Hasta 27 inmigrantes subsaharianos cruzaron la frontera a Melilla hacinados en el doble fondo de un camión de grava el pasado 17 de mayo. La entrada clandestina a través de este método es cada vez más habitual en el puesto fronterizo de Beni Ensar. Además, la policía marroquí ha descubierto que un parlamentario marroquí estaba implicado en esta operación, que se llevó a cabo la semana pasada.
Durante un control rutinario, un gendarme se subió encima de la carga del vehículo e hincó un palo de hierro para comprobar que no contenía ningún cargamento de hachís. Detectó que la vara tropezaba con una caja. Al abrirla, aparecieron 27 personas, la mayoría procedentes de Mali y Senegal.
Los migrantes fueron trasladados e interrogados a la comisaría de la provincia de Nador para conocer la trama y saber el precio que habrían pagado por pasar en el camión. El día de la detención no quisieron hablar a pesar de que varios policías les increparon con palabras como: "¿Vosotros no sois musulmanes? No podéis mentir porque sois musulmanes", según el vídeo grabado en la comisaría, que publica EL ESPAÑOL. Sin embargo al día siguiente confesaron que habrían pagado cada uno 3.500 euros.
Fueron arrestados por entrada irregular, pero tras el interrogatorio los metieron en un autobús y los trasladaron a la ciudad de Safi, siguiendo el protocolo de actuación de las Fuerzas de Seguridad marroquíes con las personas que localizan intentando cruzar la frontera sin documentación.
Los dos chóferes permanecen detenidos por tráfico de personas a espera del próximo juicio, aplazado este lunes al 29 de mayo. Al conductor del camión que transportaba a los subsaharianos le interceptaron 21.000 euros en moneda local -dírham-. Su acompañante, que conducía un segundo vehículo de la misma compañía, y que supuestamente conocía la carga ilegal de su compañero pero no lo había denunciado, llevaba 5.000 euros también en dírhams.
Los vehículos fueron alquilados a nombre de un parlamentario marroquí del Movimiento Popular en la región de Nador. Precisamente, los migrantes habrían sido cargados en una cantera de grava propiedad de la familia del político en la carretera de la localidad Cabo de Agua. Dispone de vehículos propios, pero en esta ocasión necesitó alquilar algunos más para completar el pedido que le había realizado una empresa de hormigón de la familia Seron, muy conocida en la ciudad por sus trabajos en el sector de la construcción.
S.R, con residencia española en Melilla, ocupa varios cargos en las asambleas regionales y locales, además de un asiento en el Parlamento de Rabat.
Marruecos abrió una investigación para conocer de cerca las actividades de este parlamentario marroquí porque todo señala a que su empresa podría estar implicada en trata de seres humanos. El político tiene antecedentes en Bélgica, además hace ocho años fue acusado por la Policía Judicial de Nador por tráfico de drogas, aunque no cumplió condena.
El caso está bajo secreto sumario, pero según pudo saber EL ESPAÑOL, el chófer habría confesado en la comisaría que no se trata de la primera vez que se pasa por la frontera a personas escondidas en estos vehículos.
Los dos camiones, confiscados por el Fiscal General de Nador, permanecieron después de los hechos en el puesto fronterizo de Beni Ensar en Melilla, entre España y Marruecos.
Se trata de una novedosa manera de pasar personas porque hasta el momento los migrantes se escondían en los propios huecos de los vehículos o unos prefabricados, mientras que en esta ocasión se habilitó un doble fondo dentro de la carga del camión de construcción.
Entradas clandestinas
La Guardia Civil desarticuló la última operación de una mafia de migración clandestina dedicada a meter seres humanos desde Marruecos a Melilla escondidos en dobles fondos de vehículos el pasado 8 de mayo.
Esta manera encubierta de pasar la frontera ha aumentado en los últimos años superando el 50% de las entradas registradas anualmente. Es un modus operandi que se contempla principalmente en el paso de Marruecos con Melilla, y en el de Ceuta con menor incidencia.
Uno de los temas principales de las reuniones entre Guardia Civil y delegación del Gobierno, así como con el Gobierno central, es cómo combatir los dobles fondos y qué hacer para detectarlos, según explicó el comandante Ortega Navas en Melilla.
Para los marroquíes los dobles fondos son una manera de ganar dinero porque se organizan en mafias con varias personas de intermediarios, desde el dueño del taller, hasta el propietario del coche o el conductor. De tal manera que al final hay inmigrantes que pagan hasta 4.000 euros.
Suelen entrar por la frontera de Beni Ensar con Melilla, donde la afluencia de coches es mayor. Si no los detiene la Guardia Civil descienden cerca del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Tanto los trabajadores sociales del centro como la policía detectan la manera de entrar porque los migrantes no tienen heridas de la valla ni están mojados como cuando pasan en patera.