Israel está en estado de alerta. Este jueves, ante la posibilidad de que Irán lance un ataque en represalia por el presunto ataque en el consulado iraní en Damasco esta misma semana, el Ejército israelí ha comenzado a preparase para otra guerra que no mira a Gaza, sino al este. Amos Yadlin, exjefe de inteligencia israelí, incluso señaló el viernes, último día del mes sagrado musulmán del Ramadán, como una fecha potencial para la venganza iraní, ya sea directamente o a través de sus aliados.

Las fuerzas armadas del Estado hebreo, agotadas tras casi ses meses de conflicto en la Franja de Gaza y en la frontera con Líbano, han anunciado que suspenderán los permisos y las vacaciones de todas sus unidades de combate. Previamente, el Gobierno ya anunció que estaba movilizando más tropas para las unidades de defensa aérea. Todo para responder en caso de que la guerra se expanda, a pesar de que hay quien cree que Teherán calibrará su acción para evitar una escalada.

"El Estado de Israel está preparado para cualquier escenario. Responderemos con la fuerza a cualquier intento de atacarnos", ha afirmado la portavoz del Gobierno, Raquela Karamson, en una sesión informativa. En esta línea, el Ejército habría interrumpido los servicios de GPS en todo el país para ayudar a protegerse de los misiles guiados, según sostienen periodistas de la agencia Reuters.

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Irán, rival y enemigo histórico de Israel, ha jurado venganza por el asesinato de dos de sus generales junto con cinco asesores militares en un ataque aéreo contra un complejo diplomático iraní en la capital siria. Se cree que Israel llevó a cabo el ataque, aunque Tel Aviv no ha confirmado ni negado su participación.

Irán calibra

Hasta la fecha, Irán ha evitado entrar directamente en la contienda, optando en cambio por respaldar ataques de sus aliados y fuerzas proxy contra objetivos israelíes y estadounidenses. Es el caso de los rebeldes hutíes de Yemen, alineados con Teherán, que han lanzado ocasionalmente cohetes contra embarcaciones occidentales. 

Sin embargo, Irán tiene varias opciones para responder contundentemente, tal y como ha prometido. Por un lado, una posibilidad sería liberar a sus aliados altamente armados en Siria e Irak contras las fuerzas estadounidenses, utilizar a Hezbolá para atacar directamente a Israel o intensificar su programa de enriquecimiento de uranio, un movimiento que EEUU y sus aliados han tratado de contener durante mucho tiempo debido al riesgo percibido de fabricación de armas nucleares. 

Ahora bien, muchos diplomáticos y analistas sostienen que el Gobierno de Irán no quiere ninguna guerra total con Israel o con Estados Unidos que pueda poner en peligro su control del poder, y preferiría seguir utilizando representantes para llevar a cabo ataques tácticos selectivos contra sus enemigos.

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Estos ataques indirectos contra las fuerzas estadounidenses en la región cesaron en febrero después de que Washington tomara represalias por el asesinato de tres soldados estadounidenses en Jordania con docenas de ataques aéreos contra objetivos en Siria e Irak vinculados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán y las milicias que apoya.

A mediados de semana, funcionarios estadounidenses señalaron que aún no habían recibido información de inteligencia que sugiriera que grupos respaldados por Irán estuvieran buscando atacar a las tropas estadounidenses después del ataque del lunes. No obstante, un funcionario del país norteamericano, que habló bajo condición de anonimato, expresó que había una creciente preocupación de que Irán cumpliera sus amenazas de tomar represalias, lo que elevaba el riesgo de una escalada regional volátil.

"Irán no puede darse el lujo de no responder, no sea que su presencia militar en la región se vuelva insostenible y señale debilidad a su principal enemigo regional", explicó el jueves Ali Vaez, del grupo de expertos International Crisis Group a la agencia Reuters. "Irán sabe que Israel se beneficia, especialmente políticamente, de la expansión de la guerra, y es poco probable que muerda el anzuelo", añadió, indicando que es poco probable que Hezbolá o Irán tomen represalias directamente.

Mientras tanto, aunque los ataques israelíes contra adversarios regionales pueden exponer a las tropas estadounidenses a represalias, según informa Reuters, los funcionarios estadounidenses comprenden el deseo de Israel de restablecer la disuasión y detener los flujos de armas y combatientes que podrían representar una amenaza.