Tras pedir a sus aliados tanques Leopard y obtener el visto bueno de Alemania para su envío a Ucrania con el objetivo de romper la defensa rusa, Kiev solicita ahora aviones de combate occidentales para "defender el cielo". "Esta es la prioridad número uno", ha asegurado el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksei Reznikov.
Para Ucrania la principal prioridad en este momento son los sistemas de defensa aérea, ya que son los que podrían evitar que Rusia siga llevando a cabo ataques aéreos y bombardeos a punto de cumplirse ya un año desde la invasión.
"Tenemos que cerrar ya nuestro cielo. Tenemos que defenderlo y esa es la prioridad número uno", ha manifestado Reznikov. "Después de eso, necesitamos obtener más vehículos armados, tanques, sistemas de artillería, drones...", ha añadido en una entrevista en la CNN.
Conscientes de que el envío de los carros de combate Leopard por parte de Alemania y varios países europeos, entre ellos España, y de los tanques M1-Abrams de Estados tardará meses, Ucrania prioriza ahora los aviones de combate y los añade a su "lista de deseos".
Dudas sobre eficacia de tanques
El motivo no es otro que las dudas sobre la eficacia de estos tanques. De hecho, el presidente Volodímir Zelenski ha condicionado la operatividad de los Leopard y los M1-Abrams a la cantidad que les suministren los aliados y a la velocidad de disponer de ellos. Además, es necesario formar a los soldados ucranianos en el manejo de estos vehículos, lo que ralentizará su uso en el campo de batalla.
Además, Zelenski ha advertido que Ucrania no necesita "cinco, 10 o 15" tanques, sino "muchos más". Por ahora la cantidad que enviarán los países europeos se acerca al centenar, a los que hay que sumar los 31 tanques M1-Abrams que enviará Estados Unidos en las próximas semanas.
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Las autoridades ucranianas llevaban semanas presionando a Berlín para que desbloqueara el envío de los Leopard. Sin embargo, apenas unas horas después de que Alemania haya dado luz verde, Ucrania ha comenzado ahora a poner el foco sobre aviones de combate.
A esta petición se ha sumado el ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, que ha advertido a la comunidad internacional de que tiene "nuevas tareas por delante", entre ellas no sólo el suministro de aviones de combate, también nuevas sanciones contra Rusia y la implementación de la Fórmula de Paz planteada por Kiev.
La próxima llegada de tanques a Ucrania es para Kiev una nueva baza en su intento de frenar al Ejército ruso y retomar la iniciativa en el campo de batalla, mientras que Rusia asegura que el plan de Occidente está destinado al "fracaso".
La respuesta de Rusia
Desde Moscú varias son las voces del Gobierno que ya han alertado de que el envío de tanques es "extremadamente peligroso" y lleva el conflicto "a un nuevo nivel de confrontación".
Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha reafirmado este miércoles que la invasión de Ucrania tiene como objetivo "proteger a Rusia y a su pueblo de las amenazas contra su propio territorio histórico, que es adyacente al nuestro", algo que ha asegurado que "no se puede permitir".
Pero la respuesta de Rusia a estos envíos no sólo ha sido verbal. La fragata Almirante Gorshkov, la joya de la armada rusa y monitorizada por la OTAN, ha puesto a prueba sus misiles hipersónicos Tsirkon (Zircón) en una serie de maniobras realizadas en el Atlántico en el que se ha simulado un ataque contra un objetivo de las fuerzas rusas que se encontraba a 900 kilómetros de distancia.
El Ministerio de Defensa ruso ha informado que la tripulación de la fragata han llevado a cabo maniobras para poner a prueba el uso de misiles hipersónicos Zircón mediante una simulación por ordenador.
Estos misiles son unos de los más peligrosos del arsenal del Kremlin con un alcance de más de 1.000 km, velocidades superiores a nueve veces la del sonido y con capacidad para sortear sistemas de defensa antiaérea.