Un contingente de 400 soldados kenianos llegó esta mañana al aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, en Haití, para respaldar a la Policía Nacional en el combate contra las pandillas criminales. La lucha, comenzada meses atrás, tiene un saldo de miles de víctimas y muchos más de desplazados. El crimen organizado sigue avanzando en el país y el gobierno se ha visto en la necesidad de pedir apoyo internacional. Solos, dicen, no pueden contra la amenaza interna que les azota.
No sólo son soldados los que se han movilizado desde África. El vuelo que despegó anoche del Aeropuerto Internacional de Nairobi, llevaba también al ministro del Interior de Kenia, Kindiki Kithure, entre otras autoridades de Estado. El avión salió horas después de que el presidente keniano, William Ruto, despidiera a los efectivos en un acto oficial en la capital del país. En respuesta al gesto, el primer ministro haitiano, Gary Conille, aplaudió la determinación de su aliado y de su pueblo en "acompañar a Haití en la lucha contra la inseguridad que corroe nuestra sociedad".
Los soldados llegados hoy a territorio centroamericano son parte del total de 1.000 policías que Kenia ha ofrecido para encabezar la misión multinacional, autorizada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU). "El Gobierno y el pueblo de Haití esperan que esta misión sea la última que contribuya a estabilizar el país para que se pueda renovar su personal político y volver a ser una democracia efectiva (...) Viva la solidaridad entre los pueblos", publicó Conille en su perfil de X.
Los agentes son especializados, provienen de distintas unidades policiales y están dotados de entrenamiento en diferentes ámbitos, incluidos los idiomas. Así lo señaló el mandatario Ruto, también en su perfil de X: "En Haití (el contingente) brindará alivio a mujeres, hombres y niños cuyas vidas han sido destrozadas por la violencia de las bandas armadas (...) Trabajaremos con la comunidad internacional para lograr una estabilidad duradera".
El reciente traslado de efectivos tuvo con anterioridad una serie de reuniones entre los líderes de cada nación. La semana pasada, Ruto conversó con el Consejo Presidencial de Transición (CPT) haitiano, cuyo establecimiento era una condición necesaria para Kenia antes de enviar a los agentes a territorio extranjero.
Más allá de tal encuentro, la estrategia tuvo como traba a la justicia, quien por medio de distintas instancias obstaculizó el envío de apoyo militar. El Tribunal Superior de Nairobi fijó para el 7 de octubre una audiencia sobre un nuevo recurso de un partido opositor keniano contra el despliegue en Haití de los primeros agentes.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó en octubre de 2023 el envío de una misión de apoyo a la Policía Nacional de Haití, en respuesta a la solicitud hecha un año antes por las autoridades del país caribeño.
Mientras tanto, en Kenia...
Ninguna latitud descansa tranquila. Mientras el Gobierno de Kenia hace envío de un contingente militar a Haití, es en sus calles en donde cientos de manifestantes se oponen a una reforma económica impulsada por Ruto, la cual incluye un aumento de los impuestos. Hasta la fecha, al menos ocho personas han muerto a raíz de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en la capital.
Las protestas han llegado incluso al interior de las instituciones. Minutos después de que el Parlamento aprobara la reforma, un gran número de manifestantes ingresaron a la sede e insultaron a las autoridades en cuestión. La acción reveló la fuerza que va asociada a las movilizaciones y la fragilidad del Estado en la defensa de sus zonas.
La medida fue aprobada con 195 votos a favor, 106 en contra y tres votos nulos. Ruto se comprometió con los jóvenes (segmento mayoritario en las protestas), que abriría una mesa de diálogo. Esto último, después de que los hechos de violencia se agudizaran y que gran parte de la policía se haya visto sobrepasada en sus funciones.
Si bien el mandatario pidió que se evitase reprimir a los jóvenes, han habido hechos que han enardecido aún más el ambiente, como un hombre muerto tras el impacto de una lata de gas lacrimógeno y un segundo fallecido a causa de un supuesto disparo de uno de los agentes.