Más de mil migrantes, en su mayoría venezolanos, fueron detenidos el domingo por la policía estadounidense cuando intentaban entrar al país atravesando la frontera entre México y Estados Unidos a través de un punto de entrada fronterizo en El Paso, Texas. El numeroso grupo se encontró con la resistencia de agentes, alambre de espino, barreras y escudo que frustraron el intento.
Los problemas para conseguir citas para solicitar asilo utilizando la nueva aplicación CBP One que lanzó en enero el Gobierno de Joe Biden llevaron a los migrantes a congregarse al mediodía en la ciudad fronteriza mexicana Ciudad Juárez. Concretamente, se juntaron en el puente internacional Paso del Norte-Santa Fe, uno de los cinco que comunican la ciudad con suelo estadounidense.
Muchos de los migrantes llegaron atraídos por los rumores de que se les daría paso libre por la celebración de un supuesto "día del migrante", según constató la AFP. Además, llevaban niños pequeños con ellos.
"Cientos de personas ingresaron hasta la mitad del puente donde cerró desde luego, por protocolo, la autoridad americana [estadounidense]", relató Enrique Valenzuela, coordinador del Consejo Estatal de Población de Chihuahua, estado donde se ubica Ciudad Juárez, quien presenció el incidente.
"Insistían en ingresar y (...) agentes de seguridad americana salvaguardaron esa línea", añadió Valenzuela, quien atiende a la numerosa población migrante que llega hasta esta ciudad, vecina de las estadounidenses El Paso, en Texas, y Santa Teresa, en Nuevo México.
Disturbios
En un momento dado, algunos migrantes intentaron arrojar una barrera de plástico naranja contra la línea estadounidense, según muestran imágenes de Reuters. Algunas personas dijeron que se desplegó gas pimienta para repelerlos.
"Por favor, sólo queremos entrar para poder ayudar a nuestras familias", dijo Camila Paz, una venezolana de 18 años, sollozando fuertemente. "Para poder tener un futuro y ayudar a mi familia".
Tras algunos empujones con los funcionarios, la multitud de migrantes acabó retirándose, y algunos se dirigieron a la orilla del río Grande, donde fueron vigilados por funcionarios de inmigración estadounidenses apostados al otro lado.
Describiendo su situación como "horrible, horrible", Paz dijo a Reuters que llevaba un mes intentando cruzar la frontera, viendo cómo desaparecía su dinero y sin acercarse a solicitar asilo. "Queremos respuestas por favor", dijo, "la aplicación (CBP One) no ha hecho absolutamente nada por nosotros".
Ni la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) ni la autoridad nacional de migración del gobierno mexicano respondieron de inmediato a las preguntas de los periodistas.
Posteriormente, la CBP ha comunicado que este intento de entrada ha provocado interrupciones a lo largo de la frontera, mientras que las autoridades han levantado barricadas, según ha informado la cadena CNN.
En este sentido, han agregado que "implementaron medidas de endurecimiento del puerto", con la intención de "mantener el flujo legal y ordenado de entrada" al tiempo que "se protege la seguridad del comercio y los viajes legítimos".