A principios de marzo, la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, todavía rechazaba los llamamientos de la oposición para integrarse en la OTAN con el argumento de que eso desestabilizaría la seguridad en Europa. El 18 de mayo, Finlandia y Suecia presentan conjuntamente su solicitud de entrada al club. Y este martes, los embajadores de los 30 Estados miembros han firmado los protocolos de adhesión de Helsinki y Estocolmo a la Alianza Atlántica.
En la ceremonia han participado los ministros de Asuntos Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto, y de Suecia, Ann Linde, así como el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. "Este es verdaderamente un momento histórico. Para Finlandia, para Suecia, para la OTAN y para nuestra seguridad compartida", ha dicho Stoltenberg.
El último paso pendiente para que los dos países nórdicos se conviertan en miembros de pleno derecho del club es la ratificación de los protocolos en los parlamentos nacionales de los 30 Estados miembros de la OTAN, en particular el de Turquía, que vuelve a amenazar con el veto.
[Suecia y Finlandia enfrían las "promesas" a Turquía sobre los kurdos tras las amenazas de Erdogan]
Dinamarca y Noruega, los otros países nórdicos ya en la Alianza, han sido los primeros en ratificar. Estonia quiere ser el siguiente y se plantea completar el trámite este mismo miércoles. Los países bálticos son los más entusiastas con la entrada de Finlandia y Suecia porque consideran que reforzará considerablemente la seguridad en la región, en primera línea del choque con Rusia.
Stoltenberg ha dicho que la ratificación será "más rápida de lo normal" y ha pronosticado que durará menos de un año, aunque ha eludido comprometerse en fechas concretas.
Durante este periodo transitorio, Helsinki y Estocolmo todavía no están cubiertos por el artículo 5 del Tratado de la OTAN, la cláusula de defensa colectiva. Una circunstancia que preocupaba a los dos Gobiernos por el riesgo de que Moscú utilizara este tiempo para desestabilizarles. Pero varios aliados, entre ellos Reino Unido o Estados Unidos, les han ofrecido garantías de seguridad frente a cualquier agresión del Kremlin.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado un vuelco radical en la arquitectura de seguridad europea. En tiempo récord, dos países con una larga tradición de neutralidad militar han dado un giro completo hasta pedir la entrada en la OTAN, con pleno apoyo de sus respectivas opiniones públicas. Si Vladímir Putin ha sido capaz de agredir sin justificación a un vecino como Ucrania, ¿qué le impediría hacer lo mismo contra Finlandia y Suecia?
La candidatura de los dos países nórdicos chocó con la inesperada resistencia de Turquía, que les ha bloqueado durante un mes. El Gobierno de Recep Tayipp Erdogan sostiene que Estocolmo y Helsinki dan cobijo a activistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que está en la lista negra de la UE de organizaciones terroristas. También denuncia el embargo de armas que los dos países han impuesto a Turquía por su participación en la guerra de Siria.
En la cumbre de la OTAN de Madrid de la semana pasada, Finlandia y Suecia alcanzaron un acuerdo con Turquía en el que se comprometieron a responder a sus preocupaciones. Un pacto que ha permitido levantar el veto de Ankara a la adhesión. No obstante, todavía podría haber nuevos obstáculos en el camino. Erdogan ya ha avisado de que si los dos países no cumplen lo prometido (en particular por lo que se refiere a la extradición de activistas kurdos), no ratificará los protocolos de adhesión.
Tanto Haavisto como Linde han asegurado que no han pactado con Ankara ninguna lista secreta de personas a las que van a extraditar, pese a que Erdogan ha hablado de 73 terroristas. Las peticiones que envíe Turquía seguirán los cauces normales en la justicia de ambos países, aunque el compromiso es reforzar la cooperación en la lucha antiterrorista y no convertirse en un "lugar de refugio seguro" para terroristas, han insistido.
Una vez superado el veto de Ankara, las negociaciones de adhesión se iniciaron este lunes en Bruselas y apenas duraron unas horas. Los dos países confirmaron su voluntad y capacidad de cumplir todas las obligaciones políticas, legales y militares que les corresponden en tanto que miembros de la OTAN y el resto de socios constataron que cumplen todos los requisitos.
Si el objetivo real del Kremlin con la guerra en Ucrania era alejar a la Alianza de las fronteras de Rusia, en realidad ha conseguido todo lo contrario de lo que pretendía. En particular, la entrada de Finlandia duplicará la frontera entre Rusia y la OTAN al añadir 1.340 kilómetros adicionales. Los dos países nórdicos aportan además ejércitos potentes y bien entrenados que ya tienen un alto grado de interoperabilidad con la Alianza.
Tras varias amenazas durante las semanas previas a la solicitud de adhesión, Vladímir Putin ha restado importancia a la entrada en la OTAN de Suecia y Finlandia con el argumento de que no tienen disputas territoriales con ellos. No obstante, Moscú avisa de consecuencias si la Alianza Atlántica sitúa allí tropas o armamento de forma permanente.
El secretario general asegura que las puertas de la OTAN siguen estando abiertas para las democracias europeas que están dispuestas a contribuir a la seguridad compartida. "Con 32 naciones alrededor de la mesa, seremos incluso más fuertes y nuestros ciudadanos estarán incluso más seguros, justo cuando nos enfrentamos a la mayor crisis de seguridad en décadas", ha dicho Stoltenberg.
Noticias relacionadas
- Feijóo, convencido de que la inflación acabará con el Gobierno: la economía "es su talón de Aquiles"
- El PP pide al Gobierno que baje 50 céntimos el litro de gasolina reduciendo los impuestos
- Sánchez comunica que intervendrá para zanjar la guerra de Adriana Lastra y Santos Cerdán en el PSOE
- El rechazo de Podemos al aumento del gasto en Defensa aleja a Sánchez de sus terceros Presupuestos