
Rusia aprovecha la connivencia de Trump con Putin para redoblar su ofensiva en Ucrania y estrecha el cerco sobre Kursk
Mientras Europa lanza mensajes esperanzadores sobre su rearme y Washington corta su apoyo militar a Ucrania, Moscú logra estrechar el cerco para recuperar Kursk y lanza un ataque con drones que ha matado a 14 civiles
Más información: Trump estudia trasladar a sus 35.000 soldados en Alemania a la Hungría prorrusa de Orbán
Mientras Europa se llena de promesas sobre el aumento del gasto en Defensa, Rusia está aprovechando el fin de la ayuda militar estadounidense a Kiev —sobre todo,el cese del suministro de información de sus servicios de inteligencia— para redoblar su ofensiva contra Ucrania.
Además de asesinar a catorce civiles este viernes en uno de los mayores ataques con drones desde el inicio de la guerra, el ejército ruso ha logrado importantes avances en las últimas horas en su operación para recuperar los territorios de Kursk que Ucrania controla desde agosto del pasado año.
Al ser preguntado por si el fin del apoyo militar de EEUU estaba siendo aprovechado por Putin, Donald Trump reconoció que los ucranianos estaban sufriendo un "tremendo bombardeo", pero le quitó hierro al asunto al afirmar que "cualquiera haría lo mismo" si estuviera en la posición del presidente ruso.

Aunque Trump amenazó con sancionar a Rusia para acelerar las negociaciones de paz, también señaló que está siendo "más fácil entenderse con Moscú que con Kiev". Todo ello después de abroncar a Zelenski en el despacho oval y acusarle de estar "jugando con la Tercera Guerra Mundial".
El redoble de los ataques contra Ucrania evidencian el doble rasero de Trump, muy duro con Ucrania por alejar un acuerdo de paz al defender sus intereses, y sin embargo, mostrándose permisivo con Moscú tras estos ataques.
Algunos líderes europeos como el primer ministro polaco, Donald Tusk, sugirieron, sin mencionarlo, que estos ataques se han producido a raíz de la connivencia de Trump con Putin. "Esto es lo que pasa cuando alguien apacigua a los bárbaros", aseguró.
En la misma línea, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, aseguró que los ataques rusos demostraban que Putin "no tiene interés en la paz".
El ejército ruso está cerca de establecer un cerco sobre los 12.000 soldados ucranianos que se estiman en Kursk, en un golpe que podría dejar a Zelenski sin una de sus grandes bazas negociadoras de cara a unas hipotéticas conversaciones de paz.
Aunque Rusia ha ido recuperando poco a poco los territorios que Ucrania logró controlar en la región rusa, el ejército de Putin lleva meses intentando, sin éxito, expulsar definitivamente a las tropas enemigas.
El objetivo de Ucrania con esta ofensiva fue minar el apoyo a la guerra entre la población rusa y trasladar la sensación de inseguridad a sus ciudadanos; además de contar con territorios que "intercambiar" por las zonas ocupada por Rusia.
El rápido avance ruso en la zona llega después de que Washington cortase el suministro de información de inteligencia al ejército ucraniano el pasado miércoles. Esta ayuda permitía a Ucrania anticipar, conocer y contrarrestar las maniobras rivales.
Rusia también ha aprovechado la situación para lanzar un ataque aéreo masivo contra Dobropillia (en la provincia de Donetsk) y que ha causado la muerte de catorce civiles —entre ellos, cinco niños— y ha dejado más de una treintena de heridos.
Durante la noche de este viernes, las defensas aéreas ucranias han informado de que han derribado 79 de los 145 drones lanzados por Rusia.
Sin embargo, el gran cambio en el escenario de la guerra puede llegar en el caso de que Rusia logre recuperar Kursk, un objetivo en el que se han visto atascados durante meses pese a desplegar miles de soldados norcoreanos para combatir en la zona.
El avance ruso está siendo imparable, aunque dependiendo de la fuente, se habla de una posible colapso de las fuerzas ucranianas en la zona en cuestión de horas, días o semanas.
Cerco sobre Kursk
Reuters se hace eco de los reportes sobre el terreno de webs especializadas en información militar como Deep State, ligada a las fuerzas armadas ucranianas, que señalan el riesgo de acorralamiento de sus soldados tras las últimas maniobras.
Según esta información, apenas tres cuartos de la zona controlada por Ucrania han sido rodeados por Rusia, y solo un corredor de 1 kilómetro de largo impide que el cerco sea completo.
