"Aquellos que jugan con fuego se queman". Esta ha sido la gráfica advertencia que el presidente chino, Xi Jinping, ha trasladado a su homólogo estadounidense, Joe Biden, en la tarde de este jueves. El motivo es la posible visita de la presidenta del Congreso de EEUU, Nancy Pelosi, a Taiwán. Algo que China ve como una agresión a su soberanía. Ante lo que Pekín ha dejado claro a Washington que no está dispuesto a permitir que se produzca sin consecuencias.
Con una gran tensión de fondo, Biden y Xi han dialogado durante casi dos horas de diversas cuestiones. Aunque la que más fricciones ha generado ha sido esta. El jefe del Estado chino ha expuesto a Biden que Estados Unidos debe acatar "el principio de 'una sola China'", según un comunicado oficial de la Cancillería china. Por lo que ha reiterado su oposición "a la independencia de Taiwán" y a "las injerencias externas". Esto último, a su juicio, es lo que representaría ese viaje de Pelosi a un territorio que está en conflicto abierto con Pekín.
Pelosi anunció sus planes de ir a Taiwán en abril, pero tuvo que suspender el viaje por contraer la covid-19. Ahora, según algunos medios estadounidenses, está haciendo preparativos para visitar la isla este verano, aunque su oficina no ha hecho todavía ningún anuncio oficial.
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Un portavoz del Ejército chino ya avisó a Estados Unidos de que las fuerzas del país asiático "no se quedarían de brazos cruzados" si se produce la visita y la Cancillería china ha reiterado en las últimas fechas que China "respondería con firmeza". De momento ni Pelosi ni el Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán han confirmado el viaje, que se produciría en agosto, según medios estadounidenses.
Advertencia con la economía de fondo
La sombra de Taiwán ha estado por encima de todos los temas de discusión entre ambos líderes. El presidente chino ha recordado a su homólogo que "definir las relaciones entre ambos países desde una perspectiva de competición es engañoso y equivocado".
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Por lo que ha expresado su deseo de que ambas superpotencias "mantengan la comunicación en asuntos importantes como la coordinación de políticas macroeconómicas, el mantenimiento de la estabilidad de las cadenas industriales de suministros y la garantía de la energía global y la seguridad alimentaria". Además, el líder chino ha advertido a Biden de que "el desacople de las cadenas de suministro no contribuirá a impulsar la economía estadounidense".
Además, Xi ha recomendado queque ambos países "trabajen juntos" para "enfriar los asuntos regionales más candentes". También, para "ayudar al mundo a salir de la pandemia de covid-19, del estancamiento y del riesgo de recesión".
Una visita que sería histórica
Sería la primera visita de un presidente de la Cámara de Representantes de EEUU desde 1997, cuando el republicano Newt Gingrich visitó la isla.
Taiwán es uno de los mayores motivos de fricción entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con China.
En 1979, tras romper los lazos diplomáticos con Taipei y establecerlos con Pekín, Estados Unidos adoptó el Acta de Relaciones de Taiwán, en la que se comprometía con la defensa de la isla y el suministro de equipos bélicos.
Siguen sin verse personalmente
Xi y Biden, que todavía no se han reunido en persona desde la llegada de este último a la Casa Blanca, definieron su diálogo como "franco y profundo" y acordaron "mantener el contacto".
El comunicado chino apenas ofrece detalles sobre lo dicho por Biden en la reunión, la segunda que se produce entre ambos líderes desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, tema que también se trató en la conversación de este jueves, aunque Pekín solo explica que Xi Jinping "reiteró la posición de China" al respecto.
Desde el comienzo de la guerra, China ha mantenido una postura ambigua durante la cual ha pedido respeto para "la integridad territorial de todos los países", incluido Ucrania, y atención para las "legítimas preocupaciones de todos los países", en referencia a Rusia.
Las relaciones entre ambos países comenzaron a deteriorarse en 2018 cuando el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, inició una guerra comercial con China que después se amplió a campos como el tecnológico o el diplomático.