La medallista de oro olímpica y estrella del baloncesto Brittney Griner, ya se encuentra en su casa junto a su mujer después de abandonar el centro médico Brooke Army Medical Center, en San Antonio, el viernes de la semana pasada.
La puesta en libertad del centro penitenciario ruso ha sido posible gracias a su intercambio por el traficante de armas ruso Viktor Bout, pactado entre Estados Unidos y Rusia. La deportista ha asegurado que trabajará para ayudar a traer a casa a otros estadounidenses detenidos y que planea reanudar su carrera en la WNBA esta temporada.
Griner dijo en su primera declaración en suelo norteamericano que "los últimos 10 meses han sido una batalla en todo momento. He cavado hondo para mantener mi fe y ha sido el amor de muchos de vosotros lo que me ha ayudado a seguir adelante".
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Además, en referencia al presidente Biden, añadió "usted me trajo a casa y sé que está comprometido con traer a Paul Whelan y a todos los estadounidenses a casa también", dijo, refiriéndose a un exmarine que sigue detenido por la Administración de Putin. "Utilizaré mi plataforma para hacer todo lo que pueda para ayudarles", sentenció Griner.
La deportista ha pasado 10 meses encerrada después de ser detenida el pasado 17 de febrero en un aeropuerto de las afueras de Moscú por llevar en su equipaje cartuchos vaper, que contenían aceite de hachís. Debido a ello fue condenada por contrabando de drogas y trasladada a una de las colonias penales más famosas de Rusia, especialmente conocida por las torturas, las duras palizas y las condiciones de trabajo forzado.
A pesar de la experiencia vivida Giner asegura tener "la intención de jugar al baloncesto con el Phoenix Mercury de la WNBA esta temporada y, al hacerlo, espero poder dar las gracias en persona a todos los que me apoyaron, escribieron y enviaron mensajes". Para ello contará con ayuda psicológica y física para acelerar su recuperación.
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