Durante la noche del pasado viernes la ciudad natal del presidente Volodimir Zelenski, Krivói Rog, sufrió el peor ataque desde el inicio de la invasión. La ofensiva fue dirigida contra un edificio residencial de tres pisos que dejó un total de cuatro personas muertas, entre ellas un niño de un año. El número de heridos asciende a trece, siendo cuatro de ellos niños.
Los misiles dañaron además el sistema eléctrico de la ciudad, una ofensiva que puso en alerta a la capital desde primera hora de la mañana. "Hay un daño colosal en la infraestructura, principalmente en el sistema de energía", dijo el alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov.
Rusia lanzó ayer casi ochenta misiles sobre Ucrania, el noveno ataque en poco más de dos meses, una ofensiva que la Fuerza Aérea ucraniana logró mayoritariamente repeler. A pesar de ello, el mando ucraniano reconoce que sus sistemas antiaéreos soviéticos se quedan sin munición y sin piezas de recambio.
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Ucrania está sumida en la peor oleada de ataques aéreos desde hacía meses, fruto de la estrategia diseñada por Vladimir Putin para dejar al país sumido en la oscuridad y el frío del invierno. Para ello lanzó una ofensiva que busca destruir las principales fuentes de generación de energía.
La empresa estatal eléctrica Ukrenergo afirmó que el bombardeo ruso provocó que más del 50 por ciento de la red eléctrica del país se quedara afectado, situación ante la cual decretó el estado de emergencia energética.
En el día de ayer se reportaron explosiones en, al menos, seis ciudades ucranianas. El portavoz militar en Kiev, Mykhalilo Shamanov, lo calificó como "uno de los mayores bombardeos rusos desde el inicio de la guerra". De los 76 misiles enviados por Moscú hacia infraestructuras críticas, fueron detenidos 60. El ministro de Energía, German Galushchenko, dijo ante la televisión nacional que se habían detectado daños en una de las nueve centrales eléctricas y que "todavía están verificando los daños".
En los últimos dos meses se ha diezmado la infraestructura esencial del país, a causa de ello se están produciendo cortes en el suministro de agua y el metro se ha convertido en el principal refugio de los ciudadanos.
Una de las ciudades más afectadas ha sido la de Krivói Rog, en Dnipro, atacada durante la madrugada del pasado viernes por un misil dirigido contra una central eléctrica y que finalmente chocó contra una zona residencial.
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A primera hora del sábado los equipos de rescate pudieron sacar de entre los escombros el cadáver de un niño pequeño mientras buscaban supervivientes del ataque. En concreto, el misil que destruyó la zona de viviendas fue uno de los 16 que escaparon a las defensas aéreas ucranianas. La estrategia rusa de dejar a Ucrania sumida en la oscuridad y el frío este invierno ha destruido una vez más hogares de civiles.
La ministra de Economía, Yulia Svyrydenko, se ha pronunciado en su perfil de Facebook afirmando que “el objetivo de Rusia es que los ucranianos estén constantemente bajo presión, que bajen a los refugios antiaéreos casi todos los días, que sientan molestias por los cortes de electricidad o de agua”. No obstante mantiene su confianza sobre sus compatriotas “venceremos. Reconstruiremos”.
El alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov, ha pedido a sus ciudadanos que “tengan paciencia” ante los cortes repentinos de luz, dejándoles sin calefacción y sin suministro de agua.