La cultura chií en Irán rememora al difunto pasados 40 días de su muerte, cuando termina el luto. Es el tiempo transcurrido desde que la llamada 'policía de la moral' golpeó hasta la muerte a Mahsa Amini, a la que había detenido amparándose en que incumplía el código de vestimenta de la república islámica. 40 días después, la joven -tenía 22 años- moviliza a mujeres y hombres en todo el planeta contra el gobierno de Ebrahim Raisi y el líder supremo, Ali Jameneí, también y principalmente en su propio país, donde concluye el luto, pero no la lucha.
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El régimen temía esta fecha. Organizaciones humanitarias advirtieron de que los servicios de seguridad estaban presionando a la familia de Amini para que no celebrara una ceremonia por Mahsa y pidiera no visitar la tumba o de lo contrario "deberían preocuparse por la vida de su hijo". Hace unas horas, la agencia de noticias estatal IRNA difundía un comunicado que atribuye precisamente a la familia: "Teniendo en cuenta las circunstancias y para evitar cualquier problema desafortunado, no haremos la conmemoración".
Pero cientos han acudido al lugar donde fue enterrada Amini, en la localidad de Aychi, en la región de Saghez, en el Kurdistán iraní. Según IRNA, la jornada transcurre "de forma pacífica, (...) sin ningún tipo de conflicto o tensión con las fuerzas policiales presentes en las calles de la ciudad". La agencia, al dictado del régimen, asegura que no se han cortado las carreteras que conducen al lugar. Imágenes compartidas por asistentes en redes sociales desmienten la versión oficial.
Pero no es lo más grave: Hengaw, un grupo con sede en Noruega que monitorea las violaciones de derechos en las regiones kurdas de Irán, relata que "las fuerzas de seguridad han lanzado gases lacrimógenos y abierto fuego contra la gente en la plaza Zindan, ciudad de Saghez. Más de 50 civiles han resultado heridos en toda la región.
141 muertos
"¡Mujer, vida, libertad!", se ha escuchado a los presentes en el cementerio. Muchas mujeres se han quitado los velos y los han ondeado ante los restos de Amini, arrestada por supuestamente haberlo llevado mal colocado. También se ha coreado "¡muerte al dictador!", en referencia a Ali Jameneí, con gran presencia policial en torno a los presentes. Esta escena se reproducía al mismo tiempo en universidades y bazares, haciendo caso al llamamiento de ONG y activistas.
El grupo Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo, cifra ya en 141 el número de fallecidos víctimas de la represión en las manifestaciones -entre ellos, 29 niños-, pero este hecho tampoco frena a sus impulsores, más bien al contrario. En las principales movilizaciones va en aumento el número de mujeres y de jóvenes, con las universidades como principal foco.
El canal 1500tasvir está dando cuenta de las expresiones de libertad en muy distintas instituciones educativas del país, donde los estudiantes alzan la voz y desafían estrictas normas de conducta como la segregación por sexos en los comedores. Y no lo hacen porque la policía esté respetando los campus. Las fuerzas de seguridad golpean a las alumnas. Sana Soleimani, alumna de 16 años del instituto femenino Sadr en Teherán, tuvo que ser hospitalizada. Los padres acaban sumándose a sus hijos contra las autoridades.