Más de un millar de personas en Túnez han desafiado la prohibición gubernamental de la manifestación convocada este domingo por la coalición Frente de Salvación Nacional para demandar la "inmediata" liberación de los opositores detenidos y pedir el fin de lo que consideran "un golpe de Estado" del presidente Kais Said. El mandatario disolvió el Parlamento en 2021 y ha llevado al país a su crisis más grave desde el estallido, hace 11 años, que derivó en la llamada Primavera Árabe.
Fotografías de los abogados, políticos, periodistas y jueces, detenidos en las últimas semanas, coparon la protesta en el centro de la capital tunecina, que sigue a la masiva manifestación del sábado, 4 de marzo, liderada por la poderosa sindical, UGTT, en la que también se cargó contra la política de "un solo hombre" del presidente.
Hoy destacaron las ausencias del constitucionalista Jaouhar Ben Mbarek y la conocida opositora Chaima Issa, asiduos y ponentes en las protestas de esta coalición, que fueron detenidos la semana pasada, acusados de conspirar contra el Estado.
"Estoy aquí para apoyar los derechos humanos y a los detenidos políticos, que son arrestados únicamente por su opinión", declaró Slim, uno de los asistentes, a Efe, defendiendo el carácter "pacífico" de la manifestación", congregada frente al Teatro Municipal de la Avenida Burguiba, cercada por fuerzas de seguridad.
Detención de opositores
Los tribunales investigan al menos a 18 personas acusadas de conspirar contra el Estado, de las que diez están en prisión preventiva, como Aissa y Jaouhar Ben Mbarek; los líderes políticos Issam Chebbi y Abdelhamid Jelassi; los abogados Ridha Belhaj y Ghazi Chaouachi y el activista político Khayem Turki, entre otros, según confirmaba a Efe varias organizaciones de derechos humanos.
Las detenciones se han intensificado desde el 11 de febrero, tras una ola de arrestos que llevó a Estados Unidos a elevar su preocupación por la situación.
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"Puedo decir que estamos alarmados por los informes de cargos penales contra personas en Túnez como resultado de reuniones o conversaciones con el personal de la embajada de EEUU en el terreno. Esto es parte, como dije antes, de un patrón creciente de arrestos contra supuestos críticos del gobierno", declaró esta semana el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price.
Crece el descontento
El gobernador del Gran Túnez no autorizó la manifestación convocada hoy por el Frente -que incluye a principales formaciones de la oposición, incluida el islamista Ennahda-, "por sospechas de delito contra la seguridad del Estado", sin embargo, una marcha de manifestantes sobrepasó un primer cordón policial hasta alcanzar la Avenida Burguiba, escenario emblemático de protestas.
Ahmed Nejib Chebbi, histórico opositor desde la dictadura de Zine el Abidine Ben Ali -que cayó con la revolución de 2011 en la denominada Primavera Árabe- y líder del Frente, se dirigió a los asistentes para pedir el retorno a la Constitución de 2014, sustituida por un nuevo texto que Said aprobó el año pasado en referéndum, con un 70% de abstención, e instaura un régimen ultrapresidencialista.
"Libertad, Constitución y dignidad nacional" y "Abajo el golpe de Estado" fueron las proclamas más repetidas por los manifestantes, que crecieron en número según avanzó la jornada.
Las protestas de este fin de semana se desarrollan con varias crisis de fondo abiertas, la más reciente la migratoria derivada de unas declaraciones racistas del presidente contra la población subsahariana que ha propiciado la repatriación de cientos de migrantes tras una campaña de acoso y detenciones.
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Said gobierna con plenos poderes desde el 25 de julio de 2021 tras suspender el Parlamento, cuya reapertura está prevista este mes de marzo tras celebrar unas legislativas sin partidos políticos, en las participó poco más del 11% de la población.
Los diferentes frentes opositores -sociales, sindicales y políticos- han aumentado su presión en la calle y contra la política del presidente pero se muestran fragmentados en la hoja de ruta para devolver Túnez a la transición democrática que comenzó tras la revolución de 2011.