclamar más ayuda a occidente para intentar rearmarse.En concreto, Kiev ha pedido armas de gran calibre con las que buscaría dar la vuelta al conflicto. La que ha sido más explícita ha sido una diputada ucraniana, que ha pedido a Reino Unido misiles y ayuda concreta para desbloquear los puertos.
Los soldados rusos sobre el terreno están esperando atrincherados a que los bombardeos les permitan avanzar sobre la ciudad para controlarla cuanto antes. Todos ellos están en el hotel Myr, situado en el extremo norte de Severodonetsk. Los ataques también impiden a sus rivales ucranianos ir a buscarles para intentar expulsarles de la zona, según ha insistido el gobernador.
Estudios de inteligencia como el del Instituto para el Estudio de la Guerra, de Washington, apuntan a que los rusos han sufrido "bajas terribles" por esta fijación con Lugansk. El problema para Zelenski es que los suyos también estaban afrontando pérdidas humanas, tanto de civiles como de soldados. Lo que, según estos expertos, supone que Putin está dispuesto a "exigir sacrificios horribles a su propio pueblo para apoderarse de una ciudad que no merece ese coste".