El ministro saharaui de Exteriores, Mohamed Salem Ould Salek, ha expresado la voluntad de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) de "sentarse", como miembro de la Unión Africana, junto a Marruecos para poner fin a la ocupación de su territorio después de tres décadas de conflicto.
"La RASD está preparada para la paz con su vecino del norte, el Reino de Marruecos, sobre la base de respetar las fronteras internacionales que existen entre ellos. Esto no sucederá a menos que termine la ocupación y la retirada de sus fuerzas invasoras", declaró Ould Salek en una entrevista concedida a Efe en la embajada de la RASD en Argel.
Por otro lado, aseguró que no espera "ninguna decisión importante" de la próxima reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, prevista el 21 de abril y dedicada a la situación en el Sahara Occidental, y admitió tener la vista puesta en la asamblea del 30 de octubre, fecha en la que debe renovarse el mandato de la Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO).
En cuanto al papel de Naciones Unidas, Ould Salek criticó la ausencia de una condena y la falta de actuación ante la "fragante violación" del alto el fuego por parte de Marruecos, al que responsabilizó del "estallido de la guerra" por lo que reivindicó la adhesión de la RASD como Estado miembro del organismo.
Asimismo recordó que España sigue siendo reconocida como potencia administradora y le acusó de "evadir" sus responsabilidades legales y políticas al ser "presa fácil del continúo chantaje marroquí y la constante amenaza del terrorismo, la inmigración ilegal y las drogas".
España debería "utilizar todo su peso y sus relaciones a nivel regional e internacional para defender la República Saharaui, su integridad territorial y la seguridad de su pueblo", insistió.
En el mismo tono crítico calificó la actitud de Francia de "apoyo ciego" a Marruecos al oponerse a dar poderes a la Minurso para vigilar la situación de los derechos humanos en la zona y de bloquear la ejecución de las decisiones del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el saqueo de los recursos naturales de Sáhara Occidental.
La situación en la antigua colonia española es de alta tensión desde que el 13 de octubre fuerzas armadas marroquíes penetraran en el paso de Guerguerat, zona fronteriza que separa Mauritania de los territorios que el Ejército marroquí ocupa desde 1975, para desalojar a un nutrido grupo de saharauis que habían acampado con el fin de interrumpir un tránsito de mercancías que el Frente Polisario denuncia como ilegal.
Apenas 24 horas después de la ofensiva, el secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por decenas de países -en su mayoría africanos-, Brahim Ghali, aseguró que suponía una violación del alto el fuego y consideró rota la tregua firmada en 1991.
A la tensa situación se añadió el reconocimiento de Donald Trump de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental.
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