Roma

Un auténtico todos contra todos. Es la fotografía del centro izquierda italiano, que en cuestión de una semana cambia completamente de aspecto y que, con su fragilidad y constante mutación, deja aún más despejado el camino de la extrema derecha transalpina para ganar las próximas elecciones generales el 25 de septiembre.

Este giro de 180 grados ha tenido lugar este domingo en directo en la televisión pública Rai 3, donde Carlo Calenda, líder del partido Acción y de los centristas italianos, confirmó en una entrevista “No seguiré adelante con esta alianza”, sellada hace una semana junto al socialista Partido Democrático (PD) del ex primer ministro Enrico Letta, quien afirma que “el único aliado posible para Calenda es solamente Calenda”.

Esta decisión de Calenda es la consecuencia directa de la estrategia de Letta por haber realizado un acuerdo paralelo con la izquierda radical, Izquierda Italiana y los Verdes, para coleccionar más votos dentro de un bloque ya en desventaja respecto a la ultraderecha de Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), Matteo Salvini (Liga) y Silvio Berlusconi (Forza Italia).

No coalición del PD con la izquierda

El líder de Acción había puesto como requisito la no coalición del PD con la izquierda radical, que en numerosas ocasiones ha votado contra las medidas y las mociones de confianza del Gobierno italiano del todavía primer ministro en funciones, Mario Draghi. Como resultado de la apuesta de Letta, la coalición reformista pierde su componente moderado de centro y se radicaliza por la izquierda; favoreciendo el bloque ultraderechista. “Ahora Letta está obligado a ser de izquierda”, titula el diario italiano Domani.

El escenario en el bloque de centro izquierda, hace tan sólo una semana, era completamente diferente dado que el pasado lunes Letta y Calenda habían precisamente sellado su acuerdo de coalición con la idea de proteger dicha alianza como antídoto no sólo moderado, sino europeísta y opuesto a la ultraderecha de Meloni y Salvini. Esto habría podido favorecer a ambos partidos, el socialista Partido Democrático y el centrista Acción: el primero habría ganado adeptos entre las filas reformistas haciendo hincapié en el voto útil y el segundo podría recoger el descontento de los europeístas conservadores desencantados con Silvio Berlusconi y su Forza Italia (FI), hoy relegada a mero punto de apoyo para la ultraderecha de Hermanos de Italia (HDI) y la Liga.

¿Qué va a pasar ahora en el bloque de la izquierda? Pues el Partido Democrático e Izquierda Italiana - Los Verdes, juntos, no podrán hacer gran cosa sin los centristas de Carlo Calenda, por muy a la izquierda que se desplacen. Además, cuanto más a la izquierda estén los eventuales socios, menos gustará la idea de una vuelta de Mario Draghi como primer ministro o, en su defecto, una retoma de su programa económico.

Carlo Calenda, líder del partido Acción. Reuters

Calenda no quiere ni a la izquierda radical, por votar siempre contra Draghi; pero tampoco con los populistas del Movimiento 5 Estrellas (M5E), por haber provocado la caída de su Gobierno el pasado mes de julio. Así que los grillinos están destinados a ir en solitario, dado que el PD de Letta, desde la crisis de Ejecutivo desatada por el partido antisistema, también pone como condición preelectoral una exclusión de la formación de Giuseppe Conte. Una opción posible, marcada por la necesidad, es que después de las urnas el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas limen sus asperezas en aras de lograr una alternativa a un Gobierno ultraderechista en el país.

En el debate público, mediático y en las redes sociales se van reduciendo los protagonistas y simplificando las opciones propagandísticas: la ultraderechista Giorgia Meloni (Hermanos de Italia) contra el socialista Enrico Letta (Partido Democrático), los demás son aliados de cada uno. Lo cierto es que ambos se citan a diario en los medios de comunicación transalpinos como ejemplo claro de su antípoda política e ideológica: derecha frente a izquierda, euroescépticos frente a europeístas, populistas frente a moderados. “O nosotros, o Letta”, afirma a diario Meloni estas semanas. “O nosotros, o Meloni”, es la versión de Letta. Así las cosas, ante una progresiva polarización de la política italiana, la fragmentación de la izquierda daría el impulso definitivo a la ultraderecha en el país con forma de bota.

Creación de un tercer polo

El elemento que podría romper la baraja de la política transalpina a favor del bloque de izquierda podría ser precisamente el propio Calenda, firme defensor del rol de los centristas en Italia. La sorpresa de los próximos días podría ser la creación de un tercer polo formado por Carlo Calenda y el ex primer ministro italiano Matteo Renzi, líder de Italia Viva (IV); quienes, conjuntamente, podrían aspirar a un 10% en las elecciones generales y ser decisivos para los socialistas de Enrico Letta para formar un eventual Ejecutivo de centro izquierda, sin la necesidad de que el PD tenga que aliarse con la izquierda radical y, sobre todo, tener que repetir la compleja experiencia política con el Movimiento 5 Estrellas (M5E). La clave de un eventual e improbable Gobierno de izquierda en Italia, en cualquier caso, estará ligado a la renuncia de los actuales vetos entre prácticamente todas las formaciones con el objetivo de impedir un Ejecutivo ultraderechista en el país.

Atendiendo a la última media de sondeos realizada en el país, la coalición ultraderechista rozaría el 45% de los votos: el partido ultraderechista Hermanos de Italia (HDI) liderado por Giorgia Meloni obtendría hoy el 23,4%; la Liga de Matteo Salvini el 13,4% y el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia (FI), el 8%. En lo que queda del bloque de izquierda, el socialista Partido Democrático (PD) de Enrico Letta lograría el 22,8% junto a Izquierda Italiana - Los Verdes junto a su 4%. Si los populistas del Movimiento 5 Estrellas confirman su idea de presentarse en solitario obtendrían el 10,4%. Si Carlo Calenda (Acción) y el ex primer ministro Matteo Renzi (Italia Viva) se unieran para crear un tercer polo centrista, sumarían el 7,7%. En las últimas semanas, la media de sondeos registran un constante aumento de porcentajes de intención de voto a favor de Meloni y Letta, lo cual confirma una progresiva polarización hacia los dos partidos que más opciones tendrían de ganar las próximas elecciones generales en el país dentro de sus propias coaliciones.

El pasado mes de julio, el todavía primer ministro italiano, Mario Draghi, dimitió como jefe del Gobierno transalpino tras comprobar, antes y después de una moción de confianza en ambas Cámaras, que ya no disfrutaba del apoyo del partido antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5E) liderado por el ex presidente del Ejecutivo italiano, Giuseppe Conte; aunque finalmente se sumaron también la ultraderechista Liga de Matteo Salvini y el centro derecha de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi.

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