Los temblores del terremoto del viernes en Marruecos han hecho tambalearse a edificios enteros, incluso a una mezquita, donde quedaron sepultados los cuerpos de las víctimas. Los cuerpos de búsqueda y rescate trabajan dos días después para seguir recuperando víctimas.
Las edificaciones que se han desplomado son las más endebles, las que se encuentran en las zonas rurales o en las medinas, las partes antiguas de las ciudades. La mayoría de las viviendas que han sufrido daños mayores están construidas con mortero, es decir una mezcla de piedras, tierra y maderas.
En las ciudades, los edificios antiguos de las medinas que tienen una vulnerabilidad alta ante temblores, pero que también se desmoronan ante lluvias torrenciales y el temporal.
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De esta manera, algunas viviendas e incluso una mezquita cerca de la plaza de Marrakech han sufrido daños importantes. Esas casas son vulnerables a causa de los materiales y de la fecha de construcción, que son muy antiguas.
De hecho, algunos hoteles de la medina de Marrakech aconsejaron a los clientes salir a dormir con una manta a la plaza por miedo a réplicas del terremoto, explicó a EL ESPAÑOL Juan Pablo Arbelaez. “Después de una hora y medio, volví al hotel, pero nos habían cerraron la puerta con llave”, detalló Arbelaez.
Precisamente, detrás de su hotel fue testigo del derrumbamiento de un edificio, una de las imágenes que recorrió las redes sociales como una pólvora. Son casas endebles compartidas por varios miembros de la familia. Tienen falta de mantenimiento, son antiguas y están construidas con materiales de poca calidad, pero además los habitantes realizan obras sin permiso.
Viviendas en peligro de colapso
De tal manera, cada invierno algunas se convierten en escombros. En 2016, dos niños de 4 y 6 años murieron en el desplome de un edificio en la medina de Marrakech, donde unas 1.600 viviendas estaban en peligro de colapso.
Ese año se aprobó un proyecto de ley en el Parlamento para renovar y rehabilitar “las viviendas amenazadas de ruina”. El rey Mohamed VI inauguró personalmente dos proyectos de rehabilitación de las medinas de Casablanca y Marrakech para sanear y acondicionar los cascos antiguos, pero que se enfocaron más a edificios históricos y rincones con encanto que a viviendas residenciales.
“Los edificios que sufrieron grietas y fisuras importantes tienen que someterse a un diagnóstico. Los ingenieros de ingeniería civil se encargan de hacer un diagnóstico antes de declarar si el edificio es habitable o no”, argumenta el sismólogo y geólogo Taoufik Mourabit en una entrevista con EL ESPAÑOL.
Por otra parte, están las construcciones de hormigón en las ciudades. Hay dos tipos, las que se edificaron antes de la norma sísmica, es decir, antes de 2000. Están hechas con normas populares, no tan estrictas. Con el nuevo siglo y la aplicación de la ley sísmica en Marruecos, hay edificios construidos evidentemente con hormigón que son los que han resistido al terremoto y no han sufrido daños importantes.
A partir de esta tragedia, resulta necesario adoptar un reglamento estricto y serio de construcción, y seguirlo en adaptación, renovación y aplicación. Este último término es crucial ya que existe un reglamento marroquí para seísmos, que tiene dos versiones de 2000 y de 2010. “Está funcionando, está muy bien, pero las autoridades tienen que poner más empeño en su aplicación”, incide Mourabit.
Todo esto es imprescindible de cara a posibles réplicas del terremoto, que se suelen extender durante varias semanas. “Las réplicas van a ser peligrosas para los edificios con grietas. Si el edificio no presenta daños importantes, entonces eso quiere decir que el edificio resistió mejor, y entonces las réplicas no van a afectarle de manera importante. En ese tipo de edificios la gente puede vivir”, detalla el experto marroquí.
Terremotos futuros
Los estudiosos aseguran que habrá más terremotos en el futuro en la región, aunque no pueden determinar fechas. Por ello, es difícil avisar a la población. Sí se le puede preparar para enfrentarse a los seísmos, como se hace en Japón y en otros países que tienen más experiencia en este asunto.
La sugerencia de los técnicos es formar a los ciudadanos para que sepan adoptar algunas reglas para enfrentarse a los terremotos en el futuro. Principalmente, “hay que respetar las normas sísmicas seriamente y hay que educar a la población, es decir, tienen que tener en cuenta que habrá terremotos en el futuro. Eso seguro”, adelanta Mourabit.
De tal manera, cuando se conoce el reglamento, la población se comporta sin gran temor y se enfrentan adecuadamente al terremoto.