El terrorista islamista que mató a tiros a dos personas en Bruselas el pasado lunes se había escapado de una prisión de Túnez. Abdesalem Lassoued, de 45 años, cumplía una larga condena en su país de origen antes de la fuga y las autoridades tunecinas habían solicitado su extradición a Bélgica, según informa France Presse.
Las autoridades belgas recibieron la solicitud de extradición en agosto de 2022, pero no fueron atendidas. El ministro de Justicia belga, Vincent Van Quickenborne, dimitió este viernes por este “error monumental”, en sus propias palabras.
El fiscal jefe de la capital belga, Tim De Wolf, aseguró el domingo que "la grave falta de personal en la Fiscalía de Bruselas influyó, pero... eso no lo justifica". De Wolf aseguró en declaraciones a los medios de comunicación que el expediente de extradición se recibió en septiembre del año pasado y probablemente se había olvidado en un archivador.
“Ninguno de los compañeros implicados recuerda qué pasó con este expediente concreto hace un año. No hay rastro de que haya sido manipulado”, afirmó. El atacante había sido condenado "a más de 26 años de prisión en Túnez en 2005, pero se había fugado de prisión en enero de 2011", afirmó el fiscal. Según los medios belgas, había cometido varios asesinatos.
Las autoridades tunecinas “señalaron” el caso el 1 de julio de 2022 a través de Interpol, según De Wolf. En aquel momento el documento sólo mencionaba “una fuga de prisión”, sin más detalles. Seis semanas después le siguió una “serie de anexos”, pero el expediente se perdió en la Fiscalía.
La ministra del Interior, Annelies Verlinden, dijo el sábado que la falta de detalles en la primera “notificación roja” de Interpol significaba que el expediente no se había manejado de inmediato. El fiscal no mencionó las razones que habían llevado a Lassoued a prisión.
Los disparos contra dos aficionados de fútbol suecos el lunes -justo antes del partido entre las selecciones de Bélgica y Suecia- han renovado el debate en Bélgica sobre los errores judiciales y administrativos en el seguimiento de las personas radicalizadas. Más concretamente, en lo que se refiere a los servicios de inmigración, aunque Lassoued no estaba en el radar de las autoridades.
Documentos oficiales mostraban que Lassoued había presentado solicitudes de asilo en Noruega, Suecia, Italia y Bélgica. Había permanecido ilegalmente en Bélgica después de que su solicitud de asilo fuera rechazada en 2020. En marzo de 2021 se emitió una orden de expulsión, pero nunca se ejecutó.
La policía belga mató a tiros a Lassoued después de localizarlo el martes. Durante el fin de semana, el Gobierno anunció que desplegaría más personal para la Fiscalía y la Policía en Bruselas.