Quién le iba a decir al Gobierno de Putin –abiertamente homófobo– que iba a promover el matrimonio homosexual en Ucrania a base de cañonazos. Pero es justo lo que ha sucedido: a medida que se ha hecho más visible la presencia de personas LGTBI en el Ejército ucraniano, también se ha visibilizado la necesidad de igualar sus derechos en medio de la guerra.

"Le propuse matrimonio a mi novia el pasado 18 de abril, y queremos casarnos en Ucrania", dice contundente Stanislava, de 27 años y lesbiana. "Mi novia es oficial del Ejército, ahora está destinada en un cuartel y de momento no va a ir al frente, pero es algo que me preocupa mucho", asegura. Y es que, si la novia de Stanislava muriera en combate –además de lo doloroso que sería–, Stanislava no podría reclamar su cuerpo, ni tendría los mismos derechos que las viudas de los demás militares.

La situación de Stanislava y su novia no es algo aislado: a raíz de la invasión rusa a gran escala han sido cientos de miles los ucranianos que se han alistado en las Fuerzas Armadas, y entre ellos, hay un buen número de miembros de la comunidad LGTBI. "Ellos se han ganado el respeto y el reconocimiento de sus compañeros, al demostrar el mismo arrojo que el resto a la hora de defender el país, y esto nos ha dado más visibilidad", explica Edward Reese, el organizador del Kiev Pride.

La activista ucraniana Stanislava Petlytsia posa junto a una de las obras que expusieron hace poco en Járkov, en el contexto de una de las actividades que realiza la ONG de mujeres en la que trabaja. María Senovilla

El año pasado se hizo viral la historia de una mujer que se casó con su amigo gay cuando éste se alistó, para que, en caso de que muriera en la guerra, ella pudiera reclamar el cuerpo y la indemnización que le correspondía como esposa, y dárselos a la pareja real de su amigo. 

"Los homosexuales que están ahora en el ejército no tienen los mismos derechos que tienen las parejas heterosexuales, pero la mayoría no buscamos salidas ilegales a este problema: luchamos para que se apruebe la ley sobre uniones civiles, y garantizar así la igualdad de derechos legalmente", sentencia Edward.

Prioridad para los militares

"Debido a la guerra no se puede promover el matrimonio homosexual como tal, porque para eso hay que cambiar la Constitución ucraniana, y mientras esté en vigor la Ley Marcial no es posible", aclara el organizador del mayor evento LGTBI del país. Por eso la propuesta de ley que han elevado ante el Parlamento ucraniano habla de "uniones civiles" entre personas del mismo sexo, que equivale a la figura de la "pareja de hecho".

Esta propuesta de ley fue presentada el pasado mes de marzo por la diputada Inna Sovsun –del partido Golos–, con el apoyo de otros 18 parlamentarios. En el texto se promueve la creación del un "Instituto para uniones civiles", donde se daría prioridad a los militares, por lo acuciante de su situación, pero que después se abrirá a cualquier persona, aunque no sea militar, o no pertenezca al colectivo LGTBI.

La propuesta de ley –que fue aceptada a trámite–, se encuentra ahora en la fase de lectura, una etapa que se puede dilatar en el tiempo, porque contempla la presentación del proyecto ante varios comités. Si lo pasa con éxito, quedaría lista para su votación; de lo contrario, habría que hacer enmiendas. El resumen es que no se sabe con certeza cuándo se va a aprobar.

La guerra, además, ha paralizado la aprobación de otro proyecto de ley presentado en 2021 y destinado a luchar contra los delitos de odio. El conflicto armado estalló justo antes de la fase de votación, y de momento no se ha retomado. Edward Reese, sin embargo, tiene esperanzas de que prospere, entre otras cosas, porque es un requisito necesario si Ucrania quiere formar parte de la Unión Europea. 

Libertad, igualdad y seguridad

"Es una ley muy importante para detener los ataques homófobos –prosigue Edward–, que en muchos casos son propiciados, además, por las narrativas rusas". En el ranking de los países más homófobos del entorno europeo, los primeros puestos los ocupan Bielorrusia, Rusia y Armenia, por este orden. Ucrania se queda seis puestos más abajo, lo que da una idea de todo lo que queda por luchar –y no sólo en el frente de combate–.

"He tenido la suerte de que sólo me han golpeado una vez, aunque lo han intentado en repetidas ocasiones, y la mayor parte de las amenazas de muerte que recibo vienen de Internet; la mayoría de los homosexuales que conozco han enfrentado muchos más ataques violentos", relata Yarik, gay queer de 23 años y también activista en Járkov. "Entiendo que suena aterrador oírlo –intenta explicar cuando ve mi cara de estupefacción–, pero salir del armario públicamente ha sido mi forma de autodefensa". 

Yarik Rybkin mira uno de los libros, con historias de mujeres, que ha editado la ONG donde trabaja, en Járkov. María Senovilla

Es más que aterrador escuchar a un chico de 23 años decir que se siente afortunado porque sólo le han apaleado una vez, y porque las amenazas de muerte online dan menos miedo que las que te hacen en persona. Pero esto da una idea del problema de seguridad que enfrenta el colectivo LGTBI en Ucrania, y de por qué buscan desesperadamente "espacios seguros" para ellos.

Yarik trabaja en la ONG de mujeres Esfera, junto a Stanislava. Se trata de una asociación que está "uniendo a mujeres en Járkov, incluidas lesbianas y bisexuales, por la libertad, la igualdad y la seguridad". Y aunque mucha gente se ha ido fuera del país desde que comenzó la invasión, la actividad de asociaciones como esta se ha intensificado durante la guerra. 

