El estallido de júbilo en las calles de Zimbabue abre paso a un periodo de incertidumbre. Con la resaca de la celebración por la dimisión de Robert Mugabe, presidente y primer ministro del país africano durante 37 años, se inicia un nuevo periodo en el que regentará el poder Emmerson Mnangagwa, hasta hace poco vicepresidente.
En poco más de ocho días, este veterano de guerra apodado 'el Cocodrilo', ha pasado de ser la mano derecha de Mugabe como vicepresidente a un traidor que ha movido los hilos para desalojar del poder a Mugabe con un 'golpe de Estado' apoyado por los militares, que han dado la espalda a Grace, la primera dama con aspiraciones a suceder a su marido al mando del país.
Finalmente Mnangagwa gana la partida tras ocho días en los que Mugabe se ha resistido a dimitir. Este martes lo ha hecho por carta y sin especificar quién deseaba que fuera su heredero.
Sin embargo, el historial de 'el Cocodrilo' puede tornar las ganas de cambio en Zimbabue en desesperación. Al igual que Mugabe, luchó en la guerra de la independencia y siempre ha estado en la élite de poder que ha dirigido los designios del país. Un veterano de guerra que trabajó codo con codo con él lo define como "un hombre muy cruel" y con las "manos manchadas de sangre", según BBC News.
Otro alto cargo del partido planteaba la sucesión, que se hará efectiva en las próximas horas en los siguientes términos: "Se puede pensar que Mugabe era malo, pero ¿qué pasaría si lo que viene después es incluso peor?".
Euforia en las calles
Gritos de alegría y bocinas de coche inundaron la capital, mientras la gente se abrazaba espontáneamente en la calle. Banderas de Zimbabue y gritos de "descanse en paz, descanse en paz" acompañaban bailes y cánticos, mientras el sol se ponía sobre la capital zimbabuense.
Otras imágenes muestran a niños aupados a tanques bailando al son de la música que resuena en las calles de la capital, Harare.
Muchos celebran la intervención del Ejército, que ha acelerado la caída de Mugabe: entre la multitud, un joven con una camiseta del equipo de fútbol inglés Arsenal cuyo dorsal no corresponde a ningún jugador famoso sino al jefe del Ejército, Constantine Chiwenga.
"Estoy tan emocionado. Nunca pensé que vería este día. Mugabe ha dimitido durante mi periodo de vida. Este es un paso hacia el Zimbabue que queremos. No será fácil", compartió el reputado periodista del zimbabuense Trevor Ncube, en su cuenta de Twitter.
Su propio partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), había dado un ultimátum para dimitir el pasado domingo, que se cumplió al mediodía del lunes sin que el presidente cambiara de opinión.
Muy al contrario, Mugabe realizó su primer mensaje público desde que los militares se alzasen contra su Gobierno esa misma noche y pidió que Zimbabue volviera a la normalidad e iniciara una nueva etapa sin espíritu de venganza.
La noticia aterrizó como un jarro de agua fría entre los zimbabuenses, que habían salido masivamente a la calle el pasado sábado para escenificar su rechazo al veterano líder, de 93 años.