El periódico ucraniano Ukrainska Pravda detalla que cientos de soldados rusos se han infiltrado a la zona por un gasoducto en desuso, en una operación en la que dejar de contar con la ayuda de la inteligencia estadounidense hubiera sido clave.
El terreno ruso controlado por Ucrania queda, pues, dividido en dos, por lo que los soldados rodeados podrían plantearse una retirada que tampoco sería fácil.
Rusia está bombardeando las dos conexiones terrestres que conectan Kursk con Ucrania para evitar su huida y cortar los suministros. El analista militar finlandés Pasi Paroinen ha explicado a Reuters que la situación para Ucrania es "crítica".
"Ya no queda nada para que las fuerzas ucranianas sean rodeadas o se les obligue a retirarse. Si se retiran, además, se verían acorraladas y podrían ser aniquiladas por los drones y la artillería enemiga. Si no corrigen la situación rápidamente, se cerrará el embolsamiento", explica.
Muchos blogueros militares rusos se han hecho eco de esta información y apuntan a que Rusia podría formar un “embolsamiento” en cuestión de horas y retomar todo Kursk en dos semanas.
De forma más prudente, el ministerio de Defensa ruso se ha limitado a confirmar que sus soldados han logrado liberar las localidades de Víktorovka, Nikoláevka y Stáraya Soróchina en las últimas horas.
Además, la agencia de noticias rusa TASS recoge las declaraciones del portavoz de un batallón del ejército ruso que opera en Kursk, Alexander Savchuk, en las que afirma que hasta 600 soldados ucranianos han muerto en la zona en las últimas 24 horas.
Según The Telegraph, hay 12.000 soldados ucranianos desplegados en Kursk, además de valioso equipo militar y vehículos cedidos por Occidente.
Chasiv Yar
El fin de la ayuda estadounidense también está coincidiendo con el avance ruso en otro de los objetivos que se le han resistido durante meses: Chasiv Yar, en el frente oriental.
En una larga ofensiva que recuerda a las de Bajmut o Mariupol, Rusia lleva casi un año atacando la ciudad, que gracias a sus fortificaciones y su altura elevada, representa un bastión defensivo duro de roer.
En las últimas horas, los ataques rusos se han intensificado y se han logrado avances que permiten a Rusia controlar la mitad de la ciudad, según refleja el reporte y los mapas diarios del Institute for the Study of War (ISW).
Fin de la ayuda estadounidense
Los aliados occidentales aseguran que Kiev posee los recursos necesarios para seguir defendiéndose por un tiempo, pero el fin de la ayuda estadounidense compromete a su ya mermado ejército.
La pérdida de acceso a la información de inteligencia ha sido aprovechada por Rusia, pero el apartado material también es relevante si se tiene en cuenta que Estados Unidos aportaba la mitad del apoyo.
La CNN publica un artículo este sábado en el que se repasa la ayuda militar entregada a Ucrania, cifrando el total en 69.000 millones de dólares, por encima de los 54.000 entregados por la UE y Reino Unido.
Los datos del instituto Kiel reflejan que Washington ha sido el donante más destacado de armas pesadas al entregar 23 tanques Abrams, 198 lanzadoras de obuses, 16 sistemas de defensa aérea antimisiles y 32 vehículos de lanzacohetes múltiple a Kiev.
Conexión Budapest-Washington
En mitad de las presiones de Donald Trump para alcanzar un acuerdo rápido en Ucrania y tras amenazar a los países europeos con no cumplir con el artículo 5 de la OTAN en los países que no gasten lo suficiente en defensa, la Casa Blanca está estrechando sus lazos con el país más contrario a los postulados de Bruselas: Hungría.
Según Reuters, Hungría y Estados Unidos trabajan en un acuerdo de cooperación económica para ayudar a Budapest a paliar los efectos de los aranceles que Washington pretende imponer en Europa.
El primer ministro húngaro, Víktor Orban, es uno de los grandes aliados de Trump en Europa y la principal voz discordante de los veintisiete en su postura con Bruselas.
Orban aboga por la restauración del tránsito de gas ruso hacia Hungría y suele apoyar las tesis rusas sobre el conflicto en Ucrania.
El objetivo de este paquete de cooperación económica sería evitar que los daños de las tarifas contra la UE salpiquen a Hungría, en un tratado que incluiría ventajas fiscales y compensación económica.
La lentitud de los países europeos para dar una respuesta a la llegada de Donald Trump está siendo aprovechada por el mandatario estadounidense para fomentar las divisiones en Europa, mientras el avance ruso sobre el terreno tensan más la cuerda a favor de un acuerdo de paz ventajoso para los intereses de Washington y Moscú.