Agencias

El expresidente de Georgia, Mijail Saakashvili, aseguró el viernes estar falleciendo después ser "sistemáticamente torturado" y se ha mostrado convencido de haber sido envenenado con "metales pesados". Este domingo ha rematado estas afirmaciones asegurando que está "cerca de la muerte" en un hospital del país exsoviético.

Saakashvili relató en la cadena británica Sky News que pesaba 120 kilogramos y ahora ha bajado a los 64. "Si bajo de 60 los médicos creen que habrá un fallo multiorgánico", explicaba en una respuesta manuscrita a las preguntas de la cadena británica.

"Estoy en cama todo el tiempo. Mis huesos se están desintegrando y tengo unos dolores insoportables", agregó en un mensaje transmitido por su abogado, Shalva Jachapuridze.

Jachapuridze indicó que el estado de Saakashvili empeora día a día. "Es un panorama espantoso. Parece un preso de un campo de concentración de la Alemania nazi", añadía el abogado a Sky News.

"Ahora me estoy muriendo. He sido sistemáticamente torturado física y psicológicamente, y actualmente hay evidencia de envenenamiento por metales pesados en mi cuerpo", ha manifestado Saakashvili.

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De acuerdo con el exmandatario georgiano, los informes médicos revelan que en su cuerpo sufre de "una desconcertante variedad de más de 20 enfermedades graves" que han motivado su traslado a un hospital desde la prisión donde cumple condena.

El expresidente fue presidente de Georgia de 2004 a 2013. Estos días cumple una condena de seis años por dos casos de abuso de poder en relación con la agresión a Valeri Gelashvili, un político de la oposición, por parte de las fuerzas especiales de la policía en 2005.

Saakashvili fue juzgado y sentenciado en ausencia en 2018. Las condenas en ausencia violan las normas internacionales sobre juicios justos. Fue arrestado tras su regreso a Georgia el 1 de octubre de 2021 y enfrenta cargos adicionales de abuso de poder. Sus partidarios dicen que los cargos tienen motivaciones políticas.

Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional han pedido la liberación de Saakashvili por motivos humanitarios y de salud. También el Parlamento de la Unión Europea ha pedido su excarcelación para que sea atendido en el extranjero.

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Hace dos décadas, Saakashvili lideró la Revolución de las Rosas de Georgia, y los primeros años de su presidencia posterior fueron aclamados por muchos en Occidente como un modelo de reforma en los países postsoviéticos. Dejó el cargo después de una década con una reputación mixta, su agenda de reformas se descarriló por la invasión rusa de Georgia en 2008 y las acusaciones de autoritarismo creciente.

Ahora, el encarcelamiento y el rápido declive de un hombre que puso a su país en el camino hacia la integración de la UE y la OTAN es visto por muchos de los aliados occidentales de Georgia como un símbolo del regreso del país a la órbita de influencia de Moscú. Si bien la sociedad georgiana sigue siendo decididamente prooccidental, se acusa a su gobierno de cumplir sigilosamente las órdenes de Rusia.