Con flores y oraciones, más de 200 rusos han rendido homenaje en Samara a las decenas de militares muertos el 1 de enero en un bombadeo ucraniano en Makiivka, en la región anexionada de Donetsk.

Por el momento, el Ministerio de Defensa de Rusia ha admitido que murieron 89 soldados rusos, aumentando en más de 20 el anterior recuento de víctimas. El ataque contra Rusia ha conmocionado al país y ha suscitado ya las primeras críticas dentro del Ejército.

El teniente general Sergei Sevryukov, comandante de las fuerzas rusas en Ucrania, ha culpado a los soldados de Makiivka por utilizar sus teléfonos móviles. "Es evidente que la razón principal de lo sucedido ha sido el uso masivo por parte del personal de teléfonos móviles al alcance de las armas enemigas", medida que no está permitida por parte del Ejército, ha recordado Sevryukov este miércoles. Las tropas utilizaban los teléfonos para felicitar a sus familiares por el Año Nuevo.

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Según ha asegurado Sevryukov, los soldados rusos, entre los que se encontraba el comandante adjunto, fueron encontrados "en el curso de la limpieza de los escombros de las estructuras de hormigón armado".

Sevryukov ha explicado que dos misiles fueron interceptados por las fuerzas de defensa aérea, pero otros cuatro, "con una ojiva de fragmentación altamente explosiva, golpearon el edificio", provocando el colapso de los techos de la infraestructura. "La investigación determinará qué es lo que ha ocurrido: una traición o una negligencia criminal", indicó y agregó que, en su opinión, fueron "ambas cosas".

Soldados ucranianos. Reuters

Homenaje público

El homenaje público a las víctimas es un hecho anómalo en Rusia, porque el Kremlin mantiene un hermético silencio sobre las bajas militares en la guerra de Ucrania. Por ahora, Rusia ha admitido 89 víctimas, aunque Kiev dice que esa cifra es mucho mayor.

"Es muy duro, da miedo. Pero no podemos rompernos. El duelo une", ha dicho durante el memorial Ekaterina Kolotovkina, mujer de uno de los soldados muertos en el ataque ucraniano.

Conversaciones imprudentes

El principal problema ha sido que las fuerzas rusas concentraron a un gran número de personal y de armamento en una zona que está dentro del alcance de los misiles HIMARS enviados por Estados Unidos que pueden impactar a 80 kilómetros de distancia. Y es que, Makíivka está a apenas una decena de kilómetros de la línea de frente. 

Pero para poder atacar, los ucranianos primero han tenido que localizar su objetivo. A eso, al parecer, les han ayudado los propios soldados rusos que, en su mayoría, habían sido recientemente movilizados y no contaban con apenas preparación.

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De hecho, un informe publicado en los medios estatales rusos señala que "el uso activo de teléfonos móviles por parte de los militares recién llegados" había sido una de las principales razones del ataque, ya que había ayudado a las fuerzas ucranianas a identificar su ubicación.

Esta falta de prudencia fue previamente destapada por el New York Times, que desveló que, inconscientemente, utilizaron sus teléfonos móviles personales para llamar a sus familiares o para tomar decisiones sobre sus futuros movimientos, revelando sus posiciones y permitiendo a las fuerzas ucranianas rastrearlos.