Durante meses, la acería de Azovstal fue el símbolo de la resistencia ucraniana. Miles de soldados ucranianos, la mayoría pertenecientes al batallón Azov, resistieron en esta planta metalúrgica de Mariúpol, ciudad que se había convertido en el epicentro del asedio ruso a Ucrania. Ahora, la historia parece querer repetirse en Severodonetsk, la ciudad que centra los ataques de los rusos en los últimos días.
Severodonetsk es una ciudad estratégica que los rusos tratan de tomar desde hace varios días y que les permitiría hacerse con toda la región de la autoproclamada república popular de Lugansk, donde también actúan guerrillas prorrusas. La lucha en la ciudad se libra calle a calle de forma cruenta y las tropas ucranianas, junto con algunos civiles, han elegido una planta química para refugiarse y resistir a las tropas rusas.
Cerca de 800 personas, incluidos niños, se esconden bajo la fábrica, casi el último reducto de resistencia en una ciudad que está controlada, al 80%, por las tropas rusas. "Toda la zona residencial de Severodonetsk ha sido liberada y 'limpiada' de tropas ucranianas por las fuerzas aliadas. Fueron expulsados casi totalmente de la zona industrial, se han escondido en Azot", informó el representante prorruso en su canal de Telegram.
Serhiy Gaidai, el gobernador regional de Lugansk, señaló que los combates callejeros siguen en la ciudad, pero remarcó que las fuerzas ucranianas se comprometieron a luchar "hasta el final". "Hay vecinos a los que se les pidió que abandonaran la ciudad, pero se negaron. También hay niños, pero no son muchos", ha remarcado Gaidai, quien ha reconocido que el Ejército ruso domina la mayor parte de Severodonetsk.
La planta de Azot es de propiedad privada y según han contado sus dueños a la cadena estadounidense CNN, no hay casi productos químicos dentro. Sin embargo, en dos ataque aéreos de las fuerzas rusas la semana pasada, un tanque de ácido nítrico y otro, de metanol, han quedado dañados. Las imágenes divulgadas en redes sociales mostraban a una nube de humo de color naranja que se elevaba desde la planta.
"En la planta química de Azot, un tanque con productos químicos voló por los aires. En principio, se trata de ácido nítrico", dijo en Telegram Rodion Mironchik, dirigente de la autoproclamada república de Lugansk. "Los ataques del ejército ruso, incluidos los bombardeos aéreos indiscriminados, son simplemente una locura absoluta", denunció el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en un vídeo difundido por Telegram.
Pese a las similitudes con lo que ocurrió en Azovstal, Gaidai señaló que no es probable que la planta se convirtiera en un espejo del complejo metalúrgico de Mariúpol, una vez que esta no dispone de túneles subterráneos como ocurría en el caso de la metalúrgica. "No será un segundo Azovstal porque esa planta que tenía una gran ciudad subterránea... que no existe en Azot", explicó.
En la ciudad, los combates se siguen recrudeciendo. Además de los bombardeos de artillería, los rusos lanzaron en las últimas horas ataques desde aviones y helicópteros. Pero, pese al control de la ciudad por parte de las fuerzas rusas, Gaidai asegura que la ciudad "está resistiendo" y señala que "hay muchas posibilidades de una liberación rápida". "Los defensores están llevando a cabo con éxito operaciones locales, tomando prisioneros y tienen todo lo que necesitan para expulsar a los invasores", señaló Gaidai, a la agencia de noticias ucraniana UNIAN.