Han pasado ya 18 días desde que Evan Gershkovich, reportero del Wall Street Journal, fuese detenido en Ekaterimburgo acusado de espionaje. Su periódico, que como el Gobierno de EEUU niega rotundamente la versión del Kremlin, ha publicado la primera carta que Gershkovich ha mandado a sus padres y a su hermana Duscia, ya desde la cárcel, donde asegura "no perder la esperanza" y da detalles sobre cómo han sido estos días de incertidumbre e injusticia.
"Quiero decir que no estoy perdiendo la esperanza. Yo leo, hago ejercicio, y estoy tratando de escribir. Quizá hasta consiga escribir algo bueno finalmente", dice Gershkovich, con fecha del 5 de abril. La carta está escrita en ruso ya que sus padres son los dos emigrados soviéticos.
Ella Milman, su madre, de 66 años, dijo al WSJ que se notaba que Gershkovich estaba intentando mantener arriba el ánimo de la familia con sus bromas. En efecto, el periodista hace gala de un fino y cálido sentido del humor a pesar de lo breve de la misiva: apenas cuatro líneas manuscritas.
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"Mamá, lamentablemente, para bien o para mal, me preparaste para la comida que estoy recibiendo en la cárcel. Por la mañana, para desayunar, nos dan papilla de trigo caliente, cereales de avena o gachas de trigo. Estoy recordando mi infancia", continúa Gershkovich.
El reportero de 31 años también aprovechó para confirmarle a su "querida familia" que ha recibido el paquete que le hicieron llegar, a través de un amigo, a la cárcel Lefortovo de Moscú. El mismo centro penitenciario donde ya estuvieron antes ilustres escritores como el premio Nobel Alexander Solzhenitsyn, autor de Archipiélago Gulag, o su compatriota el exmarine Paul Whelan.
"Creo que ahora tengo más ropa y más cosas de las que papá y mamá juntos tienen en casa", bromea Gershkovich sobre el paquete recibido, que contenía diversos artículos de baño, unas chanclas, ropa y bolígrafos para facilitar que pueda seguir escribiendo.
Gershkovich acaba la carta diciéndole a sus padres que, probablemente, les gustaría abofetearlo por el tremendo costo emocional que esta situación estará teniendo para ellos. Y los tranquiliza: "No os preocupéis. Tendréis la oportunidad de hacerlo pronto. Hasta que nos veamos pronto, escribidme. Vanya", apodo con el que se dirigen a él sus amigos y familiares.
Para Ella Milman esta carta ha sido una "gran alegría" porque es como escuchar de primera mano el verdadero estado de su hijo. "Estas son las palabras de mi hijo, no de otra persona que me quiere transmitir información sobre él. Su espíritu está brillando".
Apoyo de EEUU
Gershkovich es el primer periodista estadounidense detenido en Rusia desde el fin de la Guerra Fría. Por ello, la administración de Biden está trabajando en su extradición. Sin embargo, Rusia no está poniendo facilidades.
A los funcionarios consulares de EEUU no se les ha permitido el acceso a la cárcel para hablar con Gershkovich. Preguntado sobre esta circunstancia, el secretario de Estado Antony Blinken dijo el sábado que Moscú debería proporcionar acceso "ahora mismo".
La estrella de la WNBA Brittney Griner, que también estuvo encarcelada en Rusia durante 10 meses en 2022, pidió a Biden que trabaje para la liberación del reportero. Griner y su esposa Cherelle emitieron un comunicado a principios de abril expresando su preocupación por Gershkovich.
"Nuestros corazones están llenos de gran preocupación por Evan Gershkovich y su familia desde la detención de Evan en Rusia. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para traerlo a él y a todos los estadounidenses a casa. Cada estadounidense que se lleva Rusia es nuestra lucha y cada estadounidense que regresa es una victoria para todos nosotros", dijeron.
"Es por eso que hacemos un llamado a todos nuestros seguidores para que celebren las victorias y alienten a la administración a continuar usando todas las herramientas posibles para traer a casa a Evan y a todos los estadounidenses detenidos injustamente", concluyeron.
Un intercambio de prisioneros podría ser solución para sacar a Gershkovich de la cárcel. Sin embargo, el tribunal de distrito de Lefortovo de Moscú ordenó el 30 de marzo la permanencia en prisión preventiva hasta el 29 de mayo, ya que aún no ha habido juicio. Al no ser formalmente condenado, EEUU aún no puede negociar un posible intercambio. La pena a la que se enfrenta es la principal enemiga de la esperanza: 20 años de cárcel.