El fundador del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, parece decidido a no dejar que Rusia disfrute las buenas noticias. Si hace apenas unos días celebró la conquista definitiva de Bakhmut tras meses de lucha, ahora ha advertido de que la guerra podría acabar en desastre y, la sociedad rusa, enfrentarse a una revolución como la de 1917.
El mercenario más poderoso de Rusia dijo que su perspectiva política estaba dominada por el "amor a la patria y el servicio al presidente Vladímir Putin", pero advirtió de que Rusia corre peligro de una gran agitación social. El motivo: que las élites del país no se están tomando lo suficientemente en serio la guerra y la sociedad empieza a hartarse.
El líder de Wagner aseguró que la guerra había "fracasado espectacularmente al no lograr desmilitarizar Ucrania". Las consecuencias podían ser aún peores: "Estamos en una situación en la que podemos perder Rusia", alertó Prigozhin en una entrevista con el bloguero favorable a la guerra Konstantin Dolgov. Y ofreció una solución: endurecer la ley hasta convertir Rusia en un régimen como el norcoreano.
"Debemos introducir la ley marcial. Lamentablemente, debemos anunciar nuevas oleadas de movilización, debemos poner a trabajar a todos los que estén en condiciones de aumentar la producción de municiones. Rusia necesita vivir como Corea del Norte durante algunos años, cerrar las fronteras y trabajar duro", afirmó.
Prigozhin dijo que existía en Rusia una supuesta visión optimista según la cual Occidente se cansaría de la guerra y China mediaría para la consecución de un acuerdo de paz, pero que él no creía realmente en esa interpretación.
En su lugar, dijo, Ucrania estaba preparando una contraofensiva destinada a empujar a las tropas rusas de vuelta a sus fronteras antes de 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea. Ucrania intentaría "cercar Bakhmut, foco de intensos combates en el este, y atacar Crimea", añadió.
"Lo más probable de todo es que este escenario no sea bueno para Rusia, así que tenemos que prepararnos para una guerra ardua. Estamos en tales condiciones que podríamos perder a Rusia, joder, ese es el principal problema (...). Tenemos que imponer la ley marcial", insistió en la entrevista.
Revolución de 1917
En la entrevista se vio una faceta desconocida de Prigozhin: la de bromista. Dijo que su apodo de "chef de Putin" era estúpido, ya que él no sabía cocinar y nunca había sido chef. En cambio, aseguró que "carnicero de Putin" podría ser un apodo más adecuado.
Respecto a la posibilidad de que haya un levantamiento de la sociedad rusa, la razonó por el descontento con las élites del país. "Si los rusos de a pie siguen metiendo a sus hijos en ataúdes de zinc mientras los hijos de la élite sacuden el culo al sol, Rusia se enfrentará a una agitación similar a la de las revoluciones de 1917, que dieron paso a una guerra civil", dijo.
"Primero se levantarán los soldados, y después lo harán sus seres queridos", afirmó. "Ya hay decenas de miles de ellos, familiares de los asesinados. Y probablemente habrá cientos de miles: no podemos evitarlo. Al mismo tiempo, "los hijos de las élites cierran sus trampas en el mejor de los casos, y algunos se permiten una vida pública, gorda y despreocupada".
En esta línea, Prigozhin criticó la política postsoviética de Rusia hacia Ucrania y tachó de poco clara, contradictoria y confusa la puesta en marcha de lo que el Kremlin denomina "operación militar especial". La cúpula militar rusa, dijo, ha "metido la pata" repetidamente durante la guerra.
Prigozhin afirmó que el líder soviético Josef Stalin no habría aceptado tal fracaso. El ataque transfronterizo a la región rusa de Belgorod puso de manifiesto el fracaso de la cúpula militar, y advirtió de que Ucrania intentaría penetrar más en Rusia.
Según el mercenario, Rusia necesita movilizar más hombres y orientar la economía exclusivamente a la guerra.
Muertos en Ucrania
Prigozhin dio números sobre los soldados que había movilizado el Grupo Wagner y cuántas bajas ha dejado la guerra. Su grupo de mercenarios, dijo, ha reclutado a unos 50.000 convictos durante la guerra, de los cuales cerca del 20% había perecido en Bakhmut.
Es decir, 10.000 expresidiarios habían muerto en batalla, pese a que en un primer momento el Ministerio de Defensa le había prohibido reclutar efectivos en los servicios penitenciarios. En total, Prigozhin dijo haber perdido unos 15.000-16.000 hombres en esa ciudad de la región de Donetsk. Además, otro número similar de wagneritas tuvieron que abandonar el campo de batalla tras sufrir heridas graves.
En Bakhmut, según Prigozhin, Ucrania sufrió entre 50.000 y 70.000 heridos, y 50.000 muertos. Ucrania, en cambio, asegura que las bajas rusas son muy superiores a las suyas, y EEUU cifró en casi 100.000 las pérdidas rusas en la cruenta batalla.
A las afirmaciones de que Wagner no está capacitada para participar en una nueva ofensiva tras las grandes pérdidas sufridas, Prigozhin respondió que aún puede reclutar a 10.000 hombres rusos en el plazo de un mes.
Según fuentes de derechos humanos, ahora sería el Ministerio de Defensa ruso el que estaría reclutando en las cárceles para completar nuevas compañías militares privadas más fáciles de controlar que Wagner.
Las autoridades rusas reconocen sólo 5.937 caídos en el campo de batalla ucraniano, aunque fuentes independientes estiman los rusos muertos en más de 22.000 y los ucranianos hablan de unas 200.000 bajas, entre muertos, heridos y mutilados.
Prigozhin también atacó al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, quien cree que debería ser sustituido por el coronel general Mikhail Mizintsev, mientras que el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov, debería ser reemplazado por Sergei Surovikin, apodado "General Armagedón" por los medios de comunicación rusos.