Al menos seis personas han muerto y más de 760 han resultado heridas en dos nuevos terremotos de magnitud 6,4 y 5,8 en la provincia turca de Hatay, una de las 11 que hace dos semanas quedaron devastadas por dos seísmos que habían causado la muerte de al menos 41.000 personas y heridas a más de 105.000.
Así lo anunció el ministro del Interior, Suleyman Soylu, quien advirtió de la posibilidad de que haya más personas atrapadas entre las ruinas de los edificios que han colapsado.
"Trataremos de recopilar más información sobre edificos derruidos", dijo el ministro, quien informó también de que se han producido al menos 20 réplicas tras los seísmos.
El ministro indicó que se están realizando labores de búsqueda de personas atrapadas en tres edificios que han colapsado.
El principal temblor se produjo sobre las 17:04 GMT en el distrito de Defne, al sur de la ciudad de Antioquía, una de las 11 que hace dos semanas quedaron devastadas por dos seísmos que habían causado la muerte de al menos 41.000 personas. Minutos después se sintió un nuevo temblor.
Los trabajos de búsqueda de supervivientes de estos dos nuevos sismos continúan hoy en Defne y en Samadang, donde tuvo su epicentro el segundo temblor, tres minutos después del primero, con una magnitud de 5,8.
Alerta de tsunami suspendida
La inicial alerta de tsunami, debido a la cercanía del epicentro a la costa mediterránea, fue anulada poco después por las autoridades.
El vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, señaló que ocho personas fueron hospitalizadas con heridas y advirtió a la población de que no entre en los edificios.
Refik Eryilmaz, alcalde de Samandag, la cercana población costera donde se produjo el segundo sismo de este lunes, de magnitud 5,8, aseguró a la emisora NTV que varios edificios habían colapsado y que no se sabe si había gente en su interior.
También dijo que es posible que algunos vecinos se hubieran refugiado del intenso frío en los restos de las construcciones dañadas en los terremotos de hace dos semanas, y reclamó desesperadamente el envío de tiendas de campaña para alojar a la población.
Tanto Antioquía como Samandag han quedado a oscuras, lo que dificulta determinar si hay gente atrapada en los edificios que han colapsado ahora.
"Hay edificios derrumbados. La gente está horrorizada. No había gente en los edificios derrumbados. Veo edificios derrumbados pero creo que no había gente dentro", declaró a la emisora HalkTV el presidente del Colegio de Arquitectos de Hatay, Mustafa Özçelik.
Suzan Sahin, una diputada por Hatay del partido CHP, comentó a la emisora HalkTV, que nueve edificios han colapsado y que seguro que hay fallecidos, aunque no pudo precisar cuántos.
Ahmet Övgün Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul, manifestó a la emisora HalkTV que este sismo, al que calculó una duración de 17 segundos, es un fenómeno normal y anticipó que algunos edificios ya dañados se habrían desplomado.
Lütfü Savas, alcalde de Antioquía, cuyo centro urbano dista una decena de kilómetros del epicentro, aseveró que varios edificios se han desplomado con personas en su interior.
Desde el seísmo del pasado día 6, ninguno de los edificios en Antioquía es aún habitable, pero hay equipos de trabajo de desescombro que pueden haber sido atrapados por algún desplome.
Además, muchos supervivientes tienen el hábito de reunirse alrededor de fogatas ante los edificios derrumbados para ayudar en la identificación de cadáveres, y pueden estar en riesgo si se desploma algún edificio vecino que aún quede en pie.
"Era terrible, nos han caído encima ventanas rotas. Todo el mundo ha salido de las tiendas con pánico. Con la oscuridad no se puede ver todavía qué ha pasado", dijo a EFE por teléfono Ugur Sahin, un reportero del diario BirGün.
AFAD ha informado además de que se han producido varias réplicas de magnitud 4.
La provincia de Hatay, donde se han producido los nuevos seísmos, es una de las 11 que hace dos semanas quedaron devastadas por los terremotos de magnitud 7,7 y 7,6 que demolieron miles de edificios, causando la muerte de al menos 41.000 personas y heridas a más de 105.000.
Con las tareas de búsqueda de supervivientes casi concluidas, se teme que aún pueda haber decenas de miles de cuerpos entre los escombros.