Marruecos, de Pegasus a 'Team Jorge': los hackers israelíes que operan con la tolerancia de Mohamed VI

Más allá de los casos de corrupción que estallaron recientemente en el seno del Parlamento Europeo, "para ampliar su influencia, Marruecos no duda en recurrir al chantaje. Cualquier cosa comprometedora puede ser la base de cualquier negociación. Para colocar sus peones en el tablero de ajedrez del escenario nacional e internacional, el reino alauita utiliza y abusa de alianzas con entidades israelíes campeonas en la vigilancia ilegal", afirma Adnane Filali en su investigación.

"El poder marroquí ha alcanzado cotas que le han convertido en uno de los Estados policiales más represivos del mundo. La nueva política del Majzén (oligarquía o gobierno en la sombra) tiende a la vigilancia masiva, están al acecho de la menor conmoción en cualquier protesta. Utiliza la difamación y la manipulación de fake news como herramienta perversa para destruir personalidades perturbadoras y también como herramienta de chantaje", mantiene la pareja en un comunicado al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

Dounia y Adnane Filali, en una imagen de su canal.

Después de una pesquisa realizada por la unidad de investigación de Radio France y Le Monde, en colaboración con el consorcio Forbidden Stories, el periodista Rachid Mbarki fue el primero en ser identificado en el escándalo del 'Team Jorge'. Supuestamente, habría recibido dinero para hacer propaganda y desinformación para ciertos países, incluido Marruecos.

Sucursal de 'Team Jorge' en Marruecos

Tras una larga investigación, acompañada de varios medios internacionales, y cruce de distintas fuentes, así como del testimonio de una persona que navegó por 'Team Jorge', Dounia y Adnane Filali revelan "la existencia de lo que probablemente se pueda asimilar a una filial de la empresa 'Team Jorge' en Marruecos, una en Agadir y otra en Rabat. Las 'obras' están destinadas únicamente a Marruecos y en colaboración directa con los servicios secretos marroquíes".

Las organizaciones de las dos ciudades están especializadas en la recopilación de información y la propagación de difamación e información falsa, pero cada una tiene su particularidad.

La oficina de Rabat gestiona esencialmente la vigilancia en el ámbito de los partidos políticos, las asociaciones, los disidentes, los periodistas o cualquier persona o estructura en Marruecos o en el extranjero que directa o indirectamente pueda representar un peligro para el poder marroquí y por ende, para el reinado de Mohamed VI.

"Cualquier persona o estructura cercana al poder puede ser atacada. La propagación de informaciones falsas, incluida la difamación, está reservada, la mayor parte de las veces, a voces disidentes que adquieren cierta extensión a nivel nacional y fuera de Marruecos", explican los Filali sobre el modus operandi.

Por su parte, la oficina de Agadir se especializa en monitorear a las personas que hablan el idioma hasaní, un dialecto árabe que se utiliza en Mauritania, el sur de Marruecos, el Sáhara Occidental y en otras regiones de África Occidental y del Sáhara en Argelia. "En su opinión, cualquier persona que hable este dialecto y provenga de esta región puede causar malestar o algún interés para el régimen marroquí", detalla la misma fuente.

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"Parte de la información recopilada se publica en WikiLeaks Sahara, un sitio administrado por los servicios secretos marroquíes, en referencia a la famosa plataforma fundada por Julian Assange. Es decir, que una red de telecomunicaciones en Mauritania, así como otra muy utilizada por extranjeros en Europa, sirve para su negocio de vigilancia", expone el documento al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

Del mismo modo, señalan que "los equipos israelíes se han integrado en el corazón de las estructuras de la Policía secreta en Marruecos. Las herramientas utilizadas por la empresa matriz en Israel son idénticas, las mismas tecnologías se encuentran allí". Aunque la investigación apunta a que los marroquíes sólo utilizan el resultado final de los equipos israelíes y no poseen ningún tipo de patente.

