De salvador de la banca americana a posible candidato a la Casa Blanca. Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan Chase & Co, estudia la posibilidad de plantar cara a Joe Biden en las primarias demócratas para las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos.
En una entrevista concedida a 'Bloomberg', y tras ser preguntado si alguna vez se había planteado postularse como candidato a la Casa Blanca, el líder del mayor banco de EEUU por activos bajo gestión respondió lo siguiente: “Amo a mi país, y quizás algún día serviré a mi nación de una forma o de otra”. Su comentario ha trascendido en el marco de la cumbre anual de banqueros Global China Summit.
Aunque el banquero ha dicho en repetidas ocasiones que planea permanecer al frente de la entidad durante cinco años más, lo cierto es que sus escarceos con el ruedo político no son nuevos.
En 2018, Dimon sostuvo que podría vencer a Donald Trump en unas elecciones, aseverando que era tan duro como él y “más inteligente”, si bien ese mismo día pidió disculpas por aquellas declaraciones y aclaró que no se estaba postulando para presidente de los EEUU. Situación que podría haber cambiado un lustro después.
Dimon, de 67 años, ha estado al frente de JPMorgan desde 2005. A raíz de su entrevista en 'Bloomberg TV', numerosos empresarios y financieros norteamericanos han salido a arroparle ante una hipotética candidatura.
Apoyo de Bill Ackman
Uno de los primeros ha sido Bill Ackman, fundador y director ejecutivo del hedge fund Pershing Square Capital Management. En su cuenta de Twitter, Ackman le ha definido como “uno de los líderes empresariales más respetados del mundo”, al tiempo que “es muy respetado por la derecha, la izquierda y el centro”.
“Políticamente es un centrista. Está a favor de los negocios y de la libre empresa, pero también apoya los programas sociales bien diseñados y las políticas fiscales racionales que pueden ayudar a los menos afortunados. Es extremadamente inteligente, reflexivo y pragmático, y sabe cómo unir a las partes opuestas”, ha escrito Ackman sobre Dimon.
Y ha añadido: “Nuestro país está en riesgo con una deuda de 32 billones de dólares sin fin y déficits masivos a la vista, encaminándose a una recesión en un momento de gran incertidumbre política. Necesitamos un líder comercial, financiero y global ejemplar para gestionar lo que probablemente sea una década de importancia crítica para nuestro país en la determinación de nuestro destino”.
“Jamie Dimon es ese líder”, sostiene el gestor de fondos, que ha aprovechado la ocasión para recordar que el CEO de JPMorgan también es “muy respetado por nuestro ejército”. Un aspecto primordial tratándose de un país tan militarizado y patriota como es EEUU.
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Ackman cree que Biden es “extremadamente débil y está en declive cognitivo”. Según sus estimaciones internas, el 70% de los demócratas no quiere que se postule. “Jamie puede vencer a Biden en las primarias demócratas y a Trump en las elecciones generales, pero necesita comenzar ahora y construir su reconocimiento entre el amplio electorado”.
El último golpe maestro de Dimon fue hace un mes, cuando gracias a su intermediación y determinación JPMorgan Chase salió al rescate del First Republic Bank, evitando así otro caos bancario en el país norteamericano tras la crisis de la banca regional que se había abierto semanas antes con el Silicon Valley Bank. JPMorgan adquirió First Republic a un coste de 10.600 millones de dólares (casi 9.650 millones de euros).
El gran banco americano
JPMorgan administra 3,2 billones de dólares (2,9 billones de euros), sin contar los 213.000 millones de dólares (193.315 millones de euros) de First Republic. La historia del banco es la historia de un crecimiento inorgánico y de sucesivos rescates bancarios privados.
La entidad, tal y como se la conoce en la actualidad, surgió de la fusión en 2001 de Chase Manhattan y JPMorgan. El banco resultante compró en 2004 a su rival de Chicago, Bank One, precisamente desde donde se integró Jamie Dimon.
En 2008, en pleno colapso financiero, Dimon tuvo que tomar dos importantes decisiones. JPMorgan compró el fallido banco de inversión Bear Stearns y, pocos meses después, adquirió las filiales bancarias de Washington Mutual.
A día de hoy, fuera de las fronteras de EEUU, sólo le superan cuatro bancos chinos por volumen: Industrial & Commercial Bank of China, China Construction Bank, Agricultural Bank of China y Bank of China.