Al Julani (i), junto al príncipe saudí Mohammed bin Salman (derecha), durante su reunión en Riyad, este domingo.

Al Julani (i), junto al príncipe saudí Mohammed bin Salman (derecha), durante su reunión en Riyad, este domingo. EFE EFE

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Al Julani estrecha lazos con Arabia Saudí en su primera visita a un país extranjero desde la caída de Asad

El nuevo presidente interino de Siria comienza a tejer las nuevas alianzas que definirán los equilibros de poder en Oriente Próximo y que reflejan la pérdida de influencia de Irán en Damasco

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El nuevo presidente interino de Siria y líder del grupo armado Hayat Tahrir-Al-Sham (HTS), Abu Mohamed al Julani, ha se ha reunido este domingo con el príncipe y primer ministro de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, en lo que representa su primera visita a un país extranjero desde el alzamiento que derrocó al expresidente sirio, Al Asad.

Hasta ahora, Al Julani había recibido la visita de varios ministros de Asuntos Exteriores de países como Alemania, Francia, España, e incluso Rusia, pero no había salido de Siria.

El destino elegido el pasado miércoles como nuevo presidente transitorio desde que el nuevo Gobierno disolviese la constitución vigente e ilegalizase a varios partidos políticos de izquierdas vinculados a Asad, refleja el cambio de tendencia de un país que hasta hace poco contaba con Irán como principal aliado.

Acompañado del ministro de Exteriores sirio, Asaad al-Shaibani, al Julani ha sido recibido por el príncipe heredero y primer ministro Saudí, Mohammed bin Salman, con el que ha discutido sobre las oportunidades y retos que le aguardan a los sirios.

Al Julani compartió un comunicado en el que aseguraba haber hablado sobre la necesidad de estrechar lazos e impulsar programas de ayuda humanitaria y planes estratégicos en el ámbito energético, tecnológico, educativo y sanitario.

El ministro de Exteriores saudí ya visitó Damasco el 24 de enero y anunció que Riyad estaba impulsando conversaciones con la Unión Europea y con Estados Unidos para que se levanten las sanciones que recaían sobre el país sirio cuando Asad era presidente.

Lo cierto es que la UE ya ha anunciado que levantará parcialmente sus sanciones y, aunque todavía hay recelos sobre la nueva dirección que tome el país por el pasado yihadista de sus nuevos líderes, la economía siria está asfixiada tras más de una década de guerra civil.

El nuevo gobierno se ha mostrado abierto a privatizar algunos sectores clave y a ser mucho más aperturistas a la inversión y la cooperación internacional, algo que abre oportunidades a países como Arabia Saudí.

No en vano, el país requiere una profunda reconstrucción tras años de guerra en los que Asad se mantuvo en el poder gracias al apoyo de Irán y, sobre todo, Rusia, a la hora de contener tanto a los rebeldes apoyados por Occidente como al Estado Islámico (ISIS).

La visita a Riyad contrasta con el hecho de que Irán todavía no ha reabierto su embajada en Damasco, algo que refleja el fin del llamado "Eje de resistencia" que Siria formaba junto al Líbano y Teherán.

Ya a finales de año, el propio Al Julani afirmó en una entrevista con la cadena saudí Al Arabiya que Arabia Saudí iba a jugar "un importante papel en el futuro de Siria", apuntando a las oportunidades de inversión y la necesidad de apoyo económico para fomentar la reconstrucción del país.

El inicio de las protestas contra Asad que dieron pie a la guerra civil siria y su respuesta violenta a las mismas provocó que los países de la Liga Árabe rompieran su vínculo con Siria durante más de una década, hasta que, en en 2023, Arabia Saudí volvió a invitarles al grupo.

Al margen de la incertidumbre que pesa sobre el nuevo gobierno sirio, los países árabes como Arabia Saudí exigen que Siria deje de ser un productor y exportador de captagón, un tipo de anfetamina producida a gran escala en el país sirio y que, según las nuevas autoridades, dejará de ser un problema en esta nueva etapa.