Putin tiene dos enemigos declarados: Ucrania, que lleva sufriendo los ataques rusos desde el pasado 24 de febrero, y Estados Unidos (EEUU), que mostró su apoyo al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, desde el primer momento. Y materializó ese respaldo enviando a Ucrania ayuda armamentística y financiera.
Por eso este domingo el presidente ruso ha anunciado sus planes de crear nuevas bases militares en el mar Mediterráneo, la región de Asia-Pacífico, el océano Índico y el golfo Pérsico. Todo ello se enmarca en la nueva doctrina naval aprobada por Putin, que considera a EEUU como la mayor amenaza para su seguridad.
Moscú ve como el "principal riesgo" para su Armada la falta de suficientes bases fuera de sus fronteras que puedan recibir y abastecer a sus buques y realizar labores de reparación y mantenimiento técnico.
"Hemos marcado abiertamente las fronteras y zonas de los intereses nacionales de Rusia, tanto económicas como estratégicas, que son vitales", aseguró Putin al intervenir en el Día de la Armada en San Petersburgo. "Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios", aseguró en declaraciones recogidas por Efe.
Además de garantizar la presencia permanente de la flota rusa en la base naval de Tartus, en Siria, Moscú quiere desarrollar centros de mantenimiento naval "en territorio de otros países de la región", lo que incluye a países africanos y de Oriente Próximo. Es un paso más en el plan de Putin para hacer frente a la OTAN.
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Esas bases se abrirán también en países de la cuenca del Pacífico e Índico, y en el mar Rojo, con cuyos países Rusia intenta desde hace años forjar una cooperación estratégica como alternativa a sus tradicionales socios europeos, a los que está enfrentado por la campaña militar en Ucrania.
Evacuación del Donbás
Mientras tanto, después de seis meses la guerra de Ucrania se cronifica. Los bombardeos, los ataques, las agresiones no cesan. Y ahora mismo toda la estrategia militar se centra en el sur del país y en la región del Donbás.
Por eso el Gobierno de Ucrania ha decidido la evacuación obligatoria de la región de Donetsk (situada en el este del país, en pleno corazón del Donbás).
En una alocución difundida el sábado por la noche en el canal presidencial de Telegram, Zelenski pidió a los habitantes que aún no lo han hecho que tomen por sí mismos la decisión de evacuar Donetsk y les aseguró que contarían con asistencia completa tanto logística como económica.
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"Confíen en mí. Cuanto antes lo hagan, cuanta más gente abandone la región de Donetsk ahora, menos tiempo tendrá el ejército ruso para matar a personas", subrayó, tras admitir que aún había "cientos de miles de personas, decenas de miles de niños, muchos de los cuales se niegan a irse".
Zelenski repitió el reconocimiento que varios países han hecho de Rusia como estado terrorista, especialmente EEUU, "más como una defensa efectiva del mundo libre que como un gesto político", según recoge Efe.
Pavlo Kyrylenko, jefe de la administración militar de Donetsk, informó este mismo sábado de que a lo largo del último mes, como resultado de los ataques rusos, han muerto en la región un total de 662 personas y que otras 1.711 fueron heridas.
La ambición de Putin
Además de la construcción de bases militares, el Kremlin se dispone a solucionar una de las principales carencias de su flota desde hace décadas: la construcción de portaaviones. En particular, el plan de Putin menciona el interés en desarrollar la cooperación militar-naval con la India, Irán, Arabia Saudí e Irak.
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Precisamente, considera que el "mayor desafío" para su seguridad nacional es la estrategia de EEUU de dominar los océanos, lo que incluye restringir a Rusia el acceso a los recursos y las comunicaciones oceánicas.
Moscú acusa a Washington de perseguir la "hegemonía incontestable" de su Armada, lo que va acompañado de pretensiones territoriales de costas e islas rusas, el acercamiento de la infraestructura de la OTAN y el incremento de las maniobras navales.
Por todo ello, Rusia también se propone acelerar y diversificar sus actividades en aguas árticas desde los archipiélagos de Nueva Zembla, Francisco José y Svalbard (de soberanía noruega), o la isla de Wrangel.
El Ártico
Una de las prioridades del Kremlin será convertirse en uno de los líderes en exploración y explotación de los recursos del territorio ártico, especialmente de la plataforma continental rusa, a lo que aspiran también otros países, que acusan a Rusia de militarizar la región. Y también controlar las actividades de otros países en la conocida como Ruta Ártica, que Putin propone como alternativa al Canal de Suez.
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La doctrina destaca que "las zonas importantes" en las que la flota rusa debe garantizar los intereses nacionales desde el punto de vista económico y de la seguridad nacional y estratégica son: los mares Negro y Azov; el Mediterráneo oriental; el Báltico y la zona de las islas Kuriles (cuya soberanía reclama Japón), y los ejes de comunicaciones marítimas hacia los continentes de Asia y África.
Otra de las prioridades es reforzar el potencial de la Flota rusa del mar Negro y fortalecer la infraestructura militar-naval de la anexionada península de Crimea y de la región de Krasnodar.
En un futuro la Armada rusa también quiere garantizar el acceso ininterrumpido al enclave báltico de Kaliningrado, muy dependiente ahora del tránsito terrestre de mercancías por los países bálticos.
Tanto los portaaviones de la Armada como los buques de gran tonelaje para la exploración del Ártico se construirían en futuros astilleros del lejano oriente ruso, con capital en Vladivostok, señala la doctrina, que sustituye a la aprobada en 2015 tras la anexión de Crimea, que deterioró en gran medida las relaciones entre Putin y Occidente.