La guerra de Ucrania afronta una nueva etapa. El anuncio del envío de tanques desde Europa y Estados Unidos ha otorgado cierto optimismo, pero también una reacción virulenta de Rusia. Desde el Kremlin se ha ordenado traspasar las líneas del Donbás y en Kiev temen perder Bakhmut después de haberse retirado de Soledar, otra localidad próxima en el este del país.
Este sábado, pasados ya los once meses desde que comenzó la contienda, Rusia bombardeó más de 40 puntos de la región de Donetsk, según informaron las fuerzas de seguridad ucranianas. Esta ofensiva va dirigida a tomar Bakhmut, un municipio de la zona donde se concentran ahora los ataques más feroces. El riesgo de que caiga a manos del ejército ruso ha levantado las alarmas, y la falta de artillería de Ucrania pone al lugar en peligro.
La situación en el este es "extremadamente grave", expusó Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania. Y Oleksiy Danilov, secretario del consejo de Seguridad y Defensa Nacional, explicó que Rusia estaba preparando una oleada de ofensivas para conmemorar el aniversario de la invasión, el 24 de febrero. A las fuerzas rusas, comentó, se les "había asignado la tarea" de ir "más allá de las fronteras" de las regiones orientales de Donetsk y Lugansk.
Un movimiento que desvirtúa el mapa de la guerra. Desde hace casi un año, cuando Rusia invadió al país vecino, la lucha ha ido alternándose entre la toma de algunos puntos repartidos por el país y la franja separatista del este. Con idas y vueltas de ambas posiciones en ciudades como Jersón, la región que lleva en armas desde 2014 es donde se están lanzando los mayores misiles. Los rusos están destruyendo cualquier cosa que pueda usarse como cobertura", relataba un vecino al diario británico The Guardian. "Las fuerzas ucranianas no tienen suficiente artillería", insistía.
Su opinión coincide con la llamada del Gobierno de Zelenski a los socios europeos y estadounidenses. El presidente de Ucrania ha reclamado cazas F-16 después de saber que recibirá 450 tanques con el desbloqueo de los Leopard 2 alemanes y el envío de M1-Abrams. Aun así, las fuerzas ucranianas lamentan la escasez de recursos: a lo largo de todo este tiempo, la ayuda de la OTAN ha sido crucial para reforzar el armamento del país en conflicto.
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Gracias a estos efectivos, Ucrania ha evitado la conquista de diferentes puntos y ha ido acortando los rusos: desde el inicio de la guerra se han ido mostrando imágenes de tanques rusos derruidos, y Putin anunció que el presupuesto para gasto militar será ilimitado. En las últimas jornadas, Rusia ha recurrido de nuevo a los ataques con drones y a lanzar misiles indiscriminadamente. "Moscú no solo bombardea las coudades del Donetsk, sino que está destrozando deliberada y metódicamente todas las aldeas y pueblos a su alrededor", ha manifestado Zelenski.
En un área residencial de Kostiantnivka, este sábado murieron tres personas y otras 14 resultaron heridas. Aparte, cuatro edificios de apartamentos y un hotel se dañaron, según detalló el gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko. "Bomberos y vecinos están trabajando en el centro de la tragedia para ayudar a la gente y documentar los crímenes de Rusia", escribió el político en su cuenta de Telegram. La ofensiva ha dejado calles levantadas, charcos de sangre y restos de metal o cristales.
"Abrí los ojos y todo estaba reventado. Estaba cubierta de sangre. Y mi madre, sentada en su dormitorio, también estaba envuelta en sangre", recordaba Iryna Maltseva, una empleada de una fábrica de 42 años, según lo recogido por The Guardian. Este bombardeo asciende las muertes en 24 horas a al menos 10 civiles ucranianos. El ejército ucraniano, por su parte, ha matado a 109 soldados rusos y ha herido a otros 188, según enumeró un portavoz de las fuerzas de seguridad, que calificó de "feroces" los combates en la zona.
Y mientras, el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Ryabkov, se reunirá con Lynne Tracy, nueva embajadora de Estados Unidos en Moscú, a principios de la próxima semana, según publica la agencia estatal RIA Novosti. Rusia ha acusado a Ucrania de atacar un hospital en Lugansk, dejando 14 muertos y 24 heridos. Ambos gobiernos han lanzado acusaciones cruzadas y desde Kiev se ha alertado de una escalada bélica de cara a la primavera.