[¿Conocía Ucrania el plan de Prigozhin? Lanzó un ataque en varios frentes horas antes de su rebelión]

"Muchas personas LGTBI han tenido que volver a vivir a casa de sus padres", dice el organizador del Kiev Pride, algo que puede ser devastador a nivel psicológico cuando sus propias familias no les aceptan. "Así que hemos creado un grupo de apoyo psicológico online –gratuito y semanal– para personas LGTBI, entre otras iniciativas relacionadas con el trabajo humanitario", cuenta. 

"El problema es que se nos intentan colar personas homófobas que, ya antes de la guerra, se intentaban apuntar a todos los eventos que hacíamos para sabotearlos", denuncia Edward. "La propaganda pro rusa, que actualmente es muy fuerte en todo el mundo, intenta blanquear el movimiento anti LGTBI radical y de ultraderecha, que es de donde beben estos grupos homófobos tan activos", añade. 

A pesar de todo, Edward tiene la esperanza de que la invasión traiga un cambio de mentalidad para los ucranianos, la esperanza de que la mayor parte de la población no quiera parecerse a las personas que les están invadiendo, a sus criterios arcaicos y cargados de prejuicios. Tiene la esperanza de que los ucranianos no quieran ser como los rusos.

El primer Día del Orgullo que se celebró en Ucrania tuvo lugar en Kiev en 2013, tras un intento el año anterior que no llegó a materializarse por la fuerte oposición de grupos homófobos. Esta primera marcha –que se celebró hace 10 años– tuvo muy poco seguimiento, pero en los últimos tiempos el nivel de aceptación hacia el colectivo LGTBI ha mejorado. "En el último Kiev Pride que pudimos celebrar, en 2021, asistieron más de 7000 personas", dice Edward. 

Pride Ucrania desde Madrid

El año pasado no se pudo celebrar por la guerra, pero se trasladó a Varsovia. "Fue la primera vez en la historia que se organiza un Pride de forma conjunta entre dos países: hubo una columna de ucranianos, la principal, y todo el evento se dedicó a Ucrania", recuerda Edward emocionado.

Este año, sucederá lo mismo pero en Liverpool, en un claro guiño a Eurovisión: "Ellos acogieron el Festival de Eurovisión en nuestro nombre, y harán lo mismo con el Pride", explica. "Además, habrá una columna de ucranianos en los desfiles de varias ciudades, incluida Madrid", anuncia.

Uno de los símbolos del colectivo LGTB del Ejército ucraniano, que aparecen en su página web.

Es una forma de que el resto de Europa escuche las voces de la comunidad LGTBI ucraniana, "pero también pueden encontrarnos en plataformas, canales y blogs, somos bastantes", pide. Entre estos websites y canales hay uno dedicado a la comunidad LGTBI que está sirviendo en el ejército, donde se recogen algunas historias personales e iniciativas que merece la pena leer: lgbtmilitary.org

Aunque Kiev no llevó a cabo su desfile el año pasado, en la ciudad de Járkov –la segunda más importante de Ucrania– quisieron hacer una marcha simbólica "no sólo como reivindicación de la comunidad LGTBI, sino también como protesta por los muertos y represaliados por la Federación Rusa", aclara Stanislava.

Orgullo bajo tierra

Durante el mes de junio de 2022, Járkov tocaba a dos o tres bombardeos por día. Muchos de ellos perpetrados contra el centro de la ciudad: se redujeron a escombros varias universidades, también escuelas, hospitales y bibliotecas, y los ataques contra edificios civiles eran sistemáticos. Así que mucha gente seguía refugiándose en las estaciones de metro de la ciudad, donde llegaron a resguardarse hasta 500.000 almas en los momentos más duros del asedio ruso.

Y la marcha del orgullo, organizada por la ONG de Stanislava y Yarik, también transcurrió bajo tierra, para esquivar los bombardeos. "Sólo nos reunimos 30 personas, escoltadas por la policía, sin poner en riesgo la seguridad de nadie", aseguran.

Así fue la marcha LGTBI que organizaron de forma simbólica en Járkov, el año pasado, en el metro de la ciudad para evitar los bombardeos. Cedido por la ONG Sphere. A. Benito

Este año no ha habido desfile tampoco aquí, aunque se han celebrado varios actos a puerta cerrada, en los que se ha podido ver que el movimiento LGTBI sigue vivo. Entre las actividades, había desde clases de defensa personal, hasta actos en algunas poblaciones liberadas de la provincia. También performances teatrales, que se celebraron en espacios seguros y alejados de miradas incómodas.

No pierden la esperanza de poder organizar algún evento mayor en septiembre, tanto en Kiev como en Járkov–en ciudades del oeste, como Leópolis, nunca se han llevado a cabo celebraciones del Pride Day–. Mientras tanto, seguirán haciendo activismo para promover leyes igualitarias y dar visibilidad al colectivo.

Banderas arco iris, mascarillas y otros elementos que la ONG Sphere utilizó durante la marcha simbólica que organizaron el año pasado María Senovilla

"Hasta el momento, ninguno de los cambios han sido por iniciativa del Gobierno, somos los activistas los que presionamos. Tampoco el Ejecutivo de Zelenski ha prestado mucha atención a la comunidad LGTBI", concluye Edward. "Lo único bueno de que no nos presten atención es que tampoco han implementado leyes anti LGTBI, como sí ha sucedido en países como Polonia o Hungría" dice antes de despedirse. 

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