Seis personas mueren este domingo después de que unos veinte hombres asaltaran una iglesia durante su horario de misa en el norte de de Burkina Faso, región habitualmente golpeada por el terrorismo yihadista, confirmaron a Efe fuentes oficiales.
El incidente ocurrió en la mañana del domingo en la zona de la localidad Dablo (próxima a la región del Sahel), según detalló Jean Paul Badoum, portavoz del Ministerio de Seguridad del país. De acuerdo a los medios locales, los asaltantes también quemaron el recinto.
Este es el primer ataque de este tipo contra una iglesia católica desde que comenzase la oleada yihadista en Burkina Faso en 2015 y el segundo contra un templo cristiano en un plazo de solo dos semanas.
El pasado 28 de mayo una iglesia protestante de la localidad de Silgadji (también en el norte) se convirtió a su vez en el primer lugar de su tipo en ser blanco del terrorismo.
Ascenso del terrorismo
El ascenso del terrorismo en Burkina Faso comenzó en abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso Tambao, al norte del país, y que aún sigue desaparecido.
Desde entonces, el número de ataques, que se atribuyen al grupo local, Ansarul Islam; a la coalición yihadista del Sahel, el Grupo de Apoyo al Islam y los musulmanes (GSIM), y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), ha ido aumentando de forma exponencial.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, donde se producen ataques y secuestros de diferentes grupos yihadistas. Sin embargo, la situación del este del país también se ha degradado desde el verano de 2018.
Burkina Faso es uno de los cinco países que componen el G5 del Sahel, junto a Mali, Mauritania, Níger y Chad, grupo que combate el terrorismo yihadista en la región.