El Alto Representante comunitario de Política Exterior, Josep Borrell, ha anunciado este sábado un pacto entre Serbia y Kosovo para ir implementando "de buena fe" la propuesta de la Unión Europea sobre una normalización de las relaciones entre ambos países, aunque no se ha firmado ningún acuerdo.
Borrell se reunió hoy en la localidad de Ohrid en Macedonia del Norte con el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, para trazar una hoja de ruta para la aplicación del plan europeo.
Kosovo y Serbia "se han comprometido plenamente a respetar todos los artículos del acuerdo y a implementarlos de buena fe", dijo Borrell después de una reunión que duró 12 horas.
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El político comunitario intentaba negociar con sus interlocutores cómo implementar los detalles del acuerdo propuesto el pasado 27 de febrero en Bruselas por la UE.
Este pacto prevé que Belgrado y Pristina reconozcan los documentos oficiales de ambos países, de tal manera que los ciudadanos puedan viajar libremente entre uno y otro, y que Serbia no impida la entrada de Kosovo en organismos internacionales, informa Efe.
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"Se trata de ver cómo se implementa el acuerdo, de los pasos prácticos, de quién los da y cómo. Dicen que el diablo está en los detalles, y a veces el diablo está en el calendario", dijo Borrell.
Admitió que no era una negociación fácil, señalando que "uno no se reúne doce horas para algo sencillo" y que la propuesta original de la UE había sido "más ambiciosa".
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Anunció que Kosovo se había comprometido a lanzar "de inmediato" negociaciones con la UE para ceder un "nivel apropiado de gestión autónoma" a la comunidad serbia en el país.
Pero agregó que desafortunadamente no hay un acuerdo firmado ya que Kosovo "carece de flexibilidad" y Serbia "se ha negado a firmar nada por una cuestión de principios" aunque está dispuesta a implementar el acuerdo.
Borrell subrayó que el pacto de normalizar las relaciones es una pieza fundamental para ambos países en su camino hacia la integración en la Unión Europea y que no implementarlo "tendría consecuencias".
Llevar a cabo esta normalización "tiene beneficios significativos para ambos países" y no solo favorece a ellos sino también "la estabilidad y prosperidad de toda la región", subrayó.
Borrell anunció que el lunes informará a los ministros de Exteriores comunitarios en su encuentro en Bruselas y el jueves y viernes a los líderes de la Unión Europea en su cumbre en la misma ciudad.