El atentado con un coche bomba a Darya Dugina, hija de un ideólogo ruso nacionalista, está agitando los temores de que Rusia intensifique su acción contra Ucrania y los países occidentales. Desde Kiev han negado tener cualquier tipo de participación en el atentado, pero el país ya se está preparando para un incremento de los ataques con misiles rusos que coincidirá con el día de independencia de Ucrania, este miércoles.
El ejército del país avisó de que Rusia había desplazado a cinco buques de guerra y submarinos con misiles de crucero hacia el Mar Negro y que Moscú estaba posicionando sistemas de defensa aérea en Bielorrusia. Como medida de precaución las reuniones masivas han sido prohibidas en Kiev durante cuatro días a partir del lunes.
Ya en la noche del sábado, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, advirtió de que "Rusia puede intentar hacer algo particularmente desagradable, algo particularmente cruel" esta semana cuando el país celebra su 31 aniversario de independencia. El domingo por la noche, las fuerzas armadas del país señalaron que Rusia había cerrado el espacio aéreo en las regiones fronterizas rusas de Lipetsk y Voronezh entre el 22 y el 25 de agosto.
La preocupación sobre si Rusia intensificaría sus ataques en el día de la independencia había estado en el aire durante algún tiempo y era anterior al coche bomba de Moscú, sin embargo, ahora los temores se han incrementado, una vez que se cree que Moscú podría utilizar el atentado como un pretexto adicional.
Después del asesinato de Darya Dugina, las tensiones entre los dos países fueron en aumento. Las investigaciones sobre el crimen están en curso, sin conclusiones todavía, pero algunos Halcones de Rusia intentaron, sin pruebas, culpar a Ucrania y pidieron que el Kremlin respondiera atacando a funcionarios gubernamentales en Kiev. Ucrania, a su vez, negó cualquier participación en el ataque, señalando que "no era un estado terrorista".
"Ucrania no tiene absolutamente nada que ver con esto, porque no somos un estado criminal como Rusia, ni tampoco terrorista", dijo Mykhailo Podolyak, asesor de Zelenski, en declaraciones transmitidas por televisión.
Grupo antiPutin
El domingo por la noche, un exmiembro de la Duma de Rusia que fue expulsado por actividades contra el Kremlin afirmó que un grupo de partisanos rusos estaba detrás del ataque. Ilya Ponomarev explicó que la explosión fue obra del Ejército Nacional Republicano, un grupo clandestino que trabaja dentro de Rusia para intentar derrocar al régimen de Putin.
"Esta acción, como muchas otras acciones partidistas llevadas a cabo en el territorio de Rusia en los últimos meses, fue llevada a cabo por el Ejército Nacional Republicano (NRA)", dijo Ponomarev, en su canal de YouTube.
El inusual ataque contra un miembro de la élite pro-Kremlin, que recuerda los feroces asesinatos de la caótica década de 1990 en Moscú, ha trastocado los esfuerzos de Putin para avanzar en la guerra en Ucrania manteniendo una sensación de normalidad dentro de su país. Se produjo, además, después de una serie de ataques ucranianos en Crimea, y mientras muchos de los más fervientes seguidores de la guerra, incluidos los ultranacionalistas en el círculo de Dugin, han pedido a Putin que lance un nuevo y duro ataque en represalia.
Pese a que Ucrania se demarcó del atentado, el Kremlin sigue sin validar esa versión. LA portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria V. Zakharova, escribió en Telegram que si Ucrania hubiera sido responsable, "entonces tenemos que estar hablando de una política de terrorismo de estado llevada a cabo por el régimen de Kiev". "Estamos esperando los resultados de la investigación", concluyó.
Mientras, Occidente aguanta la respiración, temiendo lo que pueda ocurrir estos días como resultado de una posible represalia rusa al atentado sufrido en su propio territorio.