Al menos 31 personas murieron y más de 42 resultaron heridas este martes al estallar dos coches bomba en la ciudad de Bengasi, la segunda en importancia de Libia, informaron a Efe fuentes de Seguridad.
Según indicaron, el primer vehículo estalló cuando un grupo de fieles salía de una de las mezquitas del barrio de Almaniya, en el centro de la urbe, y el segundo treinta minutos después, cuando ya habían llegado los servicios de socorro.
"Entre las víctimas mortales hay varios agentes de seguridad y miembros de los servicios sanitarios. Algunos de heridos están muy graves" por lo que no se descarta que la cifra de muertos pueda aumentar en las próximas horas, agregó la fuente.
La mezquita suele ser lugar de reunión de uno de los grupos salafistas aliados al mariscal Jalifa Hafter, un exmiembro de la cúpula que aupó al poder a Muamar al Gadafi y que 40 años después, y tras ser reclutado por la CIA y convertirse en su mayor opositor en el exilio, se ha convertido en el hombre fuerte del país.
La forma de operar apunta a los grupos yihadistas, a los que Hafter ha combatido tanto en Bengasi como en otras ciudades del este del país.
Hafter puso cerco a la urbe, capital del alzamiento en 2011 contra Gadafi, en mayo de 2014 y a finales de 2017 anunció su conquista, pese a que los yihadistas controlan varias zonas del extrarradio.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera militarmente a la victoria de los rebeldes sobre la dictadura de Al Gadafi.
En la actualidad, dos autoridades luchan por el poder: una en Trípoli sostenida por la ONU y otra en la ciudad oriental de Tobruk bajo control de Hafter. Del conflicto se aprovechan grupos de contrabandistas dedicados al tráfico de armas, combustible y personas, y grupos yihadistas, que se han extendido por todo el territorio.