El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha amenazado a Ucrania con "firmes respuestas" a los "atentados terroristas" de los que acusa a Kiev, el último de ellos la voladura parcial del puente de Kerch el sábado. "En caso de continuar los intentos de llevar a cabo atentados terroristas en nuestro territorio, la respuesta será firme y por su envergadura se corresponderán con el nivel de amenaza", ha pronunciado durante la reunión en Moscú del Consejo de Seguridad.
Pero la respuesta del Kremlin a lo ocurrido el sábado no ha esperado a la reunión del Consejo: ha bombardeado Kiev, especialmente espacios civiles. Ocho personas han muerto y 24 han resultado heridas. Durante la madrugada y la mañana también se han vivido horas de pesadilla en Zaporiyia -14 muertos- o Leópolis.
Putin lo ha 'vendido' de otra manera: "Esta mañana, a propuesta del Ministerio de Defensa y de acuerdo al plan del Estado Mayor General de Rusia, se llevó a cabo un ataque masivo con armas de alta precisión de emplazamiento aéreo, naval y terrestre contra objetivos de energía, dirección militar y las comunicaciones de Ucrania".
Golpe al orgullo nacional
El presidente ruso ha tratado de razonar esta acción acusando a Ucrania de "asesinatos de activistas sociales, periodistas, científicos; bombardeos terroristas del Donbás durante más de 8 años y actos de terrorismo nuclear con ataques con misiles y artillería contra la central nuclear de Zaporiyia".
Ante los más altos responsables de seguridad, en un discurso difundido a la opinión pública, Putin ha vinculado al Gobierno de Ucrania con "las más odiosas organizaciones terroristas internacionales". "Ya resultaba imposible dejar sin respuesta crímenes de este tipo", ha justificado.
En lo simbólico, la explosión en el puente fue un golpe directo al orgullo nacional ruso y una nueva humillación al invasor; en la prática, un revés para que Rusia pueda abastecer a sus hombres -es la principal vía- y la desconexión física parcial de Moscú con Crimea después de su anexión en 2018.
Putin reaccionado sin disimular desesperación: sus tropas han destruido un puente en Kiev, uno pequeño, peatonal e inútil para sus fines si éstos son doblegar al enemigo y no impedir el esparcimiento de corredores o ciclistas. Las bombas han caído sobre la capital este lunes ya a plena luz del día en lugares como esta pasarela en un popular espacio boscoso con vistas al río Dnipro.
A pocos metros de Zelenski
Tres oleadas de misiles de crucero han golpeado Kiev entre las 8:00 y las 10:00. Algunos han alcanzado objetivos militares, los menos. No es objetivo militar la plaza Maidán, escenario de las recordadas masivas manifestaciones en 2014 contra la elección fradulenta del prorruso Víktor Yanukóvich. No es objetivo militar tampoco el céntrico distrito de Pechersk, donde han estallado ventanas de oficinas de personal del presidente Volodímir Zelenski y altos cargos de su gobierno.
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A menos de un kilómetro del impacto de al menos dos de los misiles, detalla Kyiv Post, Zelenski ha salido al aire libre para lanzar un mensaje a su pueblo ("no abandonen los refugios; aguantemos y seamos fuertes") y al mundo ("están tratando de destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra"). La batalla de la comunicación lleva tiempo ganada.
Las bombas también han caído en el lujoso distrito Golden Gate, junto a la Academia Nacional de Ciencias. El edificio de la Orquesta Filarmónica de Kiev y dos museos nacionales también han resultado dañados. Una de las imágenes del día es la de un enorme cráter a unos metros de un parque infantil por fortuna vacío cuando todo ocurrió.