Finlandia vive una crisis política por una fiesta en la que participó su primera ministra. Sanna Marin está inmersa en una polémica que no ha parado de crecer tras las insinuaciones de que podría haber consumido drogas. Estas acusaciones llegan tras filtrarse varios vídeos en los que aparece bailando y cantando junto a varios amigos. Y en los que uno de los presentes en el evento hace una alusión a la cocaína al gritar "raya de harina", que sería una referencia a esa droga en concreto. Unas grabaciones que han provocado una reacción de la oposición, desde donde le han llegado a reclamar que se haga un test de drogas.
Los vídeos que han envuelto en la controversia la vida privada de Marin han aparecido en el tabloide finlandés Iltalehti. En los mismos se ve a la jefa del gobierno nórdico, de 36 años, bailando animadamente y bebiendo junto a varias personas en un apartamento privado. La filtración ha motivado que haya tenido que salir a dar explicaciones. Aunque, como ha señalado ella misma, estaba muy molesta de tener que hacerlo. Sobre todo, en medio de acusaciones de consumo de drogas. Y en medio de una elevada tensión con Rusia por el ingreso de Helsinki en la OTAN.
La fiesta se produjo hace algunas semanas, como ha asegurado la propia Marin. La primera ministra sabía en todo momento que estaba siendo grabada. Pero, como ha apuntado, parte de su enfado está relacionado con que los vídeos hayan sido publicados. "Estaba pasando la noche con mis amigos, de fiesta, donde bailaba y cantaba", ha apuntado Marin en declaraciones a los periodistas. En la fiesta estaban junto a ella dos presentadores de televisión, un influencer, un youtuber, un estilista, una cantante y un diputado del Partido Socialdemócrata que lidera.
Pero todos los problemas que le han surgido a Marin tienen que ver con esa mención concreta que realiza uno de sus acompañantes a la cocaína. Esa expresión es la que ha movilizado a varios sectores de la oposición finlandesa. Desde los cuales han solicitado abiertamente a Marin que se haga un test de drogas para demostrar que no consume estupefacientes.
El más claro ha sido Mikko Kärnä, del Partido del Centro finlandés, que ha publicado un tuit en el que le insta a hacerse esa prueba. Algo que, según el diputado, "espera la gente de su primera ministra". A estas reclamaciones se han sumado algunos medios de comunicación finlandeses. Entre los ejemplos está el de una columnista del mismo tabloide que ha difundido los vídeos, que cree que la situación es "seria" para la primera ministra. Todo porque, según ella, "no puede estar en fiestas donde se consumen abiertamente drogas prohibidas".
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Defiende su vida privada
Marin ha recogido el guante de estas peticiones en su comparecencia ante los medios. La jefa del gobierno nórdico ha asegurado que está dispuesta a hacerse las pruebas que hagan falta. "No he tomado drogas ni nada distinto al alcohol", ha señalado Marin, que ha asegurado que nunca ha estado en situaciones "en las que haya visto o conocido que otros" tomaban drogas.
Unas aclaraciones a las que ha añadido que no tiene "nada que ocultar" y que seguirá siendo "la misma persona que he sido hasta ahora". "Tengo tiempo libre para pasarlo con mis amigos. Estoy segura que es lo mismo que hace mucha gente de mi edad", ha apuntado Marin, que en 2019 se convirtió en la primera ministra más joven del mundo, cuando solo tenía 34 años.
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Esta no es la primera vez que la primera ministra de Finlandia se ve envuelta en una discusión política por su vida privada. Su asistencia a un festival de música hace algunas semanas, donde se hizo varias fotos que publicó en su cuenta de Instagram, también le costaron críticas de los partidos de la oposición y de parte de la opinión pública. Entonces, la acusaron de ir más de fiesta que de estar pendiente de gobernar.
La crisis con Rusia
La crisis de imagen que ahora vive Marin se produce en medio del conflicto que Finlandia tiene abierto con Rusia. Como uno de los países de la UE que tiene frontera con territorio ruso, el anunciado ingreso en la OTAN del país finlandés ha puesto en alerta al Kremlin. La invasión de Ucrania fue la que provocó esa llamada de Helsinki a la Alianza Atlántica, rompiendo así su histórida neutralidad.
Con este gran problema que tiene la primera ministra con Vladímir Putin, que ha lanzado varias amenazas a Helsinki en las que le insta a no almacenar armas de la OTAN, ahora tiene que solucionar otro frente más. Aunque sea por una cuestión de su vida privada.