Las relaciones entre Corea del Norte y Rusia están mejor que nunca. El compromiso de Kim Jong-un con Putin es tal que está dispuesto a seguir enviando soldados a un frente situado a 7.000 kilómetros en el que no se juega nada con tal de mantener a la potencia euroasiática como vía de escape de su aislacionismo. Y, además, sabiendo que son sus hombres los que mueren en la línea del frente a manos de los drones ucranianos.
Los vídeos compartidos a través de las redes sociales en cuentas ligadas al Ejército ucraniano muestran decenas de muertes de soldados norcoreanos grabadas en vídeo. Las imágenes, tomadas desde el propio dron kamikaze, plasman con crudeza el pavor de unos militares que conocen bien a lo que se enfrentan: un pequeño artefacto volador cargado de explosivo que detonará al contactar con ellos.
En algunas grabaciones, un pelotón se dispersa a la carrera, a sabiendas de que el dron sólo podrá atacar a uno de ellos. En otras, los soldados tropiezan y caen al suelo presas del pánico, poniéndose boca arriba rápidamente para disparar a la aeronave con la esperanza de derribarla. Alguna muestra a norcoreanos corriendo en círculos o de forma aleatoria, tratando de evitar la persecución que le hacen desde el aire. Y otras desvelan el impacto contra vehículos en marcha o estacionados, incluso metiéndose en su interior a toda velocidad para detonar.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha indicado este lunes que más de 3.000 soldados norcoreanos han muerto o han resultado heridos en la región rusa de Kursk al enfrentarse al ejército defensor.
Aunque Kim Jong-un no se ha quedado de brazos cruzados ante todo ello. Un documento publicado este lunes por el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur indica que Kim se prepara "para rotar o aumentar el despliegue de tropas" en Rusia, así como enviar armas.
"También hay algunas señales de que (Pionyang) estaría planeando la fabricación y suministro de 'drones suicidas' (a Moscú)", agrega el documento titulado Tendencias militares recientes en Corea del Norte. De esta forma, las fuerzas de Kim tratarían de combatir a Ucrania con la misma estrategia, una vía de ataque ya empleada por Rusia desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.
La guerra como entrenamiento
El informe de Seúl redunda en la idea que vienen planteando varias agencias de inteligencia de todo el mundo, que tratan de responder a la pregunta de qué gana el régimen de Kim implicándose en el conflicto. No se trataría sólo de que Rusia le proporcione todos los bienes que el bloqueo internacional le niega, puesto que China es también un proveedor que le permite esquivar el aislamiento. Se trata de prepararse para la guerra.
Ayudar al Kremlin en el conflicto estaría permitiendo al régimen norcoreano aprender cómo combatir una guerra moderna, ante un posible conflicto con Corea del Sur o con otros países como Estados Unidos.
Además, por una parte, le obliga a modernizar su sistema de armas convencionales -ya suministra a Rusia lanzacohetes de 240 milímetros y artillería autopropulsada de 170 milímetros-, forzándole al desarrollo de tecnología como los drones suicidas, cuya necesidad de una "rápida producción en masa a gran escala" ya señaló Kim en noviembre.
Por otra, la ayuda al Kremlin con armamento y efectivos -se calcula que unos 11.000 soldados en las últimas semanas-, se 'paga' con misiles antiaéreos y sistemas de defensa antiaérea, según la información de inteligencia de Seúl. Esto permitiría a Corea del Norte no sólo recibir estas armas sino tratar de replicarlas para un hipotético enfrentamiento en su frontera.
Dentro de la colaboración conjunta en el conflicto, que se reforzó con un tratado de alianza estratégica firmado el pasado junio, ambos países están llevando a cabo el bombardeo de Kiev, que se ha intensificado en los últimos días.
Ucrania aseguró el pasado viernes que había derribado cinco misiles de creación norcoreana y que se dirigían a Kiev. Se produjeron algunos daños como consecuencia de los fragmentos de los misiles interceptados.
El clima de colaboración entre Putin y Kim se plasmó también este lunes cuando Yuri Ushakov, asesor de política exterior del Kremlin, comentó que consideraba probable que los soldados norcoreanos participaran en el desfile del Día de la Victoria en Moscú del año 2025 para conmemorar la victoria soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. El desfile se realiza en el centro neurálgico de la capital rusa, atravesando la Plaza Roja.
Zelenski lamentaba, horas después de conocerse esta posibilidad, que el resto del mundo no está haciendo "prácticamente nada" para evitar la colaboración de los dos países que están invadiendo el territorio ucraniano.