Al menos 2.400 personas han muerto y otras 10.000 están desaparecidas en Libia por el ciclón Daniel que ha azotado el este del país. Estas cifras hacen temer que las víctimas de este desastre natural sean muchas más en las próximas horas que las reportadas por las autoridades.
El delegado de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR), Tamer Ramadan, ha asegurado este martes que el ciclón Daniel ha sido tan devastador en Libia como el gran terremoto que ha azotado Marruecos y los desaparecidos superarían los 10.000.
La situación en la zona costera de Derna -la más afectada por las lluvias torrenciales- es "catastrófica", según ha asegurado el miembro del Gobierno Osama Hammad. "Los desaparecidos son miles, barrios enteros han desaparecido junto a sus residentes llevados por un mar", ha dicho. Sólo en esta zona hay más de 7.000 desaparecidos.
Rotura de dos presas
La devastación es tal que el miembro del consejo municipal de Derna, Ahmed Amdur, ha pedido una intervención internacional "urgente" para "salvar la ciudad". El hundimiento de zonas residenciales y el colapso de edificios e infraestructuras públicas y privadas se ha saldado con el cierre de las rutas terrestres, por lo que Amdur reclama abrir un corredor marítimo para asistir a los habitantes.
En esta localidad costera, la cuarta más grande del país con 120.000 habitantes, más de 480 viviendas quedaron destruidas y cinco barrios residenciales fueron arrasados por completo por las lluvias torrenciales, sumado a las dos presas que colapsaron y vertieron 33 millones de metros cúbicos de agua dentro de la ciudad.
La falta de recursos y el difícil acceso a estas áreas montañosas ha obligado a los equipos de rescate y ciudadanos a extraer los cientos de víctimas de los escombros con utensilios domésticos y enterrarles en fosas comunes en el cementerio de Martouba, a una veintena de kilómetros de distancia.
Algunas localidades como Susa, a apenas 80 kilómetros de distancia de Derna, se encuentran sumergidas bajo el agua y la ayuda todavía no ha llegado mientras los cadáveres se agolpan en las costas.
Lluvias torrenciales
Las precipitaciones superaron los 400 mililitros por hora, una cifra que no se había registrado en las últimas cuatro décadas según el Centro Nacional de Meteorología.
Las imágenes que circulan en las redes sociales muestran personas encaramadas al techo de sus vehículos mientras esperan ayuda de los equipos de rescate tras quedar varados por las lluvias torrenciales que azotan las ciudades de Bengasi, Susa, Al Bayda, Al Marj y Derna.
La previsión de lluvias torrenciales por el ciclón Daniel obligó a las autoridades a declarar este domingo el estado de emergencia extrema. Se cerraron escuelas y comercios y los principales yacimientos de petróleo y se impuso un toque de queda de dos días desde las 18:00 horas.
Tres días de luto
El número oficial de muertos es de 2.400 aunque las cifras aumentarán en los próximos días en virtud del elevado número de desaparecidos.
Las autoridades enfrentadas del este y oeste que se dividen el poder ejecutivo, han pedido ayuda a la comunidad internacional ayuda humanitaria, incluida maquinaria pesada, material médico y alimentos. Los equipos enviados por Turquía, que apoya al Gobierno de Bengasi (este), fueron uno de los primeros en llegar por vía aérea para ofrecer personal de búsqueda y rescate submarino así como asistencia logística.
Argelia, país vecino, ha ofrecido su "plena disposición" para prestar apoyo y ayuda a Libia. También la Organización Internacional de la Salud, que ha calificado el ciclón como de "proporciones épicas", ha enviado un primer cargamento con 40 toneladas de ayuda que debe llegar en breve a la zona damnificada.
El comité de crisis formado por el Gobierno de Unidad Nacional (GNU)- basado en Trípoli y reconocido por la comunidad internacional- explicó este lunes que su trabajo se divide en tres ejes: el rescate de ciudadanos, la asistencia a los desplazados para que puedan regresar a sus domicilios y el registro de daños materiales y su reconstrucción.
El GUN prometió que el Estado indemnizará a todos los afectados por las inundaciones y decretó tres días de luto por las víctimas además de ordenar que las banderas de todo el país se bajen a media asta.