El oscuro secreto de Bill Gates, el mayor filántropo del mundo: “Sigue siendo el matón de Microsoft”
Tras años de investigación, Schwab revela en su libro cómo el empresario utiliza su fortuna para obtener influencia política y cambiar el mundo.
3 febrero, 2024 02:11A principios del nuevo milenio, Bill Gates se embarcó en un proceso de reforma social que transformó para siempre su imagen. El empresario narcisista, arrogante y autoritario que dirigía con puño de hierro Microsoft, que por aquel momento había sido investigado por comportamientos monopolistas, dejó de lado sus ambiciones comerciales y se dedicó en cuerpo y alma a la filantropía. Nacía la Fundación Bill y Melinda Gates.
Esa es la bonita historia de rehabilitación que nos han contado, o al menos eso es lo que creemos. Tim Schwab, un periodista nominado al prestigioso premio Pulitzer, defiende que Gates no ha pasado de ser un hombre ambicioso a uno generoso, o de tener un “corazón frío” a tener uno “bondadoso”, sino que sigue siendo “el mismo macho alfa y matón que dirigía Microsoft, animado por el mismo deseo de control y poder”.
En una exhaustiva investigación de varios años, detallada en su libro El problema de Bill Gates (Arpa, 2024), Schwab asegura destapar el halo cegador de una de las mayores organizaciones filantrópicas del mundo. La Fundación Gates, que está valorada en 54.000 millones de dólares, es una de las más reconocidas mundialmente por su papel en la lucha contra enfermedades, el impulso de la educación y el desarrollo agrícola. De hecho, fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional en 2006.
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Sin embargo, el periodista duda de la contribución de Gates en el mundo. A pesar de reconocer la voluntad de Gates de contribuir al bienestar global, el autor sugiere que el empresario está más motivado por la arrogancia que por el deseo de ayudar a los pobres y está utilizando su enorme riqueza para adquirir influencia política y remodelar el planeta según su estrecha visión del mundo.
Sostiene que la Fundación Gates es más una estructura de poder que una organización impoluta. ¿A qué se debe esta afirmación?
Bill Gates tiene buenas intenciones en el sentido de que cree que está ayudando al mundo. No dudo de que piense de verdad que su talento, inteligencia y riqueza le convierten en la persona más capacitada para resolver problemas sociales complejos. La cuestión es que está ayudando al mundo de la única forma que sabe, que es intentando tomar el control. Hoy en día, Gates pretende influir directamente en todo tipo de políticas públicas, como la sanidad y la educación públicas.
Todos nosotros, como Gates, tenemos ideas sobre cómo resolver los problemas sociales y hacer frente a la pobreza. Pero no todos tenemos el dinero de Bill Gates. A través de la filantropía, a menudo puede comprar poder político. Puede comprar un asiento en la mesa de toma de decisiones. El modelo de poder de Bill Gates se basa esencialmente en la idea de que el más rico es el que más voz tiene en nuestra democracia. Es un modelo peligroso de poder antidemocrático, que deberíamos cuestionar, no alabar.
Por tanto, ¿influye en la toma de decisiones o en el establecimiento de prioridades en la agenda mundial de lucha contra la desigualdad?
A través de la filantropía, Bill Gates se reúne personalmente con líderes gubernamentales de todo el mundo, dando forma tanto a las prioridades como al gasto público. Decenas de miles de millones de dólares de los contribuyentes van a parar a los proyectos benéficos favoritos de la Fundación Gates. Este es un pequeño y sucio secreto de la Fundación Gates. No es sólo el dinero de Bill Gates el que financia los proyectos benéficos de la fundación. También es nuestro dinero, pero tenemos muy pocos controles sobre cómo se utiliza nuestro dinero.
Más allá de los gobiernos, Gates también tiene gran influencia sobre organismos multilaterales, como la OMS. Aunque la Fundación Gates es una organización privada, se ha convertido en uno de los mayores financiadores de la OMS, y el dinero es influencia. Como relato en el libro, el director del programa de malaria de la OMS se quejó en una ocasión de que la Fundación Gates estaba ahogando de hecho las perspectivas independientes. Advirtió de que la influencia de Gates podría tener consecuencias potencialmente peligrosas para la salud pública. Es uno de los muchos lugares donde se acusa a la fundación de poder monopolístico destructivo.
"No es solo el dinero de Bill Gates el que financia los proyectos benéficos de la fundación; también es nuestro dinero".
Señala que Gates hará todo lo posible por alcanzar sus objetivos, sin importarle el coste de oportunidad, las críticas de los expertos o el daño que pueda causar. ¿Qué perjuicio ha causado en el mundo?
Por ejemplo, Bill Gates creía que podía ‘revolucionar’ la agricultura africana. Se propuso mejorar la agricultura mediante la industrialización, como el uso de fertilizantes químicos, productos agroquímicos y nuevas semillas de alta tecnología. En esencia, quería que la agricultura africana se pareciera más a la estadounidense. Investigadores independientes, no financiados por la Fundación Gates, han demostrado que las intervenciones de Gates han fracasado.
