El principal líder de la oposición rusa Alexei Navalny, que ya cumple 11 años y medio encarcelado entre todas las condenas, ha vuelto a sentarse este miércoles en el banquillo de los acusados en un nuevo caso penal que podría acarrearle otra pena de 30 años de prisión. Rusia lo está investigando por cargos de terrorismo y, como en sus anteriores condenas por fraude y desacate a la corte, Navalny ha dicho que se trata de delitos nuevamente inventados.
"Han presentado acusaciones absurdas que me amenazan con 30 años de prisión. Dicen que yo, estando en prisión, he cometido actos terroristas", dijo Navalny, quien compareció a través de una videollamada desde el centro penitenciario IK-6 de máxima seguridad, a unos 240 km al este de Moscú. Las declaraciones fueron replicadas en Twitter por ayudantes de Navalny.
Sus organizaciones de campaña han sido prohibidas en Rusia por "extremistas". Este mes, los investigadores rusos vincularon formalmente a los partidarios de Navalny con el asesinato de Vladlen Tatarsky, un popular bloguero militar y partidario de la campaña de Rusia en Ucrania, quien fue asesinado por una bomba en San Petersburgo. Los aliados de Navalny han negado cualquier conexión con el asesinato.
[Navalny, el hombre más valiente del mundo: en la boca del lobo Putin, que no logró envenenarle]
Los investigadores rusos presentes en el juicio dijeron que hay otras 11 personas incluidas en una "lista internacional de personas buscadas" relacionadas con el caso por, supuestamente, haber ayudado a Navalny a perpetrar sus actos terroristas, informó la agencia de noticias estatal rusa TASS.
Salud delicada
Había mucha expectación por ver el estado en que se encontraba el opositor de 46 años después de que, a mediados de abril, su abogado Vadim Kobzev alertase de que estaba sufriendo fuertes dolores de estómago y podía estar siendo envenenado. En las imágenes se puede comprobar su pérdida de ocho kilos de peso.
"No excluimos que justo ahora estén envenenando lentamente a Navalny. Lo matan poco a poco para que no llame tanto la atención", dijo Kira Yarsmish, una de sus más estrechas colaboradoras y portavoz del opositor, en un vídeo colgado en Twitter.
En la misma línea, Kobzev, aseguró que después de que su cliente fuera envenenado hace tres años hay que tomarse muy en serio cualquier deterioro de su salud. "Exigiremos que se le realicen exámenes toxicológicos y radiológicos", dijo en Telegram.
Navalny ya fue envenenado en Siberia en agosto de 2020 con el agente nervioso Novichok. El Kremlin negó haber intentado matarlo. Fue encarcelado al año siguiente cuando regresó a Rusia después de recibir tratamiento médico en Alemania.
Dos días antes de esta alerta de posible nuevo envenenamiento, su perfil de Twitter, administrado por sus socios, informó de que lo habían vuelto a poner en régimen de aislamiento y obligado a soportar condiciones "infernales".
Kobzev dijo que era el decimotercer período de Navalny en una celda de castigo desde su arresto en 2021 tras regresar de Alemania. Anteriormente, Kobzev ya acusó a las autoridades penitenciarias rusas de tener "una clara estrategia de destruir la salud de Navalny por todas las fuerzas y medios a su alcance". El servicio penitenciario, que en el pasado ha negado malos tratos, no respondió a las nuevas acusaciones.
Sus seguidores relacionan el envío de Navalny a la celda de castigo, primero, con la nominación a los premios Oscar de un documental sobre su vida. La película acabó obteniendo la estatuilla, que fue recogida por su esposa Yulia, quien demandó su liberación.
No obstante, la Justicia rusa ya rechazó en noviembre un recurso de sus abogados y confirmó la condena de prisión que le fue impuesta por estafa y desacato. Navalny, que también recibió el año pasado el premio Sájarov del Parlamento Europeo, considera como Kobzev que el objetivo de los servicios penitenciarios es que el preso enferme para no tenga más remedio que colaborar.
[Navalny, el Héroe sin Tanques al Que Putin Teme Mucho: "Eres un Hombrecito Ladrón en un Búnker"]
Supuesto terrorismo
Navalny recibió las 700 páginas con el caso penal apenas 36 horas antes del inicio del proceso en el Tribunal Basmanni de Moscú, según informó su equipo en el canal de Telegram. "Ahora estoy hasta arriba de materiales del caso y aún tengo que trabajar ocho horas al día. En la orden del día no hay tiempo para estudiar los documentos", comentó el opositor.
Sus abogados han pedido a la dirección de la prisión de la región de Vladímir en la que se encuentra que den tiempo al preso para familiarizarse con el caso. En respuesta, el Comité de Instrucción de Rusia dio hasta el 5 de mayo de plazo al acusado y sus defensores para estudiar el expediente.
En octubre del pasado año los abogados del opositor anunciaron que contra su cliente se había incoado un nuevo caso penal por creación de una organización extremista, instigar el odio hacia los funcionarios y llamar a participar en manifestaciones no autorizadas.
Navalny asegura que puede ser condenado a 30 años de cárcel; su colaborador, Leonid Vólkov, elevó esa pena a 35 años, mientras las agencias rusas hablan de 15 años. En todo caso, algunos opositores apuntan que Navalny, que ha criticado la conocida como "operación militar especial", no verá la luz del día mientras siga en el poder Vladímir Putin.