Dounia Filali, en una imagen propia.

Persecución transfronteriza

La pareja Filali es víctima de una enorme campaña de difamación y desinformación internacional. Denuncian ser perseguidos, vigilados, y atacados, de manera coordinada, por el Estado marroquí y por los medios de comunicación israelíes y franceses.

Cientos de miles de personas siguen a Dounia y Adnane Filali en las redes sociales desde 2016. En sus vídeos, que acumulan varios millones de visualizaciones, investigan la corrupción y la represión. Cargan contra políticos, pero también ponen en tela de juicio a la monarquía alauita. 

Los servicios secretos marroquíes comenzaron la campaña de acoso y difamación contra los Filali en noviembre de 2020. "Un período en el que denunciamos la vigilancia y el espionaje de los servicios secretos marroquíes a través de cámaras colocadas en habitaciones de hotel", indica la pareja. 

Dounia y Adnane solicitaron asilo en China y dejaron su país a pesar de sus logros laborales, con un nuevo periódico independiente, porque "cada vez era más insoportable vivir en un ambiente de miseria, injusticia y corrupción", confiesa la periodista a EL ESPAÑOL. 

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Asimismo, Dounia añade que "el periódico fue un éxito inmediato, pero nos sentimos intimidados por las autoridades. Sabíamos que quedarnos en Marruecos podría causarnos problemas si queríamos seguir trabajando de forma independiente". Entonces, eligieron China para refugiarse porque se habían enamorado de Hong Kong en un viaje de turismo.

En peligro en suelo francés

Igualmente, tuvieron que salir del gigante asiático rumbo a Francia después de un asalto a su casa. En el país europeo vivieron un ataque de desinformación desde distintos frentes. "La campaña difamatoria internacional contra nosotros fue bien gestionada por servicios secretos de varios países. Marruecos pretendía desacreditarnos en suelo francés, hacernos pasar por peligrosos antisemitas para que no se reconocieran nuestros derechos como refugiados políticos en Francia", puntualiza Dounia a este periódico.

La agencia de noticias marroquí MAP publicó que el matrimonio Filali no debía tener asilo en Francia por ser peligrosos extremistas, proterroristas, mafiosos y antisemitas. Igualmente, apuntan a la implicación de periodistas de al menos seis medios internacionales: Atlasinfo, Mondafrique, L’Incorrect, Jeune Afrique, I24 News y Time of Israel.

Incluso circuló una petición contra su solicitud de asilo. Más allá de los medios marroquíes, israelíes y franceses, las acusaciones llegaron a países tan inesperados como Malí y Libia.

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La pareja presentó más de 12 denuncias por difamación y varias por amenazas de muerte. Sin embargo, todas las quejas fueron rechazadas en Francia, en su mayoría dentro de las primeras 48 horas. "El problema es que algunas instituciones del Estado francés no quieren reconocer nuestro estatus y prefieren preservar sus relaciones con Marruecos, pasando por encima del derecho internacional. Llevamos dos años luchando contra esta injusticia", manifiesta Dounia. 

Actualmente, siguen esperando que Francia reconozca su estatus internacional de refugiados políticos. "Deberíamos tener una respuesta definitiva en las próximas semanas", adelanta Dounia.

"El régimen marroquí es el principal responsable de nuestro hostigamiento y persecución, lleva años persiguiéndonos, y eso, estemos donde estemos. Antes en China, ahora en Francia. Recuérdese que los métodos del Majzén tuvieron poca influencia en realidad en China, mientras que en Francia nos encontramos con que el régimen marroquí hace lo que le parece", declara Dounia a EL ESPAÑOL.

Algunos medios internacionales y ONG están investigando el caso de los Filali, aunque por ahora mantienen en secreto los nombres. "Conociendo los métodos del régimen marroquí: intimidación, corrupción, manipulación, etc., es preferible trabajar con discreción hasta la publicación de la investigación", aclara Dounia Filali.