Mientras Ucrania realizaba sus ataques sobre Belgorod y Melitopol haciendo uso de sus recién estrenados HIMARS, las tropas rusas inundaban el centro de Lisichansk. Entre confirmaciones y desmentidos de ambos estados mayores, a media tarde del domingo, a regañadientes y después de negar lo evidente durante unas pocas horas, Ucrania anunciaba la retirada de sus fuerzas de la ciudad "para preservar la vida de los defensores ucranianos".
"En unas condiciones de superioridad notable de las fuerzas de ocupación rusas en artillería, aviación, sistemas de lanzacohetes, municiones y personal, la continuidad de la defensa de la ciudad tendría consecuencias fatales", explicaba el ejército ucraniano.
La caída de Lisichansk supone que Rusia ya controla toda la provincia de Lugansk. O lo que es lo mismo la mitad del Donbas. Y eso sí que es la primera victoria de Putin en esta guerra después de 130 días de combates.
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Este paso que le va a permitir centrarse única y exclusivamente en Donetsk, la otra mitad de su principal objetivo. El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu, informó a Vladímir Putin, "de la liberación de la República Popular de Lugansk", reconocida como independiente por el Kremlin tres días antes de lanzar su campaña militar en Ucrania, el pasado 24 de febrero.
Shoigú hizo este anuncio después de asegurar que había caído Lisichansk tras entrar las tropas rusas en la ciudad y haber cerrado el cerco en torno a la urbe. Así, el titular de Defensa dijo a Putin que, "como resultado de operaciones militares exitosas, las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, junto con unidades de la Milicia Popular de la República Popular de Lugansk, han establecido el control total sobre la ciudad de Lisichansk y un número de localidades cercanas (...)".
Ahora, tras la caída de las ciudades gemelas de Lisichansk y Severodonetsk, que las tropas rusas tardaron más de un mes en doblegar, los objetivos principales pasan a ser las localidades de Siversk, Sloviank y Kramatorsk, ciudad esta última donde según Tetyana Ignatchenko, portavoz de la administración regional, se produjeron tres ataques con misiles Smerch contra la ciudad.
Ahora mismo, Rusia controla efectivamente entre el 80% y el 90% de todo el Donbas, una región especialmente rica del país, tanto por sus minas de carbón como por la producción de acero y una zona en la que podrá reagruparse para organizar ofensivas en esas ciudades del suroeste que aún no han sucumbido y Kramatorsk es la clave.
Si Kramatorsk cae, las fuerzas de Putin controlarán toda la región de Donbas y eso es fundamental tanto desde el punto de vista de los suministros como desde el punto de vista simbólico. Putin podría reclamar una victoria militar tangible y usar el territorio como palanca en cualquier futura negociación de paz con Ucrania. Mantener el Donbas también expandiría el "puente terrestre" de Moscú que conecta el territorio ruso con Crimea y dejaría siempre abierta la posibilidad de atacar Odesa y conectar con los rebeldes prorrusos de Moldavia en Transnistria.
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De acuerdo con los datos proporcionados por el gobernador, desde que comenzó la invasión rusa, los bombardeos en la región de Donetsk han causado la muerte de 554 civiles y han herido a otros 1.442, si bien se desconoce el número de víctimas en Mariúpol, donde el alcalde ha calculado el número de decesos en unos 20.000.
Rusia se encontraría ahora en la frontera administrativa con Donetsk tras tomar presuntamente el control de localidades en la vecina Lugansk cercanas a la linde, como Verkhniokamyanka, Zolotarivka y Bilhorivka.
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