Tras horas negándolo, Rusia ha admitido lo que parecía evidente desde el principio: su ataque contra el puerto de Odesa de este sábado. El Ministerio de Exteriores ruso ha asegurado este domingo que sus misiles de crucero alcanzaron un edificio militar y lograron destruir un buque de guerra. Por lo que desvinculan así que el ataque esté relacionado con la firma del acuerdo para desbloquear la exportación de cereal a través del Mar Negro.
Según la ministra de Exteriores, Maria Zakharova, fue un "ataque de precisión" que envió el barco militar ucraniano a la "dirección favorita del régimen de Kiev". Esa referencia a la "dirección favorita" es una referencia irónica a lo expresado por las fuerzas ucranianas cuando un barco ruso intentó atacar la Isla de las Serpientes en febrero, al que trasladaron que "se fuera a la mierda".
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia, ha señalado que junto con la embarcación militar fue destruido un depósito de misiles antibuque estadounidenses Harpoon. "También fueron inutilizadas capacidades productivas para reparación y modernización de los buques de la Armada de Ucrania", ha destacado el portavoz de esa cartera, general Ígor Konashénkov, en su comparecencia de prensa diaria.
Condena unánime
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó este sábado "de forma inequívoca" los ataques rusos contra el puerto ucraniano de Odesa, en el Mar Negro, un día después de que Rusia y Ucrania alcanzaran un acuerdo para exportar el grano ucraniano y paliar la escasez de cereales en todo el mundo.
Estados Unidos se sumó la condena y su secretario de Estado, Antony Blinken, denunció que el ataque contra Odesa "plantea serias dudas sobre el compromiso de Rusia con el acuerdo". "El Kremlin sigue mostrando desprecio a la seguridad de millones de civiles mientras perpetúa su asalto a Ucrania", señaló en un comunicado Blinken. Que además destacó que Rusia "priva a Ucrania de su vitalidad económica y al mundo de su suministro alimentario".
También la Unión Europea (UE) condenó el ataque ruso a Odesa por medio de su alto representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, quien subrayó que esa acción "vuelve a demostrar el desprecio total de Rusia por el Derecho y los compromisos internacionales".
"El misil ruso es un escupitajo de (el presidente ruso) Vladímir Putin en la cara del secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente de Turquía, Recep (Tayyip) Erdogan", afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko, al condenar el ataque al puerto de Odesa.
A su vez, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró que el ataque a Odesa "demuestra solo una cosa: da igual lo que Rusia prometa, siempre encontrará una manera de no cumplirlo".