Dos soldados ucranianos desactivan una mina rusa en la playa de Odesa.

Dos soldados ucranianos desactivan una mina rusa en la playa de Odesa.

Mundo

Un corredor entre minas submarinas en el mar Negro, última esperanza ante la hambruna mundial

Desminar el mar podría llevar años, por lo que guiar a los barcos entre los explosivos sería la única manera para aliviar la crisis alimentaria global. 

20 julio, 2022 03:19

Desde el pasado febrero, un cartel rojo con el símbolo de una calavera indica la presencia de explosivos en las playas de la ciudad ucraniana de Odesa. "Peligro. Minas", se puede leer. Es la señal con la que las autoridades advierten a los ciudadanos de la peligrosidad de sumergirse en las aguas del mar Negro, infestado de minas marinas.

Estos artefactos, lanzados por las fuerzas ucranianas para frenar el avance del ejército ruso en el transcurso de la guerra, representan una grave amenaza para la población. Sobre todo ahora que el calor empuja a ignorar las indicaciones y bañarse en el mar. Sin ir más lejos, el pasado 11 de junio, un hombre de 50 años buceaba en la playa de Odesa en busca de caracoles (una comida típica local), cuando una mina explotó y acabó con su vida en el acto.

El peligro, sin embargo, se extiende más allá de las costas: las minas son ahora el principal obstáculo para la reapertura de las rutas de transporte de cereales ucranianos, asediadas durante meses por las fuerzas navales rusas.

Una mujer lee un libro en Odesa mientras los policías realizan una redada en una playa para recordar a la gente sobre una posible amenaza de minas, en medio de la invasión rusa de Ucrania.

Una mujer lee un libro en Odesa mientras los policías realizan una redada en una playa para recordar a la gente sobre una posible amenaza de minas, en medio de la invasión rusa de Ucrania. Europa Press

Sobre todo después de que el pasado junio Moscú anunciase que está dispuesta a permitir un corredor de seguridad marítimo para facilitar la salida de las 25 millones de toneladas de cereal que están varadas en los silos y los puertos ucranianos. Eso sí, con la condición de que Ucrania desmine sus costas.

La noticia alivió levemente a varios países del norte de África altamente dependientes del trigo ucraniano como Túnez, Libia o Egipto—. No obstante, también generó desconfianza en Ucrania, que dijo no estar dispuesta a dejar desprotegido el estratégico puerto de Odesa. ¿El motivo? Teme que las fuerzas rusas aprovechen la oportunidad para tomar la ciudad, prácticamente destruida por los bombardeos.

Ante este tira y afloja, Naciones Unidas ha decidido mediar entre Rusia, Ucrania y Turquía (el tercer vecino del mar Negro), que se reunirán de nuevo esta misma semana. Sin embargo, las negociaciones para la creación de esos pasillos marítimos siguen estancadas. Se están discutiendo los detalles del plan, según han señalado en sus canales oficiales las distintas delegaciones. Mientras tanto, la crisis alimentaria global se agrava.

Cartel que advierte de la presencia de minas en las playas de Ucrania.

Cartel que advierte de la presencia de minas en las playas de Ucrania. Europa Press

No obstante, aunque Ucrania accediese a eliminar las minas colocadas en las aguas portuarias de acuerdo con cálculos rusos de mayo, unas 370 en el mar Negro y unas 50 en el interior de Azov, crear un corredor marítimo seguro seguiría siendo un desafío técnico. Habría que guiar a las embarcaciones a través de los artefactos, cuya localización se conoce.

"La eliminación completa de las minas marinas en las zonas portuarias llevaría varios meses", indicó un portavoz de la Organización Marítima Internacional, la agencia de transporte marítimo de la ONU, que trabaja para diseñar el corredor marítimo. Algunos expertos internacionales son menos optimistas y calculan que podrían tardarse años en desactivar todos los artefactos.

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Un desafío técnico

En parte, esto se debe a que se necesitan equipos especializados sumergibles que se puedan utilizar a distancia para localizar y destruir las minas. Y en parte también porque no se sabe cuántos explosivos se esconden en el fondo del mar, ya que Rusia también ha lanzado minas en el mar Negro. 

Así lo señalaron funcionarios estadounidenses a finales de junio. Lo hicieron en declaraciones a la CNN y citando un informe de los servicios de inteligencia estadounidense que confirma que "la armada rusa recibió órdenes de colocar minas en los puertos de Odesa y Ochakiv, y que ya había minado el río Dnieper".

Asimismo, Sergey Bratchuk, portavoz de la administración militar regional de Odesa, acusó a Rusia de haber sembrado entre 400 y 600 minas en la zona marítima de Ucrania. El Kremlin, por su parte, ha negado esta información.

Personal de la armada búlgara destruye una mina naval en el mar Negro.

Personal de la armada búlgara destruye una mina naval en el mar Negro. Reuters

En este sentido, se desconoce realmente el número de minas que flotan en el mar Negro. Tampoco se sabe de qué tipo (o tipos son), lo que dificulta su desactivación. Algunas, por ejemplo, están diseñadas para explotar cuando una embarcación choca contra ellas, mientras que otras simplemente están ancladas al suelo, según un informe de Human Rights Watch.

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Minas a la deriva

Hay, además, otro inconveniente: cuando hay tormentas, este tipo de minas pueden soltarse y desplazarse largas distancias.

De hecho, en los últimos meses, Turquía, Bulgaria y Rumanía han localizado minas frente a sus costas, aunque no han detallado la procedencia. Ahora bien, estos hallazgos han hecho saltar todas las alarmas y han obligado a estos países a patrullar sus costas y buscar explosivos a la deriva para desactivarlos.

Ucrania acusa a Rusia de haber lanzado entre 400 y 600 minas al mar

Un proceso que no siempre tiene los resultados esperados. Así lo demuestra lo sucedido este verano en una playa de la ciudad de Mariúpol, ahora bajo control ruso. A inicios de junio dos civiles, uno de ellos un niño, fallecieron por la explosión de una mina en una playa que, en principio, había sido desminada.