En medio de la "muy feroz" lucha que, en palabras de Zelenski, se está llevando a cabo en el Donbás, la Unión Europea (UE) dirime si Ucrania es un país apto o no para entrar en la comunidad política europea. Y es que Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en su visita de este sábado pasado a Kiev, no avanzó el sentido de la evaluación de la Comisión Europea (CE) de cara a la candidatura de Ucrania.
El país tiene una asignatura pendiente, la corrupción. Ucrania, abundó la presidenta de la CE, "ya estaba en el buen camino antes de la invasión de Rusia" al tratarse de una "democracia parlamentaria sólida" con "instituciones robustas y una administración que funciona en todos los niveles" tras su reciente reforma para descentralizarla.
Sin embargo, advirtió, aunque el esfuerzo actual debe centrarse en ganar la guerra, tendrá que "hacer más" en materia de reformas contra la corrupción o para modernizar la administración. De esta manera, ahora mismo todo es posible, no hay un sí asegurado para aceptar la candidatura de Ucrania.
¿Pero realmente es la corrupción un grave problema en Ucrania? Ucrania, que es una de las democracias más jóvenes de Europa y comparte el puesto 86 con México en el ranking mundial de democracias, "lleva muchos años afectada por la gran corrupción", según un informe especial del Tribunal de Cuentas Europeo.
Sin ir más lejos, en el Índice de percepción de la Corrupción que publica la Organización para la transparencia Internacional, Ucrania ha obtenido 32 puntos, lo que siginifica que se encuentra en la posición número 122 de los 180 del ranking de corrupción gubernamental.
Esto quiere decir que sus habitantes creen que existe mucha corrupción en el sector público. Además, es importante destacar que los ucranianos percibieron un incremento de la corrupción en el sector público del país del año 2020 al pasado año 2021.
Falta de unanimidad
A esta asignatura pendiente se suma la falta de unanimidad de los estados miembro frente al hecho de facilitar una vía rápida para adherir Ucrania a la UE. Una unamidad de los 27 que se necesita en su próxima cumbre del 23 y 24 de junio para dar luz verde a dar el estatus de país candidato a Ucrania.
"No existe un camino rápido. Esto durará meses, quizás años, fijémonos en lo que podemos hacer en el corto plazo y ver qué podemos hacer ahora para profundizar la relación", dijo el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, cuyo país fue de los primeros en mostrar sus reticencias a la adhesión de Kiev.
A la posición de Holanda también se suma Alemania, más partidaria de favorecer una entrada de países más basada en los méritos que en la coyuntura actual que sufre en la actualidad, por ejemplo, Ucrania. Y es que al mismo tiempo que la solicitud de Ucrania, Bruselas también recibió el encargo de valorar si Moldavia y Georgia cumplen los criterios de adhesión.
Así, a falta de menos de dos semanas de saber si finalmente Ucrania será candidata a la entrada en la UE, lo que sí se sabe es que el canciller alemán, Olaf Scholz, viajará a Kiev con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Mario Draghi, antes de la próxima cumbre del G7, que tendrá lugar del 26 al 28 de junio en Alemania. Lo que, probablemente significa, que viajen a Ucrania también antes de la cumbre en la que se comunicará la decisión de la Comisión Europea.