Los nervios del primer día no se debían, quizás, a hacer bien su trabajo, sino por no alcanzar el objetivo deseado: un hombre de 44 años ha sido detenido después de robar 53 teléfonos móviles y 53.000 rublos (unos 540 euros) de la caja registradora del negocio. Ocurrió en una tienda de electrodomésticos de Moscú, la capital de Rusia.
El ladrón obtuvo el empleo mediante documentación falsa y una identidad ficticia. Y fue captado en plena acción por las cámaras de seguridad del establecimiento. Sorprendentemente, el protagonista no ocultó su rostro en ningún momento mientras perpetraba los robos, lo que facilitó su identificación por parte de sus compañeros efímeros.
Durante esta primera jornada, el acusado ingresó al local con una maleta que utilizó para introducir los 53 teléfonos móviles sustraídos. Eran iPhone, de la marca Apple. Después se dirigió a la caja registradora y tomó el efectivo para retirarse del lugar con ese botín de dispositivos y dinero.
Al identificarle con premura y avisar a las autoridades, se procedió a su detención. Los agentes allanaron su residencia y recuperaron parte del tesoro de iPhones robados, ya que había vendido de camino a su casa unos 20 teléfonos. Las pérdidas estimadas ascendían a unos 30.000 euros.
Otros casos parecidos
Este suceso ha llamado la atención en Rusia, pero no es el único que salta así en las noticias. Hay otros parecidos y se pueden ubicar más cerca. Agentes de la Policía Nacional detuvieron hace unos días al recepcionista de un hotel de la ciudad alicantina de Benidorm por presuntamente simular un robo durante su turno de trabajo para apropiarse de 10.123 euros en efectivo de la caja de seguridad de la recepción.
La coartada del sospechoso fue desmontada tras analizar las imágenes de las cámaras de seguridad del interior del hotel. Los hechos ocurrieron hacia mediados del pasado verano, cuando el director del hotel interpuso una denuncia en la comisaría para alertar que habían sustraído el dinero en efectivo de la caja de seguridad de la recepción del hotel, correspondiente a la recaudación de todo un fin de semana.
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Según registró la denuncia, mientras que el recepcionista se ausentaba por un momento de su puesto, debido a una llamada telefónica que recibió de madrugada durante su turno de noche, vieron por las cámaras cómo un hombre vestido de negro y con una gorra y una capucha puestas llegaba a la recepción desde las escaleras interiores.
A continuación, el hombre se dirigió al armario donde estaba emplazada la caja de seguridad y, sin apreciarse manipulación alguna de la misma puesto que estaba abierta, cogió el dinero y marchó de nuevo por las mismas escaleras, en las que no hay cámaras de grabación, ha indicado la Policía Nacional en un comunicado.
El empleado del turno de noche aseguró que había recibido una llamada de teléfono de un vecino de la zona que decía ver desde su vivienda cómo una clienta del hotel estaba aparentemente atrapada en el exterior de una de las terrazas de la cuarta planta.
Tras el análisis de las imágenes y después de unir todas las piezas y tomar declaraciones, los investigadores llegaron a la conclusión de que el presunto autor de los hechos era el propio recepcionista y que el robo había sido orquestado por él mismo para hacerse con el dinero de la caja.