Un joven palestino murió este jueves y otros dos resultaron heridos durante enfrentamientos con tropas israelíes en la ciudad cisjordana de Nablus, desencadenados por la demolición de la vivienda familiar de un palestino que mató a un soldado israelí en octubre del año pasado.
El joven fallecido fue identificado por el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como Jalil Yehya Anis, de 20 años. Su muerte, precisó un comunicado de Sanidad, fue consecuencia de disparos en la cabeza y fue declarada en un hospital de Nablus al que fue trasladado en estado crítico.
Otros dos palestinos resultaron heridos en los enfrentamientos, uno de ellos en estado crítico, según información de la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.
El Ejército israelí, por su parte, informó que "sospechosos dispararon contra las tropas y dañaron vehículos militares" mientras los soldados operaban para demoler la vivienda de Osama Tawil, un palestino arrestado en febrero de este año y acusado de matar al soldado Ido Baruch el 11 de octubre de 2022 mientras este protegía una marcha de colonos en Cisjordania.
En respuesta a los disparos, agregó un portavoz militar, las tropas respondieron "dispersando a los manifestantes y abriendo fuego contra los hombres armados".
Residentes de Nablus habrían disparado también fuegos de artificio contra las tropas y lanzado explosivos y cócteles molotov, según añadió el Ejército, cuyas tropas utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, muchos de los cuales debieron ser tratados por asfixia.
La demolición de la residencia familiar de Tawil se llevó a cabo con éxito algunas horas después, informó la agencia oficial, que destacó que allí vivían también los padres y la hermana del atacante.
Israel suele demoler las casas de familias de palestinos acusados de cometer atentados mortales, una política denunciada como "castigo colectivo" por grupos de derechos humanos y que el Estado judío aplica desde hace años en territorio palestino ocupado.
Por su parte, los cuerpos de seguridad israelíes lo justifican como elemento de disuasión para prevenir más ataques, mientras que la actual coalición gubernamental liderada por Benjamin Netanyahu -compuesta también por grupos de extrema derecha- se ha comprometido a agilizar estas acciones de forma aún más expeditiva.
El conflicto israelí-palestino vive en 2023 su año más mortífero desde la Segunda Intifada (2000-05) en Cisjordania e Israel, donde en lo que va de año han muerto 125 palestinos, la mayoría milicianos en enfrentamientos violentos con tropas israelíes, pero también civiles, incluidos 21 menores.
Del lado israelí han fallecido 20 personas víctimas de ataques palestinos, la mayoría colonos, y entre ellos tres menores.