Y organizaciones de agricultores de todo el continente africano piden hoy explícitamente a la Fundación Gates que ponga fin a su cruzada caritativa porque está causando muchos problemas y porque está obstruyendo vías de desarrollo alternativas y mejores. En un momento dado, ¿no debería Bill Gates escuchar a la gente a la que intenta ayudar? Gates no lo cree así. Guiado por su arrogancia, su riqueza y su supuesta misión caritativa, Gates cree que tiene derecho a imponer sus soluciones a los demás, sin preocuparse apenas del daño que está causando.
A pesar de las críticas presentadas, ¿considera que la Fundación ha logrado algún éxito significativo en sus dos décadas de existencia?
En el libro examino de cerca las afirmaciones de éxito más importantes de Gates, como los millones de vidas que la fundación afirma estar salvando. Como he descubierto, estas afirmaciones no están respaldadas por investigaciones sólidas e independientes. Las pruebas se remontan a menudo a investigaciones financiadas por la Fundación Gates. Otro problema con las afirmaciones de éxito de Gates es que gran parte del trabajo de la Fundación Gates está cofinanciado en gran medida por los gobiernos.
Así que, en realidad, si hay éxitos significativos, la mayor parte del mérito debería ser nuestro, de los contribuyentes. A mayor abundancia, hay muchas formas de gastar los fondos públicos para salvar vidas o impulsar el progreso social. ¿Por qué decidimos utilizar el dinero de los contribuyentes para cofinanciar proyectos de la Fundación Gates? ¿Es este el mejor uso de nuestro dinero? Nunca hemos tenido un debate abierto y honesto sobre este tipo de cuestiones.
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Aboga por que las universidades o las cadenas públicas rechacen el dinero de Gates. ¿Es esa la solución para reducir el inmenso poder de los multimillonarios: abstenerse de aceptar su dinero?
Es una solución, pero no la única. Cuando aceptamos el dinero de Gates, lo normalizamos como una forma legítima de poder. La única razón por la que alguien escucha a Bill Gates, sobre cualquier cosa, es su riqueza. Si nos negamos a aceptar su dinero, reducimos su poder. La solución más importante, y el objetivo político a más largo plazo, es reorganizar nuestra economía a través de la fiscalidad, la regulación y otros medios, de modo que no permitamos que la gente se haga tan extravagantemente rica.
Aunque Bill Gates afirma que regala todo su dinero, en realidad se ha enriquecido mucho más durante su etapa como filántropo. En la actualidad, su fortuna se estima en unos 120.000 millones de dólares. ¿Cómo puede un hombre tan dedicado a la caridad seguir haciéndose cada vez más rico? Es una de las muchas contradicciones que definen a Bill Gates. Y es una oportunidad para que todos reflexionemos sobre nuestra propia responsabilidad a la hora de abordar el problema de Bill Gates.
¿Queremos vivir en un mundo en el que permitimos que un pequeño grupo de personas se haga tan increíblemente rico, mientras tanta gente en la Tierra es tan pobre? ¿Debemos aplaudir a estos multimillonarios de la tecnología porque regalan pequeñas sumas de dinero que no necesitan y que nunca podrían gastar en sí mismos? ¿O debemos cuestionar su extrema riqueza como tótem y motor de desigualdad? Tenemos que creer que otro mundo es posible, y tenemos que luchar por él, todos nosotros.
"Aunque Bill Gates afirma que regala todo su dinero, en realidad se ha enriquecido mucho más durante su etapa como filántropo".
También hace hincapié en la necesidad de adoptar nuevas medidas para regular la filantropía. ¿A qué tipo de medidas se refiere?
Una de las dimensiones más extrañas de la filantropía estadounidense es que el código fiscal recompensa generosamente a los filántropos multimillonarios. Eso significa que Bill Gates ha evitado miles de millones de dólares en impuestos a través de la filantropía. Así que, en términos de crear nuevas reglas sobre la filantropía, creo que deberíamos eliminar todos los beneficios fiscales que reciben los multimillonarios. Habría que obligar a los superricos a pagar los impuestos que les corresponden.
También podríamos poner fin a la cultura de secretismo de la Fundación Gates imponiéndole requisitos de transparencia. Podríamos dictar nuevas medidas de rendición de cuentas e insistir en que tenga un consejo de administración fuerte e independiente. Este tipo de cambios haría que la Fundación Gates fuera menos antidemocrática, pero no solucionaría nuestro problema con Bill Gates.
Para ello, tenemos que abordar directamente la extrema riqueza que controla: su fortuna personal de 120.000 millones de dólares y la dotación de 67.000 millones de dólares de la Fundación Gates. Ninguna persona debería controlar este nivel de riqueza, y no deberíamos exaltar a quienes lo hacen.