El príncipe de Marruecos ya se codea con los grandes líderes: recibe a Xi Jinping para reforzar las relaciones comerciales
El rey Mohamed VI estuvo ausente porque se encuentra en París para controles médicos
"China está dispuesta a continuar trabajando con Marruecos para apoyarse mutua y firmemente, en cuestiones relacionadas con sus respectivos intereses fundamentales e impulsar un mayor desarrollo de la asociación estratégica China-Marruecos", aseguró el presidente chino, Xi Jinping, durante su visita extraoficial al país africano esta semana. Igualmente, reforzarán los lazos para salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y la estabilidad.
Al encontrarse Mohamed VI fuera del país, ha sido el príncipe heredero Moulay Hassan quien recibió al mandatario asiático a pie de avión en el aeropuerto de Casablanca con altos honores, bajo las instrucciones reales de su padre. Igualmente, el soberano envío al primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, a la ceremonia de bienvenida.
El monarca alauita se encuentra de revisiones y tratamientos médicos en París desde el 7 de noviembre. A pesar de ello, el fin de semana pasado se le vio de compras en los grandes almacenes Haussmann y en la casa de moda Christian Dior de la capital francesa.
Con esta recepción, en los medios marroquíes han tratado a Moulay Hassan como Alteza Real y heredero a la corona. El joven siguió el mismo protocolo con el presidente chino que su padre con Emmanuel Macron a finales de octubre, aunque el viaje de Xi Jinping fue más corto, una escala técnica tras concluir su visita de Estado a Brasil.
El heredero magrebí agradeció a China su valioso apoyo durante la COVID-19: "El pueblo marroquí nunca lo olvidará", según recogió la agencia de noticias marroquí MAP. Durante la pandemia, Pekín envió equipos médicos, suministros y dispositivos a Marruecos. De hecho, el rey Mohamed VI fue el primer ciudadano marroquí que se puso la vacuna china Sinopharm en 2021.
El momento clave en las relaciones de Marruecos y China es la firma de la declaración de asociación estratégica por el rey Mohamed VI y el presidente Xi Jinping, con motivo de la visita real de Estado en mayo de 2016. Después vinieron los viajes de Yassin Mansouri, consejero del rey y director de los servicios de Inteligencia marroquíes en el extranjero. De ahí surge la ciudad tecnológica Mohamed VI en Tánger, un ambicioso proyecto de ciudad industrial e inteligente.
A través de sus buenas relaciones con Marruecos, China busca trasladar allí algunos de sus sectores empresariales que están saturados en China, como la industria siderúrgica, la electrónica de consumo, los automóviles, la construcción naval y el cemento, sin olvidar las infraestructuras.
Precisamente, este mes de noviembre, la Oficina Nacional de Ferrocarriles de Marruecos (ONCF, en sus siglas en francés) ha adjudicado al grupo chino Overseas Engineering un contrato de obras de ingeniería civil por un valor de 1.340 millones de dírhams (128 millones de euros) para la construcción de la nueva línea ferroviaria de alta velocidad entre Kenitra y Marrakech. Esta empresa china, especializada en infraestructuras de transporte, competía con el grupo formado por NGE Contracting y Guintoli, dos filiales del gigante francés NGE.
Se duplica el comercio bilateral
El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, que acompañó en este viaje al presidente Xi Jinping, ya había visitado Rabat en diciembre de 2023, con ocasión del 55º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales. En ese momento decidieron incrementar el volumen de los intercambios comerciales. De hecho, el comercio bilateral aumentó un 50% los últimos años, convirtiendo a China en el tercer socio comercial de Marruecos y en su primer aliado económico en Asia.
Además, se han incrementado los flujos turísticos chinos hacia Marruecos desde que Mohamed VI suprimió el visado.
Por su parte, Rabat se adhirió́ en noviembre de 2017 a la iniciativa china de la Franja y la Ruta, el vasto proyecto de infraestructuras que el gigante asiático ideó para impulsar el comercio y la conectividad en Asia, Europa y África. En la visita de esta semana, Moulay Hassan y Xi Jinping han acordado colaborar para "lograr mayores avances en la cooperación pragmática en diversos campos dentro del marco de esta iniciativa", confirmó el presidente a la agencia Xinhua.
Las inversiones chinas en el país vecino han crecido sobre todo en los sectores de la movilidad eléctrica, la automoción, las energías renovables y las infraestructuras. En su último viaje a China, el monarca no perdió la ocasión de vender su iniciativa para promover el acceso de los estados del Sahel al Océano Atlántico gracias al gasoducto Marruecos - Nigeria.
Las empresas chinas están especialmente interesadas en la energía verde, la movilidad eléctrica, la industria y la construcción. Por otro lado, para los marroquíes, el sector agroalimentario se presenta como una oportunidad única. Actualmente, más de 80 proyectos de inversión chinos están en desarrollo en Marruecos.
Soberanía en el Sáhara
Incluso, algunas compañías operan en el Sáhara Occidental. La empresa de tecnología ecológica Envision Energy, con sede en Shanghái, provee a la francesa Engie turbinas para un parque eólico cerca de Dajla, que alimentará un gran proyecto de desalinización de agua de mar dependiente del Gobierno marroquí. Según aseguró a la prensa nacional Didier Beaumont, director de ventas de Envision Energy, este suministro marca la entrada de la empresa en el mercado marroquí.
Por supuesto, Rabat busca el reconocimiento de su soberanía sobre el Sáhara Occidental. De hecho, Marruecos siempre presume de haber sido el primer país árabe y africano en reconocer a la República Popular China, y ahora espera que también secunde su plan de autonomía, el proyecto territorial marroquí para anexionarse el Sáhara.
Trampolín a África
Es evidente que detrás de esta cooperación económica se esconde una dimensión geopolítica. "Marruecos se encuentra en una posición geoestratégica única como trampolín entre Europa y África, lo que le convierte en un actor imprescindible para cualquiera que quiera abordar estos dos ámbitos (...) Marruecos tiene algo más que ofrecer en términos de comunicación con estos países, proximidad cultural y relaciones históricas", manifestó Sun Shuzhong, en su época de embajador en Rabat.
Cada año alrededor de cuarenta delegaciones chinas viajan al país magrebí, no sólo interesadas en su mercado, sino también como puerta de entrada a África y Europa. Con sus acuerdos de libre comercio y su proximidad a ambas regiones, Marruecos ofrece a las empresas chinas ventajas considerables en términos de acceso al mercado y optimización fiscal. Exportar desde Marruecos al continente o a Europa les permite ahorrar en derechos de aduana y costes de transporte.
Marruecos sigue trazando su camino económico con China para convertirse en un trampolín para promover la cooperación chino-africana que busca el país asiático. Tiene dos bancos en China, el Attijariwafa en Pekín y el Banco de África en Shanghái, que apoyan a las empresas chinas que invierten en Marruecos y desean expandir sus actividades comerciales y financieras en África.