Unas 45 personas murieron el jueves pasado tras un accidente de un autobús de pasajeros que cayó a un abismo cerca de la población sudafricana de Limpopo, a unos 380 kilómetros al norte de Johannesburgo.
Según el periódico Daily Sun, el siniestro se produjo después de que el autobús, que transportaba a unos feligreses que se dirigían a una peregrinación de Pascua, cayó desde el puente Mamatlakala a unos 50 metros de profundidad, en las cercanías de un punto conocido como Mokopane.
Tras la caída, el autobús fue consumido por las llamas y murieron casi instantáneamente 45 de sus 46 ocupantes. La única sobreviviente, una niña de 8 años, fue trasladada de inmediato a un centro hospitalario.
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El Daily Sun informó que, según relatos policiales, el conductor perdió el control y chocó contra las barreras del puente, lo que provocó que el vehículo pasara por encima y cayera al suelo, donde se incendió.
Las operaciones de rescate continuaron hasta altas horas de la noche del jueves 28 de marzo, cuando algunos cuerpos quedaron quemados hasta quedar irreconocibles, otros quedaron atrapados entre los escombros y otros se dispersaron por el lugar.
El bus supuestamente se dirigía desde Gaborone, el la vecina Botsuana, a Moria, cerca de la ciudad de Polokwane.