El Frente Polisario acusó a Marruecos de utilizar drones israelíes para hacer frente a las operaciones de hostigamiento que las fuerzas saharuis realizan desde octubre en la zona del muro de seguridad construido por Rabat a lo largo de la antigua colonia española del Sahara Occidental.
En declaraciones difundidas por la agencia oficial de noticias local SPA, el secretario general del ministerio de Seguridad y Documentación saharaui Sidi Ougal, advirtió que el Polisario tiene capacidad militar suficiente para hacer frente a esa amenaza. Y denunció que la intervención en el conflicto del Sahara Occidental de Francia -uno de los principales aliados de Marruecos- "no es solo política, también militar".
"Marruecos ha tenido que pedir ayuda a sus aliados debido a las grandes dificultades que está teniendo sobre el terreno, hasta el punto de que el dron que asesinó al jefe de la Guardia Nacional saharaui, Adah El Bendir, era israelí", dijo Ougal.
El Bendir murió a principios de abril a causa del impacto de un cohete cuando regresaba de una operación militar en la zona liberada de Rouss Irni, próxima a la ciudad de Tifariti, principal base y centro de operaciones militares del Frente Polisario.
El oficial fue "alcanzado por el disparo de un dron tras liderar una incursión a través del muro de segregación", explicó una fuente de seguridad antes de insistir en que "esta es una prueba más de que existe una guerra intensa en la zona y de por qué Marruecos está empeñado en negarla".
Medios de prensa especializados en la región aseguran que el alto mando saharui fue alcanzado por el disparo efectuado desde un dron clase "Harfang", una versión del israelí "Heron", dotado de un láser de alta precisión que permite alcanzar objetivos a larga distancia con dos cohetes de aire-tierra.
Tensión bélica
La situación en la antigua colonia española es de alta tensión bélica desde que el pasado 13 de octubre fuerzas armadas marroquíes penetraran en el paso de Guerguerat, que separa Mauritania del territorio ocupado por Marruecos en 1975, para desalojar a un nutrido grupo de saharauis que habían acampado en la pista para interrumpir un tránsito de mercancías por la zona que el Polisario denuncia como ilegal.
Apenas 24 horas después de la ofensiva, el secretario general del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharahui Democrática (RASD), reconocida por decenas de países, Brahim Ghali, aseguró que suponía una violación del alto el fuego y consideró rota la tregua firmada en 1991.
Un día más tarde, anunció el inicio de acciones bélicas a lo largo del muro levantado por Marruecos en medio del desierto, que según los saharauis se repiten a diario desde entonces y que Rabat ni siquiera comenta.
A finales de enero, y ante el silencio de Marruecos, la RASD anunció que el Ejército saharaui se preparaba para "ampliar el alcance de sus operaciones militares, desde el sur de Marruecos al sur del Sahara Occidental, para cubrir todos los sectores y defensas enemigas".
A la tensión bélica se ha unido en las últimas semanas la tensión política, fruto de la decisión del anterior presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer la soberanía marroquí sobre la antigua colonia española a cambio de que Rabat estableciera relaciones con